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¿Por qué el rey Carlos III no pagará impuestos sobre la herencia de la fortuna privada de la reina?

Un acuerdo de 1993 exime efectivamente al monarca del impuesto sobre la herencia en esta situación

Jon Stone
Martes, 13 de septiembre de 2022 16:18 EDT
El rey Carlos y la reina consorte abordan un vuelo hacia Edimburgo
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Además de heredar el trono de su madre, al rey Carlos III también le corresponde recibir gran parte de su riqueza privada.

Además de las propiedades oficiales de la corona, la reina Isabel acumuló decenas de millones de libras en dinero y activos propios, en gran parte relacionados con el arte y los caballos de carrera.

La mayoría de las personas debe pagar el 40 por ciento en impuestos sobre la herencia en cualquier bien heredado que supere la cantidad de £325.000 (US$375.000), lo que significaría que la monarquía debería pagar millones y el departamento del Tesoro recibiría una ganancia inesperada.

Sin embargo, el rey Carlos no deberá pagar un centavo debido a un acuerdo negociado entre la corona y el gobierno de John Major en 1993, que exime efectivamente al monarca en situaciones como esta.

¿Cuánto hereda Carlos de la reina?

En 2011, la lista de millonarios de The Sunday Times calculó que la fortuna privada de la reina era de £370 millones (US$425 millones).

Pero la cifra exacta de lo que recibirá Charles no es pública porque los testamentos de los monarcas se mantienen confidenciales durante décadas después de su muerte.

Al nuevo rey definitivamente al menos le corresponde recibir las propiedades privadas de la reina en el ducado de Lancaster.

Esta propiedad, que estaba valorada en más de £650 millones (US$750 millones) hasta marzo de 2022, le reportará unos ingresos de alrededor de £24 millones (US$27,5 millones), misma cantidad que le reportaba a su madre. Desempeña un rol similar al del ducado de Cornualles, que disfrutó como príncipe de Gales y que ahora pasará a su hijo.

¿De qué trata este acuerdo fiscal con el gobierno?

El acuerdo que confirmó la exención de la monarquía del impuesto sobre la herencia nunca se convirtió en ley, sino que fue parte de un “memorando de acuerdo” más informal entre el gobierno y el palacio. Su nombre oficial es “Memorando de Acuerdo sobre Tributación Real”.

Es una lectura fascinante para cualquier persona interesada en los asuntos fiscales de la monarquía.

La sección del memorando sobre las herencias comienza señalando que algunos bienes reales están en manos de la reina como “soberana y no como individuo privado” y que “sería claramente inapropiado que se pagara un impuesto sobre la herencia con respecto a dichos bienes”.

Los activos de este tipo incluyen residencias oficiales como el Palacio de Buckingham, los Archivos Reales, la Colección Real de pinturas y otras obras de arte.

No son realmente bienes personales del rey o la reina, sino de la corona y, por lo tanto, no están sujetos al impuesto sobre herencias.

Pero ¿qué pasa con la propiedad privada y la riqueza?

El siguiente párrafo del memorando también exime del impuesto sobre la herencia a la propiedad privada del monarca, cuando se deja como herencia al próximo soberano.

Dice: “En relación con los bienes que pueden considerarse propiamente como privados, las disposiciones estipulan que el impuesto sobre la herencia no se pagará por las donaciones o legados de un soberano al siguiente, sino que se pagará por las donaciones y legados a cualquier otra persona”.

Esto significa que todo lo que Carlos herede de la reina Isabel no está sujeto al impuesto sobre la herencia.

El memorando también dice que “tampoco se pagarán impuestos sobre los activos que pasan al soberano tras la muerte de un(a) consorte de un(a) exsoberano(a)”, una exención que se habría aplicado a los activos del príncipe Felipe.

¿Cuál es la justificación de esto?

El documento da dos justificaciones: primero, dice que la naturaleza del rol del monarca significa que es importante para ellos tener “suficientes recursos privados”. En segundo lugar, señala que algunos de los bienes privados del monarca también se utilizan para funciones oficiales.

Como dice el memorando: “Las razones para no gravar los activos que pasan al próximo soberano son que los activos privados como Sandringham y Balmoral tienen un uso tanto oficial como privado, y que la monarquía como institución necesita suficientes recursos privados para permitirle continuar desempeñando su papel tradicional en la vida nacional y tener un grado de independencia financiera del gobierno en turno”.

Cabe señalar que, si bien solo algunos de los activos del monarca tienen usos “tanto oficiales como privados”, todos ellos están exentos del impuesto sobre la herencia, ya sea Sandringham House o un caballo de carreras.

Sin embargo, el memorando dice que “el gobierno cree que las disposiciones establecidas en el memorando de acuerdo adjunto son justos y apropiados, teniendo en cuenta, según sea necesario, las circunstancias únicas de la monarquía”.

¿La reina debe pagar impuestos legalmente?

El contexto más amplio del memorando del impuesto sobre la herencia es que la monarquía no está legalmente obligada a pagar el impuesto sobre la renta, el impuesto a las ganancias de capital o el impuesto sobre la herencia en absoluto, porque las leyes pertinentes del parlamento no se aplican a ellos.

Sin embargo, el soberano paga el impuesto sobre la renta y las ganancias de capital de forma “voluntaria” y el impuesto sobre sobre la herencia con base en lo que el memorando describe, una base que no incluía la muerte del monarca y la transferencia de su riqueza al siguiente monarca.

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