Las renovaciones de Trump en la Casa Blanca definirán la imagen de la residencia presidencial durante décadas
El presidente emprendió una serie de renovaciones en el interior y exterior de la Casa Blanca, alineadas con su gusto personal
Esta semana, cuadrillas de demolición comenzaron a derribar partes del histórico Ala Este de la Casa Blanca para dar paso al nuevo y lujoso salón de baile que impulsa Donald Trump.
El proyecto forma parte de una serie de renovaciones que el presidente ha realizado tanto en el interior como en el exterior del icónico edificio, con un estilo mucho más alineado a sus gustos personales.
Desde la remodelación del famoso jardín de rosas de Jackie Kennedy hasta el regreso del botón para pedir Coca-Cola Light en el Depacho Oval, los cambios impulsados por Trump han generado algo más que sorpresa en ciertos sectores; algunos los califican de “grotescos” y “desgarradores”.
Salón de baile del Ala Este
El 20 de octubre comenzaron las obras del imponente salón de baile con detalles dorados, una ambiciosa construcción que Trump planea utilizar para cenas de Estado y otros eventos antes de que finalice su mandato en 2029.
Se estima que el proyecto costará alrededor de 250 millones de dólares.


El nuevo salón de baile, que será financiado con donaciones privadas, tendrá una superficie mínima de 8.300 metros cuadrados (más grande que un campo y medio de fútbol) y podrá albergar hasta 650 invitados. En comparación, el Salón Este, actualmente utilizado para eventos importantes en la Casa Blanca, solo tiene capacidad para 200 personas.
Esta será la primera modificación estructural en la Casa Blanca desde la incorporación del balcón Truman en 1948.
El Ala Este fue construida en 1902 y recibió un segundo piso en 1942, bajo la presidencia de Franklin D. Roosevelt.
Desde entonces, ha albergado tradicionalmente la Oficina de la Primera Dama, junto con otras dependencias como la Oficina de Viajes y la Oficina Militar de la Casa Blanca.

Jardín de rosas
Lo que fue un espacio verde vibrante y meticulosamente cuidado por Jackie Kennedy en los años 60, ahora ha sido transformado en un patio de piedra caliza blanca, con varios muebles de jardín distribuidos sobre él.
La zona central, que solía ser de césped y que el presidente calificó de problemática por enlodarse, fue sustituida por losas, aunque aún se mantienen flores a lo largo de los bordes. Además, se instaló un moderno sistema de sonido.



El nuevo Jardín de las Rosas también incluye sillas tipo club de campo, mesas y sombrillas a rayas. Según The New York Times, Trump quería “recrear” la experiencia de su club privado en Palm Beach, Mar-a-Lago.
De hecho, el mes pasado, el presidente recibió invitados en un evento celebrado en el llamado “Club del Jardín de las Rosas”.
Despacho Oval
El Despacho Oval adopta un estilo similar al de los hoteles Trump International, con detalles dorados en las molduras del techo, las lámparas laterales e incluso la pantalla de la chimenea.
Los retratos de figuras históricas estadounidenses también han sido modificados: sus marcos de madera fueron reemplazados por elaborados marcos dorados y ornamentados.

CNN reportó anteriormente: “Hay oro en todos lados: nuevas figurillas de vermeil dorado sobre la repisa, medallones en la chimenea, águilas doradas en las mesas laterales, espejos rococó dorados en las puertas y, en los frontones sobre las entradas, pequeños querubines dorados traídos desde Mar-a-Lago”.

Incluso el control remoto del televisor en el pasillo ahora está revestido en oro.
Sala del Gabinete
El tema dorado también se extiende a la Sala del Gabinete de Trump, utilizada para reuniones con sus altos funcionarios y, en ocasiones, con líderes extranjeros. Según The New York Times, se añadieron revestimientos y molduras doradas en las paredes, junto con otros elementos dorados distribuidos por la sala.
El presidente también incorporó candelabros ornamentados y más banderas, incluyendo las de ramas específicas de las Fuerzas Armadas como el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

Columnata Oeste
Trump también ha instalado un “Paseo de la Fama Presidencial” al estilo “empleado del mes” a lo largo de un prominente pasillo exterior junto al Ala Oeste, donde retratos en blanco y negro del presidente y sus predecesores ahora cuelgan en marcos dorados en la pared de la columnata, que bordea el pavimentado Jardín de las Rosas.
Las fotos están dispuestas en orden cronológico según cada administración, lo que incluye dos imágenes de Trump y dos del expresidente Grover Cleveland, quien ocupó el cargo como el 22.º y 24.º presidente.
En una aparente burla a su predecesor directo, el retrato de Joe Biden fue reemplazado por la imagen de una firma mecánica, en referencia a acusaciones republicanas de que el expresidente usó ese dispositivo para firmar documentos oficiales debido a su frágil estado de salud.


Otros cambios presidenciales
Aunque posiblemente más numerosos y ostentosos, Trump no es el único presidente que ha realizado modificaciones estructurales en la Casa Blanca.
En 1947, para festejar el cumpleaños de Harry S. Truman, se instaló una bolera con dos carriles en el Ala Oeste de la Casa Blanca, cerca de donde hoy funciona la Sala de Crisis. Años después fue retirada, pero en 1969, Richard Nixon, apasionado del boliche, ordenó la construcción de una nueva pista bajo el Pórtico Norte.

La bolera de un solo carril que construyó Richard Nixon todavía se mantiene en funcionamiento. Aunque no está incluida en los recorridos públicos, ocasionalmente se permite el acceso a empleados e invitados de la Casa Blanca.
Nixon también transformó un dormitorio presidencial en el tercer piso en una sala de billar.
Años después, Barack Obama —otro presidente apasionado por el deporte— modificó la cancha de tenis para convertirla en una cancha de básquetbol de tamaño completo, con líneas marcadas y aros móviles. Se sabía que jugaba con su equipo y usaba esos partidos como escape en momentos clave, como antes de conocer los resultados de su reelección en 2012.

Entre los cambios históricos más significativos se encuentra la construcción del Despacho Oval, que fue utilizado por primera vez por el presidente William Howard Taft en octubre de 1909. Tras su investidura, Taft convocó un concurso para elegir al arquitecto encargado de diseñar una oficina ejecutiva permanente, según la Asociación Histórica de la Casa Blanca.

Nathan C. Wyeth fue elegido para el proyecto y basó el diseño de la oficina presidencial en el Salón Azul, la sala ovalada más emblemática de la Casa Blanca.
Traducción de Leticia Zampedri






