EE. UU. ataca por primera vez suelo venezolano con drones en nueva operación contra “narcoterroristas”
Estados Unidos atacó a presuntos narcotraficantes en la primera operación terrestre conocida dentro del país
La CIA habría llevado a cabo un ataque con drones a principios de este mes en un muelle de Venezuela que Estados Unidos ha alegado que es un puerto para el tráfico de drogas. La operación marca una importante intensificación de las acciones militares de la administración de Trump en el Caribe.
El gobierno estadounidense creía que el lugar era utilizado por miembros de la banda venezolana Tren de Aragua para almacenar y enviar drogas al extranjero, según CNN.
No había nadie en el puerto en el momento del ataque, según la fuente de la cadena. Aun así, la operación supuestamente destruyó la instalación, incluso si representaba solo uno de los muchos muelles de este tipo a lo largo de la costa de Venezuela que podrían ser utilizados por los contrabandistas. El despliegue táctico es la primera operación estadounidense conocida dentro del país.
El presidente Donald Trump pareció reconocer la operación durante una entrevista el viernes, en la que mencionó que los activos militares estadounidenses atacaron una “gran instalación de donde vienen los barcos”.
Al contestar otra pregunta sobre el tema el lunes, el presidente declaró que las fuerzas estadounidenses habían atacado “la zona del muelle donde cargan los barcos con droga”.

“Así que atacamos todos los barcos y ahora atacamos la zona” —añadió el presidente— “Es el área de implementación, ahí es donde implementan, y eso ya no existe”.
The Independent se puso en contacto con la Casa Blanca, la CIA y el Departamento de Defensa para recabar sus comentarios.
El episodio marca la última escalada de tensiones entre Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro después de que la Guardia Costera incautara la semana pasada un segundo petrolero sancionado y persiguiera a un tercero, tras meses de mortíferos ataques a presuntos barcos de narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico oriental que han causado la muerte de más de 100 personas.
Mientras tanto, Estados Unidos ha dirigido un enorme aumento de sus activos navales en la región, ha instigado un bloqueo del petróleo venezolano supuestamente destinado a los países sancionados y ha advertido que pronto se producirán ataques terrestres, como la explosión del muelle.
Los funcionarios de la Administración se enfrentan a un creciente escrutinio jurídico y político por la mortífera estrategia y a acusaciones de que los ataques equivalen a ejecuciones extrajudiciales ilegales. De hecho, los expertos en derecho de guerra que hablaron con The Independent en los últimos meses los calificaron de auténticos asesinatos y crímenes de guerra.
Funcionarios de la Administración insisten en que las dos docenas de ataques están plenamente dentro de los límites legales, apoyados por el aviso de la Administración al Congreso de que Estados Unidos está formalmente involucrado en un “conflicto armado” con los cárteles de la droga que el presidente ha etiquetado como “combatientes ilegales”.
Las autoridades han ofrecido diversas justificaciones para los ataques en este país rico en petróleo, que alberga las reservas probadas de crudo más abundantes del mundo. La jefa de gabinete de Trump, Susie Wiles, aseguró recientemente a Vanity Fair que los ataques tenían como objetivo hacer que Maduro “se rindiera”.

Tanto los congresistas republicanos como los demócratas quieren respuestas, y el senador republicano Rand Paul advirtió recientemente contra acciones que equivalen a “provocaciones” y a “un preludio de guerra”.
Tales quejas no han impedido que Trump y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, dejen de lado sus objeciones y se enzarcen en una retórica de amenaza de intervención militar, ya que este último comparó recientemente a los cárteles de la droga con Al Qaeda.
“Estos narcoterroristas son los Al Qaeda de nuestro hemisferio”, declaró en el Foro Reagan de Defensa Nacional a principios de este mes. Asimismo, planteó: “Y los estamos cazando con la misma sofisticación y precisión con que cazamos a Al Qaeda”.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) señala que Venezuela no figura como un productor relevante de cocaína. Los cultivos de coca se concentran casi por completo en Bolivia, Perú y Colombia. Además, la Administración para el Control de Drogas (DEA), bajo el gobierno de Trump, no incluyó a Venezuela en su informe de marzo sobre el tráfico de cocaína.
En otra aparente escalada de la campaña militarizada del presidente contra los narcotraficantes, Trump declaró recientemente que el fentanilo es un “arma de destrucción masiva”, a pesar de que el fármaco, que se utiliza en hospitales de todo Estados Unidos, tampoco se fabrica en Venezuela ni está presente en los barcos que presuntamente introducen droga en el país.
Trump ha dicho en repetidas ocasiones que no necesariamente pediría permiso al Congreso para lanzar una guerra terrestre en Venezuela y afirmó que, más bien, los activos militares “solo van a matar gente”.
“No creo que vayamos a pedir una declaración de guerra. Creo que simplemente vamos a matar a la gente que está trayendo drogas a nuestro país, ¿de acuerdo? Vamos a matarlos”, dijo Trump durante una mesa redonda en la Casa Blanca con funcionarios de la administración en octubre.
El presidente también ha autorizado operaciones de la CIA dentro de Venezuela al conceder a los operativos de inteligencia la posibilidad de emprender “acciones encubiertas” contra Maduro y su gobierno, incluso como parte de una operación militar más amplia.
En declaraciones a los periodistas en octubre, Trump dijo que “autorizó” las operaciones de la CIA porque Venezuela “vació sus prisiones en Estados Unidos de América” e inundó el país de drogas.
Traducción de Michelle Padilla






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