Sistema de entrada y salida de la UE: ¿cuáles son los aeropuertos con más controles biométricos?
Exclusivo: Tras advertencias sobre posibles esperas de hasta 4 horas por controles biométricos al llegar a Europa, ya se identificaron los aeropuertos con mayor tráfico en el sistema EES

“Asegúrese, en lo posible, de dejar entre tres y cuatro horas desde el punto de entrada”, advirtió Julia Lo Bue-Said, directora ejecutiva de Advantage Travel Partnership, en la víspera del lanzamiento del nuevo sistema de entrada y salida (EES) de la Unión Europea, que entrará en vigor el domingo 12 de octubre.
Lo Bue-Said agregó: “Quizás viaje para un concierto, una reunión, una boda o un crucero. Pero si no deja el tiempo suficiente y, además, llega a un aeropuerto donde ya hay demoras —como ocurre en muchos casos—, este nuevo sistema solo va a sumar más frustración y retrasos”.
Entonces, ¿cuáles serán los puntos más concurridos? ¿Hay horarios que conviene evitar o, por el contrario, aprovechar? ¿Y en qué lugares y momentos es más probable encontrar filas mínimas?
Estas son las preguntas y respuestas clave:
¿Cuál es el problema?
En los aeropuertos grandes, el espacio es limitado y los puestos del sistema de entrada y salida (EES) son costosos. Por eso, la cantidad de estos dispositivos está estrictamente controlada. A esto se suma que, al analizar los horarios de llegada de vuelos, se pueden identificar momentos críticos en los que desembarcan grandes volúmenes de pasajeros que deben pasar por controles biométricos.
Por ejemplo, en el aeropuerto de Palma de Mallorca, en España, a partir de las 12:20 a. m. aterrizan siete vuelos procedentes del Reino Unido en solo media hora, con más de 1.200 pasajeros a bordo. El aeropuerto cuenta con unos 60 puestos del sistema EES (Entry/Exit System).
Si cada registro toma dos minutos por persona y hay unos 180 pasajeros por vuelo que deben hacerlo, el sistema se ve presionado desde el inicio.
Solo los tres vuelos que llegan a las 12:20 a. m. —desde Birmingham, Bristol y Manchester— suman 540 personas. Procesarlos llevaría al menos 18 minutos, siempre que todo funcione sin interrupciones. Mientras tanto, llega un vuelo desde Belfast. Algunos de sus pasajeros podrán evitar las filas gracias a su pasaporte irlandés, pero muchos otros se sumarán a la espera.
Y justo detrás vienen más: vuelos desde Newcastle, Glasgow y Gatwick.
Escenarios como este no son exclusivos de Palma.
En Faro, Portugal, por ejemplo, cada sábado por la mañana, a partir de las 9:50 a. m., se repite el patrón: siete vuelos británicos aterrizan en media hora, colapsando los puntos de control.
Los aeropuertos más pequeños cuentan con menos puestos, lo que significa que el aumento de vuelos desde el Reino Unido en las noches de sábado puede poner a prueba el sistema. En Heraclión, Creta, por ejemplo, se esperan siete vuelos británicos en menos de dos horas, a los que se suman llegadas desde Tel Aviv, cuyos pasajeros también deben pasar por controles biométricos.
¿Cuál es el mejor momento para aterrizar en destinos turísticos?
La mejor apuesta suele ser llegar en los primeros vuelos del día. Por ejemplo, el primer vuelo que requiere EES en Alicante un sábado es el de Ryanair desde Liverpool, que parte a las 5:45 a. m. y aterriza a las 9:25 a. m.
¿Algo más que conviene tener en cuenta?
Bajar primero del avión nunca fue tan importante. Los asientos delanteros suelen ser los más rápidos para salir, aunque en aerolíneas como Ryanair, que usan escaleras delanteras y traseras, también puede ser una ventaja estar en la parte de atrás.
Y si hay retrasos, prepárese: las filas pueden volverse insoportables. Por ejemplo, si una tormenta o una nube de arena cierra temporalmente un aeropuerto en las Islas Canarias, al reanudarse las operaciones podrían aterrizar vuelos cada pocos minutos desde el Reino Unido, saturando por completo el sistema.
¿Dónde más se concentran los puntos críticos?
Los grandes centros de conexión en Europa —Amsterdam, Frankfurt y París Charles de Gaulle (CDG)— también enfrentan desafíos. Aunque muchos de los pasajeros que llegan a estos aeropuertos son ciudadanos del espacio Schengen y no deben pasar por el sistema de entrada y salida (EES), hay franjas horarias que generan una alta presión. En particular, las primeras horas de la mañana son problemáticas.
En solo los primeros 15 minutos del “bloque matutino” en París CDG, aterrizan nueve vuelos de larga distancia, procedentes de ciudades como Tokio, Montreal, Santiago, Shanghái, Hong Kong, Abiyán, Nueva York, Pekín y Dubái. Aun si solo un tercio de los pasajeros de esos vuelos necesita registrarse en el sistema, estamos hablando de cerca de 1.000 personas de golpe.
¿Hay un lugar y un momento que convenga evitar en especial?
Sí: el aeropuerto de Milán Malpensa, a primera hora de la tarde. En ese horario llegan vuelos desde Jeddah, Dubái (operado por un Airbus A380) y Doha —todos antesala del vuelo de Ryanair procedente de Manchester. El resultado: una espera larga, muy larga.
¿Un lugar donde no haya que esperar tanto?
Luxemburgo. Su aeropuerto es eficiente, los aviones que llegan suelen ser más pequeños y muchos de los pasajeros son ciudadanos del espacio Schengen, por lo que no necesitan pasar por el sistema EES. Sin embargo, conviene evitar las 7:00 p. m. de los jueves, cuando aterriza el vuelo intercontinental más inusual de Europa: el CZ677, proveniente de Zhengzhou (China).
¿Y al volver?
El sistema EES también se aplica a la salida. Las autoridades rumanas, por ejemplo, recomiendan que los ciudadanos de terceros países sujetos a este control lleguen al aeropuerto con tiempo extra antes de sus vuelos internacionales.
Traducción de Leticia Zampedri