Servicio Secreto entró sin permiso en un salón de belleza durante preparativos para evento de Kamala Harris
Alicia Powers aseguró que se sintió “vulnerada” cuando vio a un agente del Servicio Secreto captado en video tapando una de las cámaras de seguridad de su salón de belleza con cinta adhesiva y dejando que la gente usara el baño sin permiso
El Servicio Secreto se encuentra en tela de juicio tras haber allanado un salón de belleza local antes de un importante acto de campaña de Kamala Harris el mes pasado.
La empresaria Alicia Powers aseguró que se sintió “vulnerada” cuando el Servicio Secreto allanó su negocio y vio que un agente fue captado en video tapando una de las cámaras de seguridad del salón con cinta adhesiva y supuestamente permitió a la gente usar el baño sin su permiso.
El incidente tuvo lugar el 27 de julio, cuando la vicepresidenta pronunció un discurso en un acto de recaudación de fondos en el Colonial Theater de Pittsfield (Massachusetts), la primera gran recaudación de fondos en persona de Harris desde que lanzó su campaña presidencial. Según los organizadores, Harris recaudó más de USD 1,4 millones para su campaña.
El espacio de artes escénicas está situado detrás del salón Four One Three de Powers.
Powers comentó a Business Insider que había decidido cerrar su negocio ese sábado debido a las fuertes medidas de seguridad por el acto de campaña, pero cuando regresó el salón estaba abierto.
Cuando revisó una cámara de seguridad del interior, vio a varias personas utilizando el baño.
Las imágenes muestran a un agente del Servicio Secreto subido a una silla y colocando cinta aislante sobre una cámara de seguridad exterior, mientras una segunda cámara del interior captó a varias personas, dos de ellas con uniforme médico, entrando en el local.
“Un montón de gente entró y salió de aquí para volver a hacer varias revisiones para detectar bombas; entiendo por completo lo que tienen que hacer, debido a la naturaleza de la situación”, señaló Powers.
“Y en ese momento, mi equipo sintió que era un poco caótico, y tomamos la decisión de cerrar el sábado”.
“Varias personas entraron y salieron durante una hora y media de mi cuarto de baño, las alarmas se activaron y utilizaron mi mostrador sin permiso alguno”, añadió Powers.
“Y luego, cuando terminaron de usar el baño durante dos horas, se fueron, y dejaron mi edificio completamente abierto, y no quitaron la cinta de la cámara”.
Powers arremetió contra los agentes por no pedirle permiso para utilizar su negocio.
“Quienquiera que viniera de visita, fuera una celebridad o no, probablemente le habría abierto la puerta y le habría preparado café y llevado donas para que pasara una tarde estupenda. Pero ni siquiera tuvieron la audacia de pedir permiso. Simplemente, actuaron sin avisar”, exclamó.
El Servicio Secreto afirmó que nunca habría entrado en la propiedad sin permiso.
Pero más tarde, Powers compartió que recibió una disculpa de un representante de la agencia en la oficina de Boston.
Relató: “Me dijo que todo lo que sucedió se hizo muy mal. No debían tapar mi cámara sin permiso. No debían entrar en el edificio sin permiso”.
Melissa McKenzie, portavoz del Servicio Secreto, declaró a The Independent en un comunicado: “El Servicio Secreto de los Estados Unidos mantiene una estrecha colaboración con nuestros socios de la comunidad empresarial para llevar a cabo nuestras misiones de protección e investigación”.
“El Servicio Secreto ya se puso en contacto con la propietaria del negocio afectado. Respetamos al máximo estas relaciones y nuestro personal no entraría, ni daría instrucciones a nuestros socios para que entren en un negocio sin el permiso del propietario”.
El incidente se suma al fuerte escrutinio con el que ha lidiado el Servicio Secreto desde el intento de asesinato de Donald Trump en su mitin en Butler, Pensilvania, el 13 de julio.
La agencia admitió que su gestión del evento supuso un grave fallo de seguridad y su directora, Kimberly Cheatle, dimitió en medio de las críticas.
Tras el tiroteo, el Servicio Secreto se ha comprometido a proporcionar cobertura de francotiradores en los actos de campaña presidencial para todos los candidatos y sus compañeros de fórmula.
Traducción de Michelle Padilla