Reportan que más de 1 millón de inmigrantes han dejado la fuerza laboral de EE. UU. tras las medidas de Trump
La participación de la mano de obra nacida en el extranjero disminuyó entre enero y julio en el país, dejando a algunos sectores, como el de la construcción, en apuros para cubrir puestos de trabajo
Datos preliminares sugieren que más de 1,2 millones de inmigrantes desaparecieron de la fuerza laboral de EE. UU. entre enero y julio, un indicio de que las políticas de deportación masiva del presidente Donald Trump tendrán un impacto significativo en la fuerza laboral del país.
Los inmigrantes representan casi el 20 % de la fuerza de trabajo estadounidense, según datos del censo analizados por el think tank Pew Research Center, y muchos trabajan en la agricultura, la pesca, la silvicultura, la construcción y el sector de servicios.
Pero como resultado de la mano dura de Trump contra la inmigración, el número de migrantes en EE. UU., tanto con estatus legal como sin él, está disminuyendo, según el análisis del instituto.
No está claro qué parte de ese descenso puede atribuirse directamente a las salidas voluntarias frente a las expulsiones dirigidas por el Gobierno de Trump. Los datos sobre inmigrantes indocumentados son notoriamente difíciles de obtener debido a que no se declaran.
El descenso de la participación de inmigrantes nacidos en el extranjero se refleja en los datos oficiales de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., que también estimó una caída de cerca de 1,2 millones de personas entre enero y julio.

La pérdida de participación de los inmigrantes en la mano de obra estadounidense coincide con un descenso general de la población inmigrante del país.
Trump hizo campaña con la promesa de deportar a millones de inmigrantes en EE. UU. y utilizó datos falsos para afirmar que los indocumentados estaban “quitando” puestos de trabajo a los ciudadanos estadounidenses.
Aproximadamente el 45 % de los inmigrantes que trabajan en EE. UU. lo hacen en la agricultura, la pesca o la silvicultura. La participación en estos puestos de trabajo ha disminuido desde que la Administración ordenó a ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU.) que llevara a cabo redadas de deportación.
“Tenemos una gran cantidad de mano de obra indocumentada”, declaró la directora de defensa de los trabajadores agrícolas del Ministerio Nacional de Trabajadores Agrícolas, Elizabeth Rodriguez, a Associated Press. Añadió: “Hemos visto que ICE se dirige especialmente a las obras de construcción e intentan atacar los talleres mecánicos y de reparación”.
Asimismo, Rodriguez dijo que muchas cosechas se habían “[echado] a perder” durante la temporada de melones y sandías en mayo debido al menor número de trabajadores.
El año pasado, los agentes de ICE acudieron a las granjas para llevar a cabo redadas de inmigración, lo que podría ahuyentar a otros jornaleros de sus puestos de trabajo.
La portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, dijo en un comunicado: “No hay escasez de mentes y manos estadounidenses para hacer crecer nuestra fuerza de trabajo, y la agenda del presidente Trump para crear empleos para los trabajadores estadounidenses representa el compromiso de esta Administración para capitalizar ese potencial en bruto mientras cumplimos con nuestro mandato de hacer cumplir nuestras leyes de inmigración”.
Otros sectores, como el de la construcción, también se han enfrentado a la escasez de trabajadores a raíz de las medidas migratorias de Trump. Aproximadamente el 30 % de los obreros de la construcción son inmigrantes, según Pew.
Aproximadamente el 92 % de las empresas de construcción se enfrentan a retrasos en sus proyectos debido a la escasez de mano de obra, según declaró a finales de agosto la asociación Associated General Contractors of America.
Durante años, muchas compañías constructoras han luchado por encontrar trabajadores cualificados para llevar a cabo sus proyectos. Decenas de miles de trabajadores inmigrantes han contribuido a cerrar la brecha, permitiendo que los proyectos se construyan a tiempo.
Otro sector importante que puede verse afectado es el de la asistencia sanitaria a domicilio. Según Pew, los inmigrantes representan aproximadamente el 43 % de los cuidadores a domicilio. Los datos de la Oficina del Censo, analizados por la KFF (Fundación Familia Kaiser), sugieren que los inmigrantes constituyen el 28 % de la mano de obra que presta asistencia sanitaria directa.
Pero la decisión de Trump de poner fin a varios programas de asilo que proporcionan a los inmigrantes un estatus legal temporal podría perjudicar la cantidad de proveedores de servicios de ayuda a domicilio, centros de vida asistida o residencias de ancianos.
“¿Qué va a pasar cuando millones de estadounidenses ya no puedan encontrar un proveedor de cuidados a domicilio?”, dijo a AP Arnulfo De La Cruz, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio, con sede en Los Ángeles.
“¿Qué ocurre cuando los inmigrantes no están en el campo para recoger nuestras cosechas? ¿Quién va a dotar de personal nuestros hospitales y residencias de ancianos?”, agregó.
Traducción de Sara Pignatiello