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Trump habla sobre el escándalo de los correos de Epstein y culpa a “republicanos débiles” por caer en la “farsa”

El presidente ha evitado responder a las preguntas de los periodistas desde que se publicaron los correos electrónicos el miércoles

Andrew Feinberg
en Washington D. C.
Viernes, 14 de noviembre de 2025 12:36 EST
Caso Epstein: ¿grieta republicana por las nuevas menciones a Trump?
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El presidente Donald Trump romió el silencio tras días de esquuivar las preguntas de los periodistas sobre los impactantes correos electrónicos en los que el pederasta fallecido Jeffrey Epstein decía que el presidente “sabía de las niñas” de las que él y su cómplice Ghislaine Maxwell abusaban y reveló que Trump pasó “horas” en su casa con una de sus víctimas.

En un mensaje en Truth Social, Trump acusó a los demócratas en el Congreso de “hacer todo lo posible” para “impulsar” lo que llamó “la farsa de Epstein” como una distracción de “todas sus malas políticas y pérdidas”.

Trump también arremetió contra los “republicanos débiles”, a los que calificó de haber “caído en sus garras por ser blandos y tontos”, y se quejó de que la exigencia de que su Administración haga públicos los archivos del caso de la investigación del FBI sobre el fallecido agresor sexual debería dirigirse a un grupo de figuras demócratas que no tienen ningún papel en el Gobierno federal.

“Epstein era demócrata, ¡y es el problema de los demócratas, no de los republicanos! Pregúntenle a Bill Clinton, Reid Hoffman y Larry Summers sobre Epstein, ellos lo saben todo sobre él, no pierdan el tiempo con Trump. Tengo un país que dirigir”, añadió.

Donald Trump se pronunció días después de que los correos electrónicos de Epstein dieran nuevos detalles sobre su relación.
Donald Trump se pronunció días después de que los correos electrónicos de Epstein dieran nuevos detalles sobre su relación. (Getty Images)
Los nuevos correos electrónicos han despertado el interés por los archivos. El Congreso también se ha movilizado para votar en breve sobre la publicación de más información de la investigación de Epstein.
Los nuevos correos electrónicos han despertado el interés por los archivos. El Congreso también se ha movilizado para votar en breve sobre la publicación de más información de la investigación de Epstein. (AFP via Getty Images)

El presidente tuvo su arrebato en las redes sociales el viernes por la mañana, más de 48 horas después de que los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes hicieran públicos los dos escandalosos correos electrónicos del famoso abusador de menores. En consecuencia, la mayoría republicana del panel compartió otros más de 20.000 documentos obtenidos del patrimonio de Epstein en un esfuerzo por inundar la zona y sacar los mensajes iniciales del radar colectivo de los periodistas.

En cambio, lo que siguió fue un diluvio de material poco halagador en el que Epstein y muchas de las personas con las que mantenía correspondencia describían a Trump con los términos más duros.

En un mensaje, Epstein escribió que sabía “lo corrupto que es Donald”, mientras que en otros llamaba a Trump “loco de m*****” y “al borde de la locura” o lo comparaba con un jefe de la mafia al que se le había concedido un “gran poder peligroso” como jefe ejecutivo de la nación.

También se jactó en un mensaje de ser “el único capaz de arruinarlo”.

Pero hasta ahora, Trump no ha respondido directamente a las perjudiciales revelaciones, en parte porque ha evitado de forma poco habitual responder a las preguntas del grupo de periodistas que le acompañan en los actos en el campus de la Casa Blanca.

En su lugar, ha dejado en gran medida la tarea de contraatacar los nuevos correos electrónicos de Epstein a la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien en una declaración el miércoles desveló que la víctima con la que Trump supuestamente pasó “horas” en casa de Epstein era la difunta Virginia Giuffre, que se suicidió a principios de este año.

Trump había afirmado que Epstein se había “robado” a Giuffre de su club Mar-a-Lago, donde trabajó como asistente de spa antes de ser reclutada, manipulada y traficada a Epstein por Maxwell.

“La ‘víctima anónima’ a la que se hace referencia en estos correos electrónicos es la fallecida Virginia Giuffre, quien dijo en repetidas ocasiones que el presidente Trump no estaba involucrado en ningún delito en absoluto y que ‘no podría haber sido más amable’ con ella en sus limitadas interacciones”, argumentó Leavitt.

Asimismo, Leavitt repitió una afirmación controvertida de que Trump había “echado a Jeffrey Epstein de su club hace décadas por ser un asqueroso con sus empleadas, incluida Giuffre” y acusó a los medios de noticias que están informando sobre los correos electrónicos publicados de participar en “esfuerzos de mala fe para distraer de los logros históricos del presidente Trump”.

“Cualquier estadounidense con sentido común se da cuenta de este engaño y de la clara distracción que supone la reapertura del gobierno”, añadió.

La tardía reacción de Trump a las últimas revelaciones sobre Epstein se produce cuando la Cámara de Representantes se prepara para votar una ley que obligaría al Departamento de Justicia a hacer públicos los expedientes de la investigación sobre el fallecido pederasta.

Después de que los demócratas y un pequeño número de republicanos presentaran con éxito una petición de aprobación de la gestión —una maniobra parlamentaria para llevar la legislación al pleno de la Cámara a pesar de las objeciones de los líderes—, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, dijo que la votación requerida tendría lugar la próxima semana.

El proyecto de ley, conocido como Ley de Transparencia de los Archivos Epstein, pasaría entonces al Senado, donde necesitaría el apoyo de al menos 13 republicanos para evitar el filibusterismo de la cámara alta.

Si eso sucede, Trump tendría entonces la opción de firmar la legislación, vetarla o no hacer nada y permitir que se convierta en ley sin su firma después de diez días (excluyendo los domingos).

No está claro si suficientes senadores republicanos apoyarían la legislación para obligar a Trump a tomar esa decisión, pero el furor en torno al proyecto de ley bipartidista de la Cámara de Representantes ha sacado de sus casillas al presidente —y a la Casa Blanca— quizás por primera vez desde que Trump volvió al poder en enero.

Funcionarios de la Casa Blanca que hablaron con The Independent bajo condición de anonimato describieron al presidente como “enloquecido” y “furioso” por su aparente incapacidad para amortiguar el interés de sus propios partidarios en todo el asunto Epstein o al menos cambiar de tema y mover el ciclo de noticias a lo largo de otro tema.

Pero seis años después de que Epstein se suicidara en una celda de Manhattan mientras esperaba juicio en un tribunal federal por cargos de tráfico sexual, el interés que sigue despertando el caso en su contra es en gran medida un problema que el mismo presidente creó.

Durante la campaña presidencial del año pasado, dio a entender que si era elegido para otro mandato haría uso de su autoridad para hacer públicos los expedientes del caso, que sus partidarios creen desde hace tiempo que contienen revelaciones perjudiciales sobre destacados demócratas. Y durante sus primeros meses en el cargo, la fiscal general Pam Bondi afirmó tener sobre su escritorio una copia de una “lista de clientes” de Epstein para revisarla y publicarla.

En lugar de ello, la dirección del Departamento de Justicia que él mismo eligió hizo estallar una bomba el pasado mes de junio al emitir una declaración sin firma en la que afirmaba que simplemente no había nada en posesión del departamento que pudiera hacerse público.

Traducción de Michelle Padilla

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