Infecciones no detectadas estarían vinculadas al covid persistente, según estudio
Aunque impacta a más de 400 millones de personas a nivel global, el origen del covid persistente sigue siendo un misterio
La falta de aire, la dificultad para pensar con claridad y el cansancio son algunos de los síntomas del covid prolongado que, hasta ahora, siguen siendo difíciles de explicar. Sin embargo, un grupo de destacados microbiólogos cree haber encontrado una pista clave para entender el origen de esta compleja condición.
Según estos especialistas, los síntomas persistentes podrían deberse a infecciones adicionales que surgen junto con el SARS-CoV-2.
El covid prolongado ha afectado hasta a 400 millones de personas en todo el mundo y provoca una amplia gama de síntomas, que van desde molestias leves hasta discapacidades severas. Puede comprometer funciones cerebrales, cardíacas, pulmonares y digestivas.
Pese a su enorme impacto, aún no existen tratamientos validados, ya que su causa subyacente permanece sin esclarecerse.
Mediante una revisión publicada en la revista eLife, realizada por 17 expertos, los especialistas plantean que infecciones adquiridas antes o durante el contagio por covid podrían ser responsables de los síntomas prolongados que afectan a millones de pacientes.

“Es un aspecto del covid prolongado del que no se habla mucho”, afirmó Maria Laura Gennaro, microbióloga de la Escuela de Medicina de Rutgers en Nueva Jersey.
Los investigadores analizaron revisiones previas para sostener que infecciones distintas al covid podrían desempeñar un papel clave en el desarrollo del covid prolongado.
Uno de los virus señalados es el virus de Epstein-Barr (VEB), presente en alrededor del 95 por ciento de los adultos. Por lo general no causa síntomas, hasta que una alteración del sistema inmunológico, como el covid, reactiva el virus latente.
En uno de los estudios incluidos en la revisión, los investigadores observaron que dos tercios de las personas con covid prolongado presentaban signos de actividad reciente del VEB. Además, se observó que quienes tenían más síntomas registraban niveles más altos de anticuerpos. Posteriormente, otros equipos de investigación asociaron la reactivación del VEB con manifestaciones típicas del covid prolongado, como la fatiga y los problemas cognitivos.
Otro posible factor es la tuberculosis (TB). Se estima que cerca de una cuarta parte de la población mundial porta una forma latente de esta enfermedad.
Según evidencia reciente, el covid puede reducir las células inmunitarias que normalmente mantienen inactiva esta infección, lo que podría facilitar su reactivación. Además, se considera que una infección por TB puede agravar los efectos del covid.
Cuando estas coinfecciones ocurren antes del contagio por covid, pueden dejar al sistema inmunológico debilitado. Durante la fase aguda de la enfermedad, podrían intensificar el daño en los tejidos y, tras la recuperación, aprovechar la disfunción inmunitaria persistente para seguir afectando al organismo.
Los investigadores plantean que ciertos antibióticos y antivirales podrían reutilizarse para atacar infecciones subyacentes asociadas al covid prolongado. Sin embargo, reconocen que, si bien las asociaciones que analizan son biológicamente plausibles, aún se consideran especulativas. Hasta el momento, no se ha establecido un vínculo causal entre ninguna coinfección y el desarrollo del covid persistente.
“Todos lo han escuchado mil veces, pero vale la pena repetirlo: correlación no es lo mismo que causalidad”, advirtió la doctora Gennaro.
Explicó que comprobar esta hipótesis requeriría grandes estudios epidemiológicos y ensayos en modelos animales, lo cual representa un desafío debido a la escasez de modelos adecuados para estudiar el covid prolongado.
Los autores subrayan que un tratamiento eficaz podría requerir mirar más allá del virus original y considerar otros factores biológicos.
Traducción de Leticia Zampedri





