“Pesadilla draconiana”: deportan a Honduras a estudiante que volaba para visitar a su familia en Texas
Any Lucía López Belloza, de 19 años, fue detenida en el aeropuerto internacional Logan de Boston, EE. UU., y enviada a un país que no había vuelto a visitar desde su infancia
Una estudiante universitaria de Massachusetts, EE. UU., ha sido deportada a Honduras tras intentar volar a Austin, Texas, para sorprender a su familia en la festividad de Acción de Gracias.
Any Lucía López Belloza (19), una estudiante de negocios de la Universidad Babson que llegó a EE. UU. en 2014, cuando tenía ocho años, fue detenida en el aeropuerto internacional Logan de Boston el pasado jueves cuando se disponía a embarcar en su vuelo, tras haber pasado ya con éxito el control de seguridad sin incidentes.
Todd Pomerleau, su abogado, explicó que a López le habían dicho que había un problema con su billete cuando se escaneó su tarjeta de embarque, y que la habían remitido a un mostrador de atención al cliente, tras lo cual fue puesta bajo custodia federal.

“No le dijeron por qué estaba detenida”, declaró Pomerleau a The Boston Globe, y añadió: “No lo entendió en absoluto”.
Según el abogado, López fue trasladada a la oficina de ICE en el pueblo de Burlington en un vehículo sin matrícula. Luego, en una amarga ironía, fue trasladada en avión a Texas el sábado, solo para encontrarse posteriormente deportada a Honduras, un país al que no había regresado desde su infancia.
Pasaron 48 horas antes de que pudiera llamar a sus padres desde la casa de sus abuelos en San Pedro Sula para comunicarles lo sucedido, desconsolada por perderse las vacaciones con sus hermanas pequeñas y temerosa por el futuro.
En declaraciones al canal CBS Austin, Pomerleau caracterizó mordazmente las tácticas utilizadas para detener a su cliente como una “acción inconstitucional encubierta” y a López como “una Dreamer (beneficiaria de la política Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) viviendo una pesadilla draconiana”. The Independent se ha puesto en contacto con el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. y ICE para recabar sus comentarios.
“He trabajado muy duro para poder estar en Babson mi primer semestre. Era mi sueño”, dijo López al Globe desde Honduras, relatando su aterradora experiencia. Y agregó: “Lo estoy perdiendo todo”.

Nayna Gupta, directora de políticas del Consejo Estadounidense de Inmigración, quien ha estado ayudando a la familia de la estudiante desde que se conoció su difícil situación, dijo que López era objeto de una orden de expulsión pendiente desde 2017, aunque ella no tenía conocimiento de ello.
“[Su familia] no sabía que tenía que presentarse en algún sitio, y desde luego ella no tenía ni idea de nada de esto”, dijo Gupta, para luego explicar que los tribunales de inmigración pueden emitir este tipo de órdenes sin que el sujeto esté presente, y que las notificaciones se envían con demasiada frecuencia a direcciones incorrectas.
“Las personas con órdenes finales de expulsión, como esta joven universitaria de primer año de la Universidad Babson, son altamente vulnerables ante un Gobierno con una agenda de deportación cruel e indiscriminada”, añadió, en alusión a la mano dura del presidente Donald Trump en su segundo mandato contra la inmigración ilegal.
Según documentos judiciales obtenidos por el noticiero ABC News, un juez federal había ordenado al Gobierno de EE. UU. que no sacara a López del país y que no la trasladara fuera de Massachusetts, instrucciones que parecen haber sido ignoradas.
“Ella asistió, a sus nueve o 10 años, a un proceso judicial que pensó que había terminado favorablemente”, dijo Pomerleau a 7 News Boston, y prosiguió: “Es una niña según la ley de inmigración. Es menor de 21 años. Va a la universidad. Tiene cero antecedentes”.
“Creemos que se violaron sus derechos constitucionales en la forma en que fue arrestada; sin tener ningún aviso de por qué estaba detenida, sin mostrarle ningún documento que justificara su abrupta y atroz expulsión de EE. UU”, expresó.
“Se supone que tienes que estar agradecido en esta época del año. Agradece que ICE no haya destruido a tu familia”, concluyó.
Ricky Soto, un amigo de la familia que trabaja con Francis, el padre de la estudiante, en una sastrería de Texas, dijo que él había gestionado el fatídico boleto para que López regresara a ver a sus padres, y posteriormente les había ayudado a encontrar respaldo legal.
“No parecía real porque nada tenía sentido. Solo puedo imaginar lo aterrador que debió haber sido para ella. Estaba muy emocionada, porque no esperaba poder volver a casa”, declaró al Globe.
Agregó que la familia había tenido dificultades desde que se había instalado en EE. UU., pero que se habían sentido “muy orgullosos” cuando su hija mayor fue aceptada en Babson con una beca.
Pomerleau dijo que su clienta estaba “muy triste” por lo que le había ocurrido, que echaba de menos a su familia y le preocupaba no poder terminar nunca sus exámenes finales, previstos para dentro de unas semanas.
“Le dije: 'Vamos a luchar con todo lo que tenemos hasta que te traigamos de vuelta'”, afirmó.
Traducción de Sara Pignatiello





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