San Salvador clausura los Juegos Centroamericanos que albergó de emergencia

Con un festejo de atletas y voluntarios, así como palabras de agradecimiento a una ciudad que se ofreció a organizar los Juegos Centroamericanos y del Caribe tras la declinación de la sede original y todavía en medio de la incertidumbre de la pandemia, las justas se clausuran

Luis Ruiz
Sábado, 08 de julio de 2023 22:45 EDT
CENTTROAMERICANOS-CLAUSURA
CENTTROAMERICANOS-CLAUSURA (AP)

Con un festejo para atletas y voluntarios, así como palabras de agradecimiento a una ciudad que se ofreció a organizar los Juegos Centroamericanos y del Caribe tras la declinación de la sede original y todavía en medio de la incertidumbre de la pandemia, las justas se clausuraron el sábado.

“Salvador, gracias por salvarnos, Salvador, gracias por acogernos”, dijo Luis Mejía, el presidente de Centro Caribe Sports, la entidad que organiza estas competiciones, durante la ceremonia de cierre en el Estadio de la Universidad de El Salvador.

El acto comenzó con un desfile de portadores de las banderas de las 35 delegaciones participantes, mientras tres pantallas mostraban las imágenes más destacadas de los Juegos. Ingresaron luego los deportistas que permanecen en la Villa, aledaña a la universidad, para llenar el campo de este recinto de atletismo.

Vino posteriormente el discurso de clausura por parte de Yamil Bukele, el presidente del Comité Organizador de los Juegos, quien habló del desafío que representó para San Salvador hacerse cargo del evento, previsto originalmente para 2022 en Panamá, que renunció a la encomienda en 2020, durante lo peor de la crisis sanitaria mundial.

Los Juegos se aplazaron un año. Aun así, la capital salvadoreña dispuso de escaso tiempo para prepararse.

“Tengo que decir, lo hemos logrado”, proclamó el hermano del presidente salvadoreño Nayib Bukele. “Para nosotros fueron año y medio de mucho trabajo, de mucho sacrificio, pero luego de estos 18 meses, podemos decir ‘misión cumplida’ y aquí estamos clausurando los juegos”.

Yamil Bukele agradeció a unos 2.000 reos considerados no peligrosos, quienes colaboraron en trabajos de construcción de los distintos recintos donde se llevaron a cabo los Juegos.

Vestidos con camisetas amarillas, los convictos podían reducir sus penas a cambio del trabajo.

Mejía no sólo prodigó agradecimientos a los organizadores, sino a los voluntarios y los deportistas, incluido un grupo de colombianos que hace días obtuvo los permisos para adoptar a “Colombo”, un perro callejero visto en las inmediaciones de la Villa y a quien se llevarán consigo.

“Se hicieron los juegos más grandes en la historia de nuestra organización en apenas un año y medio, nunca lo olviden... En su condición, estos han sido los mejores juegos”, manifestó Mejía.

Las pantallas mostraron después el momento en que se apagaba la llama en el estadio Jorge “Mágico” González, sede de la inauguración y de las pruebas de atletismo, a unos cinco kilómetros de la Universidad.

Luego, la estafeta fue entregada a Santo Domingo, sede de los próximos Juegos y que incluso albergó las competencias de siete deportes durante esta edición.

La capital dominicana ofreció un espectáculo coreográfico, con música de bachata y merengue, así como despliegue de numerosos drones.

Ausente de la clausura, Nayib Bukele ha encontrado en los Juegos una vitrina para mostrar los avances en materia de seguridad en El Salvador. Si bien el país había realizado ya los Centroamericanos en 1935 y 2002, éste es el mayor evento en la nación desde que el gobierno desató la guerra contra las pandillas.

Desde marzo de 2022 el gobierno salvadoreño puso en vigencia sus llamadas políticas de “mano dura” para combatir a las “maras” a las que responsabilizaba de la mayoría de los crímenes en el país. La construcción de una gran prisión de alta seguridad y la detención de más de 60.000 presuntos pandilleros en 15 meses ha generado duras críticas en materia de derechos humanos.

En las calles, taxistas, comerciantes y demás ciudadanos refieren que las mejorías en seguridad son significativas. Las estadísticas oficiales los avalan, al indicar que, en todo lo que va del año, El Salvador registra menos de 100 muertes violentas, incluidas las de 19 supuestos pandilleros que fallecieron en supuestos enfrentamientos con policías y la fuerzas armadas.

Pero hay también acusaciones de que las autoridades violan sistemáticamente los derechos humanos como parte de las medidas excepcionales para combatir la delincuencia.

Por ahora, El Salvador ha expuesto ante los visitantes su seguridad y también su nueva infraestructura, incluidos los escenarios deportivos que, aun a marchas forzadas, estuvieron listos. En cuanto a la capacidad de organización, los Juegos transcurrieron sin afectaciones mayores, a no ser por la lluvia que derivó en posposiciones varias competencias, incluida la final del béisbol, donde el oro se otorgó a México sin jugar, por reglamento.

“Este estadio es maravilloso, ¡qué bueno!, ha sido un espectáculo verlo, fue un espectáculo bueno ver a Estadio del Mágico González en buen pie y sobre todo recuperado, y sobre todo la pista que está maravillosa, que si fuera por mí viniera otra vez sin problemas a competir y y a volver a saltar”, comentó el miércoles Yulimar Rojas, la reina venezolana del salto triple que logró medalla de oro y récord regional en este inmueble renovado para albergar el atletismo.

Deportistas, prensa y otros visitantes se llevan también el recuerdo de la hospitalidad de los salvadoreños.

“Muy bueno todo. La verdad es que la gente es muy, muy, muy amable”, expresó la fondista mexicana Laura Galván el jueves, tras triunfar en los 10.000 metros. “Me sorprende Salvador es tan bonito”.

Pirotecnia y música de reguetón alegraron a los atletas y voluntarios, para marcar el fin de la fiesta y de los Juegos.

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