Un día sin inmigrantes: origen y propósito de este movimiento
Mediante marchas y huelgas, los indocumentados tratan de presionar a Washington para que se apruebe una reforma migratoria
Ante la falta de respuesta para legalizar a los 11 millones de indocumentados que se estima hay en Estados Unidos, este 14 de febrero nuevamente se llevó a cabo la protesta “Un día sin inmigrantes 2022” en 13 ciudades del país.
Las movilizaciones tuvieron lugar en urbes donde reside un alto número de inmigrantes, entre ellas Atlanta, Boston, Chicago, Dallas, Filadelfia, Houston, Los Ángeles, Miami, San Francisco, Nueva York y Washington. Con excepción de la capital del país, donde se congregaron unas mil personas, en el resto la participación fue menor a la esperada.
Sin embargo, gracias a la cobertura que se les dio en los medios, las marchas lograron el objetivo deseado: resaltar la importancia que tienen los inmigrantes para la economía de Estados Unidos y presionar, tanto al Ejecutivo como al Congreso, para que les ofrezca a los indocumentados un camino a la legalización.
En los últimos meses la desesperanza entre quienes carecen de papeles ha crecido porque cada vez se ve más lejana la posibilidad de que el gobierno de Joe Biden cumpla con su promesa de aprobar una reforma migratoria.
Aunque la Casa Blanca culpa del problema a los republicanos, la realidad es que también dentro de las filas demócratas no existe el suficiente apoyo y al presidente le ha faltado liderazgo para presionar a sus correligionarios a que actúen a favor de los inmigrantes.
Como se recordará, Biden incluyó la reforma migratoria dentro de su plan de gasto social conocido como Build Back Better. Pero éste ha sido obstaculizado por los senadores demócratas Joe Manchin, de Virginia y Kyrsten Sinema, de Arizona. Ambos alegan que el plan sería muy oneroso. A ello se agrega el hecho de que la parlamentaria del Senado, Elizabeth MacDonough, ha rechazado en tres ocasiones que el plan de la reforma migratoria forme parte de Build Back Better.
Este año las marchas, que incluyeron también un llamado a no ir a trabajar, evitar hacer compras y no dejar que los niños vayan a la escuela, fueron convocadas por Carlos Eduardo Espina, un joven de 23 años que nació en Uruguay y llegó a Estados Unidos cuando solo tenía 5 años.
Para hacer la convocatoria, Espina utilizó la plataforma de TikTok, donde tiene una cuenta en la que habla de migración y comparte noticias de interés para la comunidad latina. Si bien él ya consiguió hacerse ciudadano de Estados Unidos y estudia leyes en la Universidad de Nevada, dice que le preocupan los indocumentados y las falsas promesas de los políticos para ayudar a esta comunidad.
El principal argumento de los defensores de los indocumentados es el gran aporte económico que hacen al país. El Center for American Progress estima que los indocumentados pagan alrededor de 78.000 millones de dólares al año en impuestos federales y 41.000 millones en impuestos estatales y locales, con el agravante de que no tienen derecho a ningún beneficio de programas como el Seguro Social o el Medicare.
Origen del movimiento
La protesta de “Un día sin inmigrantes” se efectuó por primera vez el 16 de febrero de 2017 con dos propósitos. El primero, para resaltar las enormes contribuciones de los inmigrantes. Y el segundo, para manifestar el repudio a los planes del entonces presidente Donald Trump de construir un muro fronterizo y deportar a millones de indocumentados.
El movimiento se inspiró en la polémica película Un día sin mexicanos del cineasta Sergio Arau. La trama del filme, que se estrenó en 2004, consiste en explorar la hipotética desaparición de todos los latinos en California y el caos que esto generaría en la vida de toda la población del estado.
Con esta idea, el movimiento de 2017 hizo un llamado generalizado para que la comunidad inmigrante se declarara en huelga el 16 de febrero.
La convocatoria a la huelga creció de manera exponencial a través de las redes sociales. Uno de los principales promotores del movimiento fue el youtuber mexicano conocido como “El Pelón de Chicago”, quien publicó un vídeo en Facebook en el que hizo un llamado a los inmigrantes a unirse a la huelga.
El vídeo se hizo viral cuando la página Reforma Migratoria de Facebook lo difundió. En unos días recibió más de cinco millones de vistas y se compartió más de 150 mil veces.
Al ver el impacto, los dueños de tiendas y restaurantes de varias ciudades con un alto número de inmigrantes, entre ellas Washington, Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Chicago, Austin y Dallas, decidieron solidarizarse con el movimiento y cerraron sus puertas.
No todos estuvieron de acuerdo con la protesta. Los distritos escolares de varias ciudades, entre ellas el LAUSD, instaron a los estudiantes a no faltar a la escuela. Algunos restaurantes también despidieron a los trabajadores que no se presentaron ese día a sus labores.
Hoy la sociedad permanece dividida en torno al tema. Muchas compañías se solidarizan con los indocumentados, pero otras rechazan que la huelga y las marchas sean la vía más apropiada para que se pueda aprobar la ansiada reforma migratoria.