Nicolás Maduro despliega militares y milicias en 284 “frentes de batalla” ante las tensiones con EE. UU.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, elevó las apuestas y aseguró que el país está “listo para la lucha armada”
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, indicó que desplegará militares y milicias en 284 lugares de “frente de batalla” en todo su país, a medida que aumentan las tensiones con Estados Unidos tras un ataque mortal la semana pasada.
Flanqueado por su ministro de Defensa, Maduro elevó las apuestas en una emisión de la televisión estatal el jueves por la mañana.
“Estamos listos para una lucha armada, si es necesario”, declaró Maduro desde Ciudad Caribia, en la costa central del país, informó Reuters.
“A lo largo de todas las costas venezolanas, desde la frontera con Colombia hasta el este del país, de norte a sur y de este a oeste, tenemos una preparación completa de tropas oficiales”, exclamó.
La escalada se produce después de un ataque letal de Estados Unidos la semana pasada contra lo que el presidente Donald Trump afirmó que era un barco que contrabandeaba drogas desde Venezuela para la banda Tren de Aragua.

Trump alegó que el cargamento en el mar Caribe fue dirigido por el presidente venezolano; Maduro lo negó.
El ataque contra el buque mató a 11 personas, lo que supone el primer ataque militar estadounidense conocido contra presuntos narcotraficantes desde que la administración de Trump comenzó a enviar buques de guerra al Caribe el mes pasado.
“Que esto sirva de aviso a cualquiera que esté pensando en meter drogas en los Estados Unidos de América. CUIDAD”, escribió Trump la semana pasada. No obstante, la administración ha compartido poca información sobre el ataque.
El ministro del Interior de Venezuela afirmó el jueves que ninguna de las 11 personas muertas a bordo del buque pertenecía al Tren de Aragua.
“Confesaron abiertamente haber matado a 11 personas”, señaló Diosdado Cabello en la televisión estatal. Y agregó: “Hemos hecho nuestras investigaciones aquí en nuestro país y están las familias de los desaparecidos que quieren a sus familiares, y cuando preguntamos en los pueblos, ninguno era del Tren de Aragua, ninguno era narcotraficante”.

“Se cometió un asesinato contra un grupo de ciudadanos utilizando fuerza letal”, añadió Cabello.
El ministro puso en duda que Estados Unidos pudiera determinar si había drogas a bordo del buque y preguntó por qué no detuvieron a los individuos.
The Independent se puso en contacto con el Pentágono en busca de comentarios.
El vicepresidente J. D. Vance fue uno de los que defendieron ferozmente el ataque y dijo que le “importa una m****a” que la gente considere la acción un “crimen de guerra”.
"Matar a los miembros de los cárteles que envenenan a nuestros conciudadanos es el mejor y más elevado uso de nuestro ejército”, afirmó Vance en una publicación en X el fin de semana.
No está claro cómo la presencia militar estadounidense en la región va a interrumpir el tráfico de drogas. Los buques forman parte de una “operación antidroga reforzada” para llevar a cabo misiones de intercepción de drogas en América Latina, según declaró un funcionario de Defensa a The Washington Post la semana pasada.

Phil Gunson, analista político del International Crisis Group con sede en Caracas, cree que la operación probablemente será un costoso fracaso, ya que, en el mejor de los casos, solo interrumpirá el tráfico en el Caribe oriental de forma temporal.
Pero añadió: “Hay objetivos adicionales, incluida la desestabilización del gobierno de Maduro y posiblemente incluso su colapso. Es algo que el secretario de Estado estadounidense [Marco] Rubio lleva tiempo promoviendo, pero no parece haber un plan claro sobre cómo lograrlo, y menos aún una idea de cómo lidiar con el caos que podría sobrevenir”.
Trump lleva tiempo culpando a Venezuela de una epidemia de drogas en su país y alega que Caracas está vertiendo narcóticos en EE. UU. a través de canales ilegales. Venezuela ha negado las acusaciones y sostiene que la gran mayoría de la cocaína producida en Colombia sale por el Pacífico.
Maduro es ampliamente considerado un dictador y no es reconocido por Estados Unidos como el líder legítimo de Venezuela. Juró su cargo para un tercer mandato de seis años en enero, y mantiene que fue el legítimo ganador de las elecciones presidenciales del año pasado.
La oposición, sin embargo, sostuvo que hay pruebas creíbles de que su candidato había ganado la votación, además de que instó a EE. UU. y otros países a aumentar la presión sobre Maduro para forzarlo a dimitir el cargo.
La administración de Trump anunció el mes pasado una recompensa de 50 millones de dólares por la detención de Maduro. Lo acusó de ser uno de los mayores narcotraficantes del mundo y de trabajar con cárteles para inundar EE. UU. de cocaína mezclada con fentanilo. Maduro niega cualquier relación con el narcotráfico.
Traducción de Michelle Padilla