Occidente habla de futuro Estado palestino al tiempo que se agrava la pesadilla en Gaza
Los planes anunciados por Francia, el Reino Unido y Canadá para reconocer un Estado palestino no lo harán realidad en el corto plazo, aunque podrían aislar aún más a Israel y fortalecer la posición negociadora palestina a largo plazo.
El problema para los palestinos es que podría no haber un Estado a largo plazo.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu rechaza la creación de un Estado palestino y ha prometido mantener un control indefinido sobre la anexionada Jerusalén Oriental, la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza devastada por la guerra —territorios que Israel conquistó durante la guerra de los Seis Días, de 1967 y que los palestinos reclaman para su futuro Estado.
Los líderes israelíes están a favor de la anexión total de gran parte de Cisjordania, donde Israel ya ha construido más de 100 asentamientos en los que viven más de 500.000 colonos judíos. La ofensiva israelí en Gaza ha reducido la mayor parte del territorio a un páramo humeante y la lleva a la hambruna. Israel afirma que sigue adelante con sus planes de reubicar a gran parte de su población, de unos 2 millones de habitantes, en otros países.
Estados Unidos, el único país con una influencia real sobre Israel, se ha puesto de su lado.
Críticos dicen que estos países podrían hacer mucho más
Los palestinos han acogido con satisfacción el apoyo internacional en su lucha de décadas para la creación de un Estado propio, pero opinan que existen medidas más urgentes que los países occidentales podrían tomar si quisieran presionar a Israel.
“Resulta un tanto extraño que la respuesta a las atrocidades diarias en Gaza, incluida la que, según todos los indicios, es una hambruna deliberada, sea reconocer un Estado palestino teórico que quizá nunca llegue a existir”, dijo Khaled Elgindy, profesor visitante del Center for Contemporary Arab Studies (Centro de Estudios Árabes Contemporáneos) de la Universidad de Georgetown.
“Parece más bien una manera de que estos países aparenten estar haciendo algo”, agregó.
Fathi Nimer, investigador de políticas en Al-Shabaka, un grupo de expertos palestino, dilucida que podrían haber suspendido los acuerdos comerciales con Israel, impuesto embargos de armas u otras sanciones.
“Estos países disponen de un amplio juego de herramientas, pero no hay voluntad política para utilizarlas”, añadió.
No es un gesto completamente vacío
La mayoría de los países del mundo reconocieron un Estado palestino hace décadas, pero el Reino Unido y Francia serán el tercer y cuarto miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en hacerlo, lo que deja a Estados Unidos como el único que se resiste.
“Hablamos de países importantes y de aliados israelíes importantes”, dijo Alon Pinkas, analista político israelí y ex cónsul general en Nueva York. “Están aislando a Estados Unidos y dejando a Israel dependiente, no de Estados Unidos, sino de los caprichos y el comportamiento errático de una sola persona: Trump”.
El reconocimiento también podría fortalecer las medidas para prevenir la anexión, expresó Hugh Lovatt, un especialista en el conflicto del European Council on Foreign Relations (Consejo Europeo sobre Relaciones Exteriores), un grupo de expertos cuyo objetivo es reforzar la política exterior europea bajo los principios del bloque. El reto, añadió, “es que esos países que lo reconocen acompañen su reconocimiento con otras medidas —medidas prácticas”.
También podría resultar significativo que Israel y los palestinos reanuden el proceso de paz, estancado desde hace mucho tiempo, y que se paralizó tras el regreso de Netanyahu al poder en 2009.
“Si y cuando se reanuden las negociaciones, probablemente no en un futuro inmediato, pero en algún momento, esto colocará a Palestina en una posición mucho más igualitaria”, subrayó Julie Norman, profesora de política de Oriente Medio en el University College de Londres.
“Tiene la condición de Estado como punto de partida para esas negociaciones, en lugar de como un punto final bastante incierto”, añadió.
Israel lo considera una recompensa a la violencia
El gobierno israelí y la mayor parte de su dirigencia política actual se oponían a la creación de un Estado palestino mucho antes que el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 desencadenara la guerra.
Netanyahu dice que crear un Estado palestino recompensará a Hamás y, con el tiempo, conducirá a un Estado aún más grande encabezado por Hamás en las fronteras de Israel. Los líderes de Hamás han sugerido en algunas ocasiones que aceptarán un Estado con las fronteras de 1967, pero, formalmente, el grupo se mantiene comprometido con la destrucción de Israel.
Los países occidentales visualizan un futuro Estado palestino democrático, pero también liderado por rivales políticos de Hamás que acepten a Israel y que lo ayuden a reprimir al grupo extremista que ganó las elecciones parlamentarias en 2006 y tomó el poder en Gaza al año siguiente.
El presidente palestino Mahmud Abás, cuya autoridad gobierna partes de la Cisjordania ocupada, apoya la solución de dos Estados y coopera con Israel en materia de seguridad. Ha hecho una serie de concesiones en los últimos meses, incluido el anuncio de poner fin a la práctica de la Autoridad Palestina de proporcionar estipendios a las familias de los prisioneros retenidos por Israel y de los milicianos que han muerto en enfrentamientos.
Estas medidas, junto con la coordinación de seguridad, lo han vuelto profundamente impopular entre los palestinos y no le han granjeado ningún favor ni de Israel ni del gobierno de Trump. Israel afirma que Abás no está sinceramente comprometido con la paz y lo acusa de tolerar la incitación y el extremismo.
Lovatt manifiesta que hay mucho que criticar sobre la Autoridad Palestina, pero que “a menudo se exageran las fallas del liderazgo palestino para eximir a Israel de sus propias obligaciones”.
Quizá la situación cambia, pero no con suficiente rapidez
Si alguien hubiera dicho a los palestinos en septiembre de 2023 que importantes países estaban a punto de reconocerles un Estado, que el tribunal supremo de la ONU había exigido a Israel poner fin a la ocupación, que la Corte Penal Internacional había ordenado el arresto de Netanyahu, y que prominentes voces de todo el espectro político estadounidense estaban furiosas con Israel, podrían haber pensado que su sueño de tener un Estado estaba al alcance de la mano.
Pero estos acontecimientos palidecen en comparación con la guerra en curso en Gaza y las ofensivas militares menores, pero igualmente destructivas, en Cisjordania. Las victorias militares de Israel sobre Irán y sus aliados lo han convertido en la potencia militar dominante y prácticamente indiscutible de la región, y Trump es el mayor defensor que ha tenido en la Casa Blanca.
“Este gobierno (israelí) no va a cambiar de política”, dijo Pinkas. “El tema del reconocimiento, el fin de la guerra, la ayuda humanitaria —todo eso esto tendrá que esperar a otro gobierno”.
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La periodista de The Associated Press Jill Lawless contribuyó a este despacho desde Londres.