Cierre de Gobierno de EE. UU.: qué significa y a quiénes afectará
Por vigésima primera vez en 50 años, todas las agencias federales se quedarán sin fondos a la medianoche del martes, a menos que el Congreso actúe para evitarlo. Entonces, ¿cómo afectará un nuevo cierre de Gobierno a los estadounidenses?
El Gobierno de Estados Unidos enfrenta nuevamente la posibilidad de un cierre administrativo.
Por vigésima primera vez en los últimos 50 años, todas las agencias federales se quedarán sin fondos a la medianoche del martes, a menos que el Congreso apruebe a tiempo los proyectos de financiamiento.
Aunque los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso y la presidencia, necesitan 60 votos en el Senado para evitar un filibusterismo demócrata.
Esto deja a los republicanos con dos opciones: negociar un compromiso con la oposición o eliminar la regla del filibusterismo. Hasta ahora, no han hecho ninguna de las dos.
Entonces, ¿qué consecuencias tendría un cierre administrativo para los ciudadanos y para la nación?

¿Qué es un cierre de Gobierno y cuánto puede durar?
La Constitución de Estados Unidos otorga al Congreso el poder exclusivo sobre el presupuesto. En el Artículo I se establece: “No se retirará dinero del Tesoro, salvo como consecuencia de apropiaciones hechas por ley”.
La Ley Antideficiencia, aprobada en 1884 y enmendada en 1950, también prohíbe al Gobierno incurrir en gastos no autorizados por el Congreso. Su objetivo era impedir que los departamentos federales presionaran al Legislativo gastando todo su presupuesto al inicio del año, una práctica común en el pasado.
Durante décadas, se asumió que esta norma no aplicaba a los presupuestos anuales rutinarios. Sin embargo, en 1980 y 1981, el fiscal general de Jimmy Carter, Benjamin Civiletti, determinó que sí debía aplicarse, lo que significó que todo trabajo no esencial debía detenerse una vez agotados los fondos.
¿Cuánto puede durar un cierre de Gobierno? No existe un plazo fijo.
Algunos han durado apenas unas horas o un día, mientras que el más largo ocurrió entre 2018 y 2019, durante el primer mandato de Donald Trump: se extendió por 34 días y provocó pérdidas estimadas en más de 6.000 millones de dólares para la economía estadounidense.
¿Serán despedidos o suspendidos los trabajadores federales?
En la mayoría de los cierres administrativos, los empleados no esenciales son suspendidos temporalmente, lo que significa que se les ordena no presentarse a trabajar y no reciben pago mientras dura la paralización.
Gracias a una ley de 2019, esos trabajadores reciben el salario retroactivo una vez que el cierre concluye. Sin embargo, esta vez la situación podría ser distinta.
La semana pasada, la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB), dirigida por Russell Vought —quien participa en el Proyecto 2025—, instruyó a las agencias federales a considerar despidos permanentes en los programas que “no sean consistentes con las prioridades del presidente”.
Esto podría traducirse en más recortes de personal en departamentos que ya habían sufrido ajustes bajo la gestión de Elon Musk en DOGE a principios de este año, algunos de los cuales se están revirtiendo.
¿Qué servicios esenciales del Gobierno continúan durante un cierre?
Según la Ley Antideficiencia, existen excepciones explícitas para “emergencias que involucren la seguridad de la vida humana o la protección de la propiedad”.
Por eso, durante un cierre de Gobierno, los agentes federales de la ley mantienen sus investigaciones y los agentes fronterizos siguen patrullando. La CIA y la NSA continúan con sus labores de vigilancia.
El Servicio Meteorológico Nacional sigue monitoreando el clima, aunque con menos personal, y lo mismo ocurre con los controladores aéreos. La TSA continúa aplicando controles de seguridad en aeropuertos, incluidos los ya familiares, como pedir a los pasajeros que se quiten los zapatos.
Los programas que se autofinancian o cuentan con presupuestos fuera de las apropiaciones anuales también siguen operando. Entre ellos están el Servicio Postal (USPS), la Seguridad Social, Medicare y Medicaid.
En un memorando emitido en la década de 1980 por el fiscal general Benjamin Civiletti, se estableció además que las funciones constitucionales del presidente no se ven afectadas por los cierres. Ese criterio se amplió luego a jueces, congresistas y al personal necesario para sostener sus actividades esenciales.
Y, como manda la Constitución, tanto el Congreso como el presidente siguen recibiendo su salario.
¿Qué es lo que realmente se cierra?
En teoría, casi todo lo demás. La magnitud exacta aún no se conoce, ya que muchas agencias no han publicado sus planes de contingencia.
En cierres anteriores se vieron interrumpidas tareas como las inspecciones ambientales en plantas químicas, los controles de seguridad alimentaria, la aprobación de pasaportes y ciertos procesos migratorios.
Muchos de estos servicios funcionan con tasas o aranceles, lo que les permite operar por un tiempo limitado; sin embargo, cuando los gastos superan esos ingresos, también deben suspenderse.
Otros programas, como la asistencia alimentaria, los subsidios preescolares o los préstamos estudiantiles, pueden seguir o detenerse según la disponibilidad de fondos. No todos los servicios comparten el mismo año fiscal que el resto del Gobierno, lo que significa que algunos aún disponen de presupuesto cuando inicia un cierre.
El sistema de parques nacionales podría cerrar total o parcialmente. Durante el cierre de 2018-2019 permaneció abierto, pero servicios básicos como la recolección de basura se detuvieron, lo que provocó condiciones poco higiénicas en algunas áreas.
De forma similar, los museos Smithsonian podrían cerrar sus puertas, aunque en cierres anteriores lograron mantenerse abiertos algunos días después del inicio de la paralización.
Traducción de Leticia Zampedri