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Icónica casa de ‘Mi pobre angelito’ será restaurada para recrear su aspecto en los 90

La casa, ubicada en Winnetka, Illinois, EE. UU., fue comprada en enero por 5,25 millones de dólares

Brittany Miller
Martes, 16 de diciembre de 2025 11:51 EST
El cameo de Donald Trump en la escena del vestíbulo de 'Mi pobre angelito 2'
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Los nuevos propietarios de la casa que aparecía en el clásico navideño de 1990 Mi pobre angelito la están restaurando para devolverle su antiguo esplendor después de que una renovación elegante y ultramoderna desatara reacciones negativas de los fans de la película.

La icónica casa de Winnetka, Illinois —utilizada como residencia de la familia McCallister en Mi pobre angelito y su secuela de 1992, Mi pobre angelito 2: perdido en Nueva York—, fue adquirida a principios de este año por 5,25 millones de dólares. Los compradores están llevando a cabo un proyecto de renovación para recrear el interior cálido y colorido de la película original.

“Nuestra visión es restaurar la calidez y el amor que transmite la casa en la película”, dijo Scott Price, el director del proyecto que supervisa la renovación, en una entrevista reciente con canal NBC5 Chicago. Añadió: “Había tantos colores geniales, y simplemente te hacía sentir como en familia y como en casa; queremos traer de vuelta esa magia”.

La casa se sometió a una importante renovación en 2018 que sustituyó su acogedora estética por un diseño luminoso y minimalista, un cambio que fue muy criticado por los fans, que consideraban que la vivienda había perdido su carácter.

Aunque Price no precisó cuánto tiempo duraría la renovación interior, confirmó que también se realizarían algunos cambios en el exterior de la residencia.

La casa de 'Mi pobre angelito' en Winnetka, Illinois, EE. UU., fue comprada en enero por 5,25 millones de dólares
La casa de 'Mi pobre angelito' en Winnetka, Illinois, EE. UU., fue comprada en enero por 5,25 millones de dólares (anarchosyn/CC BY-SA 2.0)
El director del proyecto a cargo de la renovación dice que planea restaurar la “calidez” y el “amor” del clásico navideño
El director del proyecto a cargo de la renovación dice que planea restaurar la “calidez” y el “amor” del clásico navideño (20th Century Fox/Kobal/Shutterstock)

La mansión, de cinco dormitorios y seis baños, ocupa unos 2.700 m² y fue construida originalmente en 1921. Cuenta con cuatro chimeneas, dos lavaderos, dos jacuzzis, un bar, una zona de recreo, un gimnasio, una sala de cine privada y una pista polideportiva cubierta.

El exterior de la casa es famoso por haber servido de hogar a la familia McCallister en las dos películas de Mi pobre angelito.

John Abendshien, dueño de la propiedad en la época en que se rodaron las películas, habló recientemente con The Independent sobre lo que le atrajo de la casa cuando la vio por primera vez en 1989, antes de comprarla por $875.000.

“Hasta el día de hoy no puedo explicarlo, pero cuando nos detuvimos y lo vimos, algo en ese lugar cautivó mi corazón”, dijo Abendshien, y continuó: “Por un lado, me encanta la luz natural, y esa casa tiene muchas ventanas. También me gustaba su forma. Confieso que prácticamente compramos la casa desde la acera”.

El equipo de 'Mi pobre angelito' utiliza hojuelas de papa para simular nieve en el exterior de la casa de Winnetka, Illinois
El equipo de 'Mi pobre angelito' utiliza hojuelas de papa para simular nieve en el exterior de la casa de Winnetka, Illinois (John Abendshien)

Aunque Abendshien dijo que a veces se sentía como si viviera en una “pecera” a medida que la franquicia ganaba popularidad, describió ese periodo como una bendición. Vendió la casa en 2012 por $1,6 millones.

En los 35 años transcurridos desde entonces, la historia de Kevin McCallister (Macaulay Culkin), un niño de ocho años que defiende su casa de un par de ladrones poco inteligentes por todos los medios necesarios, se ha consolidado como un clásico navideño muy querido. Millones de fans la vuelven a ver cada año, y la gran casa de los McCallister les resulta tan familiar como sus propios hogares.

A día de hoy, cientos de visitantes acuden a la casa cada día, y a menudo es necesario cerrar las calles durante las vacaciones para hacer frente al intenso tráfico.

Traducción de Sara Pignatiello

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