¿Es Trump un genio? Economista admite que el presidente tal vez haya sido un visionario con los aranceles
Torsten Sløk, economista jefe de la firma Apollo Global Management, sugirió una posible forma en que el presidente Donald Trump podría evitar destrozar la economía mundial con sus aranceles, si cambia su estrategia
¿Ha sido el presidente Donald Trump más astuto que el mundo con su plan arancelario?
Según Torsten Sløk, economista jefe de Apollo Global Management, es posible.
El sábado, Sløk publicó una entrada en su blog titulada “Has Trump Outsmarted Everyone On Tariffs?” (“¿Ha sido Trump más listo que nadie con los aranceles?”). En el artículo, explica un posible escenario en el que Trump mantiene los aranceles por debajo de sus tasas más altas el tiempo suficiente para aliviar la incertidumbre y evitar los problemas económicos que vendrían con aranceles masivos.
“Tal vez la estrategia sea mantener aranceles del 30 % a China y del 10 % a todos los demás países, y luego dar a todos los países 12 meses para reducir las barreras no arancelarias y abrir sus economías al comercio”, escribió.
La publicación se produce justo antes de que finalice, a principios de julio, una pausa de 90 días en los “aranceles recíprocos” de Trump, que desencadenaron una enorme venta de acciones en abril, según informa Fortune.

La pausa pretendía dar tiempo a EE. UU. y a sus socios comerciales para negociar acuerdos; sin embargo, pocos se han materializado, al menos públicamente.
Dicho esto, la administración Trump lleva semanas diciendo que están cerca de llegar a acuerdos con varios socios comerciales no identificados.
Sløk teorizó que ampliando ese plazo un año más, otros países y las empresas estadounidenses tendrían más tiempo para adaptarse a un “nuevo mundo con aranceles permanentemente más altos”, y aliviaría la incertidumbre inmediata que sacude a los mercados.
“Esto se vería como una victoria para el mundo y, además, produciría 400.000 millones de dólares de ingresos anuales para los contribuyentes estadounidenses”, escribió, y añadió: “Los socios comerciales estarían contentos con aranceles de solo el 10 % y los ingresos fiscales de EE. UU. aumentarían. Puede que la administración haya sido más astuta que todos nosotros”.
Anteriormente, Sløk se mostró crítico con el plan arancelario de Trump, y no parece que su postura vaya a cambiar si el presidente continúa con su errático y agresivo programa arancelario. Pero ha identificado lo que cree que sería una forma de salir victorioso, siempre que el presidente esté dispuesto a pensar en el largo plazo.
Trump puede o no tener esa disposición. Parece haber respondido negativamente al apodo TACO que le ha puesto Wall Street —que significa “Trump Always Chickens Out” (“Trump siempre se acobarda”)— y, como resultado, puede negarse a dar marcha atrás en cualquiera de sus políticas propuestas, aunque tenga más sentido hacerlo.
Sløk advirtió en abril que una guerra comercial entre EE. UU. y China paralizaría a las pequeñas empresas estadounidenses, y aconsejó que proporcionar cierta sensación de estabilidad daría a la Reserva Federal una mejor visión de la inflación. En la situación actual, todos, desde los jefes de Estado hasta los propietarios de pequeñas empresas, están a la expectativa, inseguros de cómo proceder en el agitado clima económico que Trump ha creado.
Traducción de Sara Pignatiello






