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Los centros de datos tecnológicos elevan las facturas de electricidad en EEUU

Marc Levy
Sábado, 09 de agosto de 2025 14:46 EDT
EEUU-PRECIOS ELECTRICIDAD-CENTROS DE DATOS
EEUU-PRECIOS ELECTRICIDAD-CENTROS DE DATOS (AP)

Ante el aumento de las facturas de electricidad, los estados en Estados Unidos se ven presionados para proteger a los clientes domésticos y comerciales regulares de los costos de alimentar a los centros de datos de las grandes empresas tecnológicas, que están hambrientos de energía.

No está claro que algún estado tenga una solución, y el efecto real de los centros de datos en las facturas de electricidad es difícil de determinar. Algunos críticos cuestionan si los estados tienen la valentía para adoptar una línea dura contra gigantes tecnológicos como Microsoft, Google, Amazon y Meta.

Pero más de una docena de estados ha comenzado a dar pasos a medida que los centros de datos impulsan la rápida construcción de centrales eléctricas y líneas de transmisión.

Eso ha significado poner presión al mayor operador de la red eléctrica del país para que reduzca los aumentos de precios, estudiar el efecto de los centros de datos en las facturas de electricidad o apremiar a los propietarios de los centros de datos para que paguen una mayor parte de los costos de transmisión local.

El aumento de las facturas de electricidad es “algo de lo que los legisladores han escuchado hablar mucho. Es algo de lo que hemos escuchado hablar mucho. En el último año, más personas se han expresado sobre eso en la comisión de servicios públicos que nunca antes”, dijo Charlotte Shuff, de la Junta de Servicios Públicos de los Ciudadanos de Oregon, un grupo de defensa del consumidor. “Hay un clamor masivo”.

No son el típico consumidor de electricidad

Algunos centros de datos podrían requerir más electricidad que ciudades del tamaño de Pittsburgh, Cleveland o Nueva Orleans, y hacer que las grandes fábricas parezcan diminutas en comparación. Esto presiona a los legisladores a replantear un sistema que, históricamente, ha distribuido los costos de transmisión entre los distintos tipos de consumidores de forma proporcional al consumo de electricidad.

“Gran parte de esta infraestructura —miles de millones de dólares— se está construyendo solo para unos pocos clientes e instalaciones, y estas resultan ser las empresas más ricas del mundo”, dijo Ari Peskoe, director de la Iniciativa de Derecho Eléctrico de la Universidad de Harvard. “Creo que algunas de las premisas esenciales sobre las que se basa todo esto, en cierto modo, se vienen abajo”.

Una solución, agregó Peskoe, es un “avispero” que enfrenta a las diferentes clases de usuarios de servicios públicos entre sí.

Algunos funcionarios minimizan el papel que tienen los centros de datos en el aumento de las facturas de electricidad.

Tricia Pridemore, integrante de la Comisión de Servicios Públicos de Georgia y presidenta de la Asociación Nacional de Comisionados Reguladores de Servicios Públicos, señaló un suministro eléctrico ya restringido así como el aumento del costo de las líneas eléctricas, los postes de electricidad, los transformadores y los generadores, a medida que las empresas de servicios públicos reemplazan equipos obsoletos o los refuerzan contra condiciones climáticas extremas.

Los centros de datos necesarios para dar cabida al auge de la inteligencia artificial aún se encuentran en la etapa de planificación regulatoria, expuso Pridemore, y la Coalición de Centros de Datos, que representa a las grandes empresas tecnológicas y a los desarrolladores de centros de datos, ha declarado que sus miembros están comprometidos a pagar la parte justa que les corresponde.

No obstante, cada vez hay más pruebas que sugieren que las facturas de electricidad de algunos estadounidenses aumentan para subsidiar las enormes necesidades energéticas de las grandes empresas tecnológicas a medida que Estados Unidos compite contra China en una carrera por la superioridad en la inteligencia artificial.

Wood Mackenzie, compañía de datos y analítica, publicó un informe hace unas semanas que sugiere que las 20 tarifas especializadas propuestas o vigentes para centros de datos en los 16 estados que estudió no son suficientes para cubrir el costo de una nueva planta de energía de gas natural.

En otras palabras, a menos que las empresas de servicios públicos negocien tarifas especializadas más altas, otros tipos de usuarios de servicios públicos —residenciales, comerciales e industriales— son probablemente quienes pagan las necesidades energéticas de los centros de datos.

Mientras tanto, Monitoring Analytics, el organismo independiente de control del mercado de la red del Atlántico Medio, produjo una investigación en junio que muestra que el 70% —que equivale a 9.300 millones de dólares— del aumento del costo de la electricidad del año pasado fue resultado de la demanda de los centros de datos.

Los estados responden

El año pasado, cinco gobernadores, encabezados por Josh Shapiro, de Pensilvania, comenzaron a oponerse a los precios de la energía establecidos por PJM Interconnection, el operador de la red del Atlántico Medio, después de que esa cantidad se disparara casi siete veces. Advirtieron que los clientes “están pagando miles de millones más de lo que es necesario”.

PJM aún no propone maneras de garantizar que los centros de datos paguen su carga, pero Monitoring Analytics plantea la idea de que los centros de datos sean obligados a proveerse de su propia electricidad.

En una declaración presentada el mes pasado, dijo que esto evitaría una “transferencia masiva de riqueza” de la gente común a las empresas tecnológicas.

Al menos una docena de estados consideran maneras de que los centros de datos paguen costos de transmisión locales más altos.

En Oregon, una zona clave para los centros de datos, los legisladores aprobaron una ley en junio que ordena a los reguladores estatales de servicios públicos desarrollar nuevas tarifas eléctricas —presumiblemente más altas— para los centros de datos.

La Junta de Servicios Públicos de los Ciudadanos de Oregon dice que existe evidencia clara de que los costos para atender a los centros de datos se distribuyen entre todos los clientes, en un momento en que algunas facturas de electricidad han aumentado un 50% en los últimos cuatro años y las empresas de servicios públicos desconectan a más personas que nunca.

El gobernador de Nueva Jersey firmó una ley el mes pasado que encarga a los reguladores estatales de servicios públicos que estudien si los abonados sufren “aumentos tarifarios irrazonables” para conectar a los centros de datos, y que desarrollen una tarifa especializada para cobrar a dichos centros de datos.

En algunos otros estados, como Texas y Utah, gobernadores y legisladores intentan evitar una crisis de oferta y demanda que deje en apuros a quienes pagan tarifas reguladas, o en la oscuridad.

Dudas sobre que si los estados protegen a los usuarios

En Indiana, los reguladores estatales de servicios públicos aprobaron un acuerdo entre Indiana Michigan Power Co., Amazon, Google, Microsoft y defensores del consumidor que establece parámetros para los pagos de los centros de datos por el servicio.

Kerwin Olsen, del Consejo de Acción Ciudadana de Indiana, un grupo de defensa del consumidor, firmó el acuerdo y lo calificó como un “acuerdo bastante bueno” que incluye más protecciones al consumidor que las aprobadas por los legisladores estatales.

No obstante, expuso, la ley estatal no obliga a los grandes consumidores de energía —como los centros de datos— a revelar públicamente su consumo eléctrico, por lo que determinar si pagan la parte justa que les corresponde de los costos de transmisión “será un desafío”.

En un informe de marzo, el Programa de Derecho Ambiental y Energético de la Universidad de Harvard cuestionó la motivación de las empresas de servicios públicos y los reguladores para proteger a los usuarios de servicios públicos de asumir el costo de la electricidad para los centros de datos.

Tanto las empresas de servicios públicos como los estados tienen incentivos para atraer a grandes clientes, como los centros de datos, dijo.

Para lograrlo, las empresas de servicios públicos —cuyas tarifas deben ser aprobadas por los reguladores— pueden ofrecer “ofertas especiales a clientes privilegiados”, como un centro de datos, y trasladar efectivamente los costos de esos descuentos a los usuarios regulares de los servicios públicos, escribieron los autores, y muchas leyes estatales pueden proteger la divulgación de esas tarifas, agregaron.

En Pensilvania, un punto neurálgico emergente de centros de datos, la comisión estatal de servicios públicos elabora una estructura tarifaria modelo para que las empresas de servicios públicos consideren su adopción. Un objetivo general es lograr que los desarrolladores de centros de datos cumplan con lo que prometen.

“Estamos hablando de mejoras reales en la transmisión, potencialmente de cientos de millones de dólares”, dijo Stephen DeFrank, presidente de la comisión. “Y eso es lo que no queremos que el contribuyente se vea obligado a pagar”.

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Marc Levy está en X como @timelywriter

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