Según una encuesta realizada por expertos, Trump es el peor presidente de la historia de EE. UU.
Las respuestas brindadas por los académicos encuestados no auguran nada bueno para el candidato republicano
Donald Trump será recordado por ser el primer presidente en la historia de Estados Unidos que se enfrenta a cargos penales.
Pero eso no es todo, ya que al parecer también se destaca por otras “hazañas”.
Según una nueva encuesta, Trump fue calificado como el peor presidente en la historia de EE. UU.
En la tercera entrega del Proyecto de grandeza presidencial, a cargo de Brandon Rottinghaus, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Houston, y Justin Vaughn, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Carolina Costera, se les pidió a los académicos que califiquen a las 45 personas que han ocupado la presidencia en EE. UU., desde George Washington hasta Joe Biden.
La encuesta se basa en 154 respuestas de académicos de diferentes disciplinas, quienes, de un modo u otro, realizan trabajos relacionados con la política presidencial.
Las encuestas anteriores se publicaron en 2015 y 2018. Este año, los encuestados debían clasificar a todas las personas que han ejercido el cargo de presidente aplicando una escala de 0 a 100, en la que 0 significa que fue un fracaso y 100, que fue excelente.
Trump ocupó el último lugar, con una puntuación de solo 10,9/100, es decir, el mismo puesto que ocupó en la encuesta anterior. Es importante aclarar que no fue incluido en la primera encuesta, ya que se hizo durante la presidencia de Barack Obama.
En la encuesta también se le concedió el galardón al presidente “más polarizador”.
Mientras tanto, Abraham Lincoln se situó en lo más alto de la clasificación presidencial, como el mejor presidente del país, con un promedio de 93,9/100.
Franklin D. Roosevelt ocupó el segundo lugar, seguido por el primer presidente de la nación, George Washington. El cuarto puesto fue para Theodore Roosevelt y el quinto, para Thomas Jefferson.
Los encuestados pudieron revelar sus propias inclinaciones políticas, lo que permitió analizar cómo le fue a cada presidente en los distintos partidos.
Desgraciadamente para Trump, ni siquiera los académicos republicanos lo favorecieron, pues lo ubicaron en el puesto 41 de un total de 45. Entre los académicos demócratas, obtuvo el puesto 45.
Por su parte, el presidente Joe Biden obtuvo el puesto 13 según la opinión de los demócratas y el 30 según los republicanos.
Rottinghaus y Vaughn explicaron que, para algunos, Biden representa el mayor obstáculo para Trump y esto puede haber influenciado los resultados.
Según lo que detallaron los especialistas en un artículo de Los Ángeles Times, “los logros más importantes de Biden serían haber rescatado la presidencia de las manos de Trump, haber retomado un estilo de liderazgo presidencial más tradicional y planear mantener el cargo fuera del alcance de su predecesor este otoño”.
Además, Vaughn le comentó a Newsweek que las encuestas captan “las opiniones en un momento determinado”, lo que implica que la imagen que se tiene de un líder puede cambiar.
Aunque ninguno de los académicos vivió durante la presidencia de Lincoln, todos tienen, por supuesto, una idea bastante clara de lo que fue el mandato de Trump y de cómo ha transcurrido el de Biden hasta ahora.
De todas formas, no es imposible que los presidentes de los últimos tiempos cambien de clasificación. Por ejemplo, Obama ha subido del puesto 16 en 2015 al 7 en 2024, es decir, nueve lugares.
Andrew Jackson, quien fue presidente entre 1829 y 1837, descendió 12 puestos en la clasificación a pesar de que su mandato tuvo lugar casi 200 años atrás.
El comunicado de prensa de la encuesta sugiere que Jackson salió muy perjudicado en el sondeo debido a su “pésimo trato hacia los nativos americanos”.
“Los académicos han demostrado una inclinación hacia la política de izquierda, pero eso ya había sido así en encuestas anteriores. Los resultados concluyen que, según el grupo encuestado, lo que define a un presidente como 'excelente' no es solo su afiliación partidaria, sino también el grado de acatamiento de las normas políticas e institucionales”, afirmaron Vaughn y Rottinghaus a Los Ángeles Times.