¿Por qué el método de sueño escandinavo funciona para tantas parejas?
Una de las razones por las que funciona es que el cuerpo regula su temperatura central al dormir, y compartir cobijas puede alterar ese equilibrio
Todo empieza con dos personas, una sola manta y dos ideas muy distintas sobre cuál es la temperatura ideal para dormir. A medianoche, uno suda de calor mientras el otro tirita de frío.
¿Te suena? No eres la única persona.
Muchas parejas discuten cada noche por las mantas, el edredón, la temperatura del dormitorio y los distintos hábitos de sueño. A partir de ahí, aparecen el mal descanso y el desgaste en la relación.
Por eso no sorprende que tantas parejas muestren interés por el llamado “método escandinavo para dormir”, una tendencia que gana fuerza en redes sociales.
Pero ¿de qué se trata exactamente? ¿Y puede realmente poner fin al “drama nocturno de la manta”, como promete TikTok?
¿Qué es el método escandinavo para dormir?
Se trata de una forma de dormir pensada para parejas que comparten la cama. A diferencia del modelo tradicional, no implica compartir la ropa de cama: cada persona usa su propia manta o edredón.
Este esquema permite seguir durmiendo juntos, pero al mismo tiempo atender las necesidades individuales de cada uno: propone un equilibrio entre compartir la cama y preservar el descanso personal.
Como su nombre lo indica, se lo asocia con los países escandinavos, donde muchas parejas priorizan tanto la intimidad de dormir juntas como la comodidad individual al descansar, gracias al uso de mantas separadas.
En los últimos tiempos, parejas de otros países aseguran que probar el método escandinavo marcó un antes y un después en la calidad de su sueño.
¿Realmente funciona?
La mayoría de las investigaciones sobre cómo duermen las parejas se centra en factores más generales. Entre ellos, el entorno del descanso —si es seguro, silencioso u oscuro—, la temperatura del dormitorio y las rutinas, más que en si se comparte o no una manta.
Ante la falta de estudios que comparen de manera directa “dos mantas versus una”, resulta difícil determinar si el método escandinavo cuenta con un respaldo científico específico.
Sin embargo, este enfoque reúne varios elementos que coinciden con prácticas de sueño saludables. Por eso, existen fundamentos razonables para pensar que podría reducir las interrupciones del descanso que suelen aparecer al compartir una misma manta con la pareja.
Yo tengo calor, tú tienes frío
El reloj interno del cuerpo regula los ritmos diarios de la temperatura corporal, que baja cuando nos dormimos. Además, los distintos materiales de la ropa de cama influyen en el descanso porque afectan la temperatura de la piel y del cuerpo.
Por ejemplo, el tipo de fibra puede influir en qué tan rápido te duermes o en cuánto sueño profundo tienes. Las mantas demasiado abrigadas, que elevan la temperatura corporal, también pueden alterar la calidad del sueño.

Pero los patrones de temperatura corporal durante la noche pueden variar según la edad, la composición corporal, las hormonas y si eres una persona más activa por la mañana o por la noche. Estos factores influyen en si duermes con calor o con frío y ayudan a explicar por qué necesitas un tipo de ropa de cama distinto al de tu pareja.
Quienes duermen con calor suelen preferir telas livianas y transpirables, mientras que quienes sienten frío tienden a optar por materiales más pesados y aislantes, que retienen el calor.
También hay otras razones para elegir un tipo de ropa de cama. Las personas con mayor sensibilidad sensorial o con la piel sensible pueden inclinarse por fibras más naturales y suaves. O pueden preferir mantas con peso, que generan un efecto calmante y ayudan a reducir la ansiedad o ciertas dificultades de procesamiento sensorial.
Con el método escandinavo para dormir, cada persona puede elegir la ropa de cama que mejor se adapte a sus necesidades.
Tengo los pies fríos
En parejas formadas por una mujer y un hombre, las diferencias biológicas en los patrones de temperatura corporal nocturna pueden hacer que una persona tirite de frío mientras la otra transpira bajo la misma manta.
Las manos y los pies de las mujeres suelen tener una temperatura más baja, ya que el cuerpo prioriza mantener calientes los órganos vitales. Esto ayuda a explicar por qué muchas mujeres buscan cubrirse manos y pies con la manta o el edredón, mientras que sus parejas masculinas se sienten cómodas dejándolos al descubierto.
Además, las mujeres suelen alcanzar su punto más bajo de temperatura corporal nocturna más temprano que los hombres. Con el paso del tiempo y durante la transición a la menopausia, también pueden experimentar sofocos y sudoración nocturna, situaciones que suelen alterar el descanso.
Estas diferencias en la regulación de la temperatura explican por qué hombres y mujeres suelen tener preferencias distintas sobre la temperatura ideal para dormir.
¡Ya estaba por dormirme!
Si tienes insomnio, el ruido o los movimientos de tu pareja pueden interrumpir el descanso. También puede afectarte la forma en que la otra persona influye en el ambiente del dormitorio, ya sea si mira televisión, usa el celular en la cama o duerme con la luz encendida.
Sobre las autoras
Yaqoot Fatima es profesora de Salud del Sueño en la Universidad de la Costa del Sol. Danielle Wilson es investigadora asociada y científica del sueño en la misma universidad. Nisreen Aouira es gerente de programas de investigación de Let’s Yarn About Sleep en el Instituto Thompson, también perteneciente a la Universidad de la Costa del Sol. Este artículo fue republicado de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Puedes leer el artículo original aquí.
Las mujeres suelen reportar que los movimientos de sus parejas masculinas interrumpen su descanso con mayor frecuencia que a la inversa.
Por eso, usar ropa de cama separada puede ayudar a reducir las interrupciones del sueño cuando las parejas se acuestan y se levantan en horarios distintos. Además, al tener cada persona su propia manta, se evita el descanso fragmentado que ocurre cuando una de las dos “se queda con toda la cobija”.
¿Cuál es el veredicto?
Para las parejas que duermen mal por necesidades de confort opuestas —ya sea por disputas con la manta, diferencias de temperatura, movimientos constantes o horarios de sueño desalineados—, el método escandinavo para dormir parece ofrecer una solución práctica y accesible.
Permite que cada persona controle su propio microclima de descanso de acuerdo con las necesidades de su cuerpo.
Sin embargo, dormir con mantas o edredones separados puede complicar a la hora de hacer la cama y volver más incómodos los abrazos antes de dormir. Además, si la cama no es tamaño queen o más grande, puede resultar difícil acomodarlos sin que alguno termine en el piso.
Aunque el método escandinavo para dormir suena prometedor, está lejos de ser una solución revolucionaria. Hasta que exista evidencia científica que lo respalde, conviene verlo más como un truco práctico de higiene del sueño que como un método de descanso probado.
Traducción de Leticia Zampedri







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