Biden: las energías renovables, y no Rusia, son la solución al problema del precio de la gasolina

El habitualmente tardío presidente Joe Biden dio este martes una noticia que merecía la pena esperar: Estados Unidos prohíbe todas las importaciones de petróleo y gas ruso tras su invasión de Ucrania.

“Siento haberles hecho esperar, estaba con un par de llamadas telefónicas”, mencionó el presidente Biden a los periodistas reunidos en la Sala Roosevelt de la Casa Blanca el martes por la mañana, antes de anunciar que EE.UU. “está apuntando a la arteria principal de la economía rusa”.

La nueva orden ejecutiva prohíbe la importación de petróleo, gas natural licuado y carbón rusos a EE.UU. Biden indicó que la decisión se había tomado en estrecha consulta con los aliados y otros socios mundiales, y que contaba con un fuerte apoyo bipartidista en el Congreso y, en su opinión, en todos los Estados.

“Los estadounidenses se han unido para apoyar al pueblo ucraniano y han dejado claro que no vamos a subvencionar la guerra de Putin”, señaló Biden.

También aprovechó el momento para subrayar la necesidad de que EE.UU. se convierta en una economía de energía limpia, asegurando la independencia energética junto con la lucha contra el calentamiento global.

El presidente ha prometido una red de energía limpia para 2035, al tiempo que ha realizado inversiones masivas en vehículos eléctricos e infraestructuras para alcanzar el nivel cero en 2050.

“La flexibilización de la normativa medioambiental o la reducción de la inversión en energías limpias... no reducirá los precios de la energía para las familias”, explicó Biden.

“Pero transformar nuestra economía para que funcione con vehículos eléctricos alimentados por energías limpias con créditos fiscales para ayudar a las familias estadounidenses a invernar sus hogares y usar menos energía, eso sí ayudará”.

La transición lejos de los combustibles fósiles por completo significa que “nadie tiene que preocuparse por el precio en el surtidor de gasolina en el futuro”.

“Eso significará que tiranos como Putin no podrán utilizar los combustibles fósiles como armas contra otras naciones”, añadió. “Este es el objetivo hacia el que deberíamos apuntar”.

Aunque hay signos alentadores, queda mucho camino por recorrer. Los vehículos eléctricos solo representaron el 4 por ciento de las ventas en EE.UU. el año pasado, por detrás de China y Europa.

El petróleo y el gas siguen siendo las fuentes de energía más consumidas en EE.UU., pero las renovables, como la eólica y la solar, son las que más crecen. Se prevé que el porcentaje de generación de electricidad en EE.UU. a partir de energías renovables aumente al 22 por ciento este año.

Bill McKibben, ecologista y fundador de la organización sin ánimo de lucro 35.org, calificó el anuncio de la administración Biden de “potencialmente, un punto de inflexión para el mundo”.

“Si lo utilizamos para desprendernos rápidamente de los combustibles fósiles, como dice Biden que haremos, entonces podremos enfrentarnos tanto a los déspotas como a la destrucción del clima. Puede ser un día que los historiadores recuerden”, tuiteó.

En declaraciones a The Independent, Kassie Siegel, directora del Instituto de Derecho Climático del Centro para la Diversidad Biológica, calificó de “paso heroico dejar de financiar el sangriento asalto de Putin a Ucrania”.

“Ahora Biden puede seguir con un liderazgo heroico utilizando su autoridad ejecutiva para impulsar urgentemente la fabricación de energía renovable para EE.UU. y nuestros aliados, y detener los combustibles fósiles que alimentan tanto la agresión de Putin como la emergencia climática”, escribió Siegel.

Una plétora de sanciones económicas y un éxodo de empresas multinacionales están estrangulando la economía rusa después de que el presidente Vladimir Putin ordenara a su ejército invadir la vecina Ucrania el 24 de febrero.

El Reino Unido anunció el martes que también eliminará las importaciones de petróleo ruso para finales de año. La Unión Europea, que depende en gran medida de las importaciones de combustibles fósiles de Rusia para obtener energía, afirmó que pondría fin a las mismas “mucho antes de 2030”.

Las prohibiciones golpean el corazón de la economía rusa, que obtiene casi el 40 por ciento de sus ingresos de la producción de petróleo y gas.

EE.UU. solo importa una modesta cantidad de petróleo de Rusia: alrededor del 3 por ciento del crudo, y cerca del 8 por ciento del total de productos petrolíferos en 2021, según el grupo de Fabricantes Americanos de Combustible y Petroquímica.

Sin embargo, Biden admitió que “la decisión de hoy no es gratuita en nuestro país” y señaló que “la guerra de Putin ya está perjudicando a las familias estadounidenses en el surtidor de gasolina”.

Los precios de la gasolina se han disparado en EE.UU., y el precio medio alcanzó el martes la cifra récord de US$4,17 por galón (4,5 litros). La Casa Blanca declaró que se había comprometido a liberar más de 90 millones de barriles de la reserva este año para intentar estabilizar los precios.

Biden trató de tranquilizar a los estadounidenses afirmando que la extracción de petróleo en EE.UU. estaba en máximos históricos.

Y pidió públicamente a las grandes compañías petroleras y gasísticas, que también han abandonado en gran medida las participaciones rusas, que no aprovechen el momento “para sacar provecho o para subir los precios”.