La Casa Blanca confirma segundo ataque que mató a sobrevivientes de narcolancha, pero no por orden de Hegseth
La Administración de Trump se niega a aclarar si los sobrevivientes de los navíos sospechosos de narcotráfico suponían una amenaza inminente
La Casa Blanca confirmó que el almirante a cargo de la supervisión de las operaciones militares de Estados Unidos contra supuestas lanchas que transportan drogas había dado la orden de un segundo ataque en el que murieron dos sobrevivientes. Dicho ataque ha intensificado el escrutinio legal sobre la campaña letal de la administración de Trump.
Tras los nuevos informes sobre el ataque del 2 de septiembre y las acusaciones de que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó al personal militar “matar a todo el mundo” a bordo de las embarcaciones, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó que el almirante Frank M. “Mitch” Bradley había dado la orden de disparar por segunda vez contra el buque en el Caribe.
En el momento del atentado, Bradley dirigía el Mando Conjunto de Operaciones Especiales, que depende del Mando de Operaciones Especiales de Estados Unidos y suele encargarse de realizar operaciones militares clasificadas. Más tarde fue ascendido a dirigir la organización matriz.
Cuando se le pidió que aclarara si Hegseth había ordenado el segundo ataque contra el barco, Leavitt contestó a los periodistas que Bradley (y no Hegseth) había dado la orden y recalcó que el veterano oficial naval había actuado en función de “sus competencias y la ley” cuando lo hizo.
“Dirigió la intervención para garantizar la destrucción de la embarcación y la eliminación de la amenaza de los narcoterroristas”, declaró.

Leavitt añadió que los ataques “se llevaron a cabo en aguas internacionales y de acuerdo con el derecho de los conflictos armados”.
El ataque del 2 de septiembre, el primero de más de una docena de atentados en los que han muerto más de 80 personas en los últimos meses, “se llevó a cabo en defensa propia para proteger a los estadounidenses” y “los intereses vitales de Estados Unidos”, planteó.
Cuando dos supervivientes salieron de entre los restos, Bradley dio la orden de cumplir las supuestas instrucciones de Hegseth de “matar a todo el mundo”, según The Washington Post, que cita a funcionarios con conocimiento directo de la operación.
En el reporte se indicó que los dos hombres “volaron en pedazos en el agua”.
La noticia de la presunta instrucción de Hegseth surge después de que crecieran los cuestionamientos sobre la mortífera campaña de la Administración de Trump y las acusaciones de que los ataques equivalen a ejecuciones extrajudiciales ilegales. Los expertos en derecho de guerra que han asesorado a The Independent los han calificado de asesinatos descarados y crímenes de guerra.
Según el propio Manual de Derecho de Guerra del Pentágono, las personas “heridas, enfermas o náufragas” en alta mar deben ser “respetadas y protegidas en toda circunstancia” por las fuerzas estadounidenses, incluso durante las hostilidades.
El manual del Departamento de Defensa dice específicamente que “hacerlos objeto de ataque está estrictamente prohibido”.
Pero cuando se le preguntó por qué afirmaba que los ataques contra los supervivientes se apegaban al “derecho de los conflictos armados”, cuando las propias directrices del Pentágono dicen explícitamente lo contrario, Leavitt se negó a ofrecer una explicación y repitió su declaración preparada de antemano.
Un día antes, Donald Trump comentó a los periodistas que Hegseth le había dicho que “él no ordenó la muerte de esos dos hombres”.
“Yo no habría querido eso, ni un segundo ataque”, aseguró el presidente a los periodistas el domingo. “El primer ataque fue muy letal”.
Leavitt también defendió el indulto de Trump a Juan Orlando Hernández, el expresidente de Honduras declarado culpable el año pasado en un tribunal estadounidense por liderar una conspiración de narcotráfico que enriqueció a los cárteles, un marcado contraste considerando que son las mismas acusaciones en el centro de la actual estrategia de presión militar del presidente contra Venezuela.
“El pueblo de Honduras le ha recalcado [a Trump] cómo le tendieron una trampa al expresidente Hernández”, exclamó Leavitt.
Repitió las afirmaciones del equipo jurídico de Hernández de que su caso era una “persecución excesiva” y una “guerra jurídica” bajo la administración de Joe Biden.
“Por supuesto, está dentro de su autoridad constitucional firmar clemencia para quien considere que lo merece”, afirmó.

Los miembros demócratas y republicanos de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Senado y de la Comisión de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes han prometido una “supervisión enérgica” del Pentágono tras conocerse la noticia, al tiempo que los congresistas se suman a los crecientes llamados para que se investiguen los presuntos actos delictivos.
En un principio, el Pentágono declinó hacer comentarios sobre la supuesta orden de Hegseth, pero posteriormente el secretario emitió un extenso comunicado en X en el que defendía el combate sin negar si había ordenado a los oficiales “matar a todo el mundo” en los barcos a pesar de no suponer ninguna amenaza inmediata para Estados Unidos.
“Como de costumbre, las noticias falsas ofrecen más informes inventados, incendiarios y despectivos para desacreditar a nuestros increíbles guerreros que luchan para proteger la patria”, escribió el viernes. Y argumentó: “Nuestras operaciones actuales en el Caribe son lícitas según el derecho estadounidense e internacional. Todas las acciones se apegan al derecho de los conflictos armados y están aprobadas por los mejores abogados militares y civiles, arriba y abajo de la cadena de mando”.
Traducción de Michelle Padilla






