¿Por qué ha bajado tanto la popularidad de Joe Biden?
Un 64 por ciento de los demócratas no apoya la reelección de Biden debido a su avanzada edad y a que no están satisfechos con su desempeño en el cargo, como escribe en este artículo María Luisa Arredondo
Joe Biden inició su presidencia con grandes expectativas. Para empezar, millones que votaron por él confiaron en que su estilo afable y unificador le devolvería al país un sentido de normalidad al terminar con la polarización y los escándalos de su predecesor, Donald Trump.
Pero no solo eso. Su ambicioso proyecto conocido como BBB (Build Back Better) para financiar una amplia gama de servicios sociales, desde menores costos para la educación y atención médica hasta la ampliación de créditos fiscales para los hijos y la aprobación de una reforma migratoria, fue aclamado como el paquete de gasto social más transformador de la historia moderna. Hoy es solo un triste recuerdo.
Biden esperaba vencer la oposición republicana sobre el precio de BBB, estimado en 1,7 billones de dólares, mediante un proyecto de reconciliación presupuestaria que le permitiría aprobarlo con una mayoría simple y el respaldo de la vicepresidenta Kamala Harris para desempatar la votación. Ese camino hubiera requerido que todos los demócratas estuvieran en sintonía.
El problema fue que no se logró el consenso en las filas demócratas. El senador de Virginia, Joe Manchin, se opuso férreamente al plan porque, a su juicio, era demasiado costoso y, de aprobarse, hubiera representado una carga demasiado pesada para la deuda nacional. Biden nunca pudo convencerlo de que lo apoyara. Ese fue el principio del fin.
Ante los ojos de millones estadounidenses, Biden empezó a verse como un presidente sin la firmeza necesaria para presionar a sus correligionarios a alinearse. Su afabilidad y cortesía, lejos de ayudarle, se convirtieron en un lastre para que su gobierno pudiera alcanzar las metas propuestas.
Casi de manera simultánea, los problemas tanto internos como externos se desencadenaron uno tras otro: la campaña masiva de vacunación contra el covid se estancó porque muchos estadounidenses se negaron a inmunizarse, la repentina salida de Afganistán despertó múltiples críticas, los problemas en la cadena de suministros se agravaron por la persistencia de la pandemia y empezaron a disparar los precios de muchos productos. Y, como remate, la invasión rusa a Ucrania complicó el panorama económico al contribuir a elevar el costo de la gasolina y, en consecuencia, la inflación.
Decisiones de la Corte Suprema
Por si fuera poco, la polarización, que nunca ha desaparecido, se ha reavivado con las controversiales decisiones que ha tomado la Corte Suprema, entre ellas la anulación del derecho al aborto a nivel federal y la ampliación de los derechos para la tenencia de armas, pese a la serie de tiroteos masivos que han enlutado al país en los últimos meses.
La frustración de los estadounidenses, tanto por la inflación, como por la guerra cultural que se ha desatado ha tenido un alto costo para Biden. Los conservadores lo culpan sin piedad de la carestía, agravada según ellos por los cheques de estímulo económico que dio para ayudar a las clases media y trabajadora, y del alto precio de la gasolina por su intención de no invertir en combustibles fósiles para desarrollar energías limpias. También lo acusan de promover el aborto y de haber abierto las fronteras para que todos los días arriben miles de indocumentados al país.
En contraste, los progresistas le echan en cara que no haya cumplido con las metas que se había impuesto con el proyecto de BBB, entre ellas avanzar en la lucha contra el cambio climático, ampliar el acceso a la educación y a la salud, así como aprobar una reforma migratoria. Lo culpan también de tibieza a la hora de defender los derechos de las mujeres y de combatir a quienes abogan por la venta indiscriminada de armas.
Hoy, la tasa de aprobación de Joe Biden está por los suelos. Un estudio de la empresa de encuestas en línea Civiqs Poll indica que el índice de apoyo al presidente ha descendido al 29 por ciento.
Lo más preocupante para el jefe de la Casa Blanca es que su imagen no solo está dañada entre los republicanos sino también entre los demócratas. El diario The New York Times y la Universidad de Siena dieron a conocer una encuesta que indica que el 64 por ciento de los votantes de las primarias demócratas no desea que el presidente, que tiene 79 años, busque la reelección.
La razón principal por la que los demócratas no apoyan que Biden se reelija es su edad. El 33 por ciento cita este factor, mientras que el 32 por ciento se refiere a su desempeño laboral. Un 12 por ciento dice que prefiere a alguien nuevo y el 10 por ciento indica que no es lo suficientemente progresista. El cuatro por ciento menciona su capacidad para ganar las elecciones y el tres por ciento señala que no tiene la agudeza mental para hacerlo.
Pero, según la misma encuesta, si las elecciones se efectuaran hoy, el 44 por ciento de los votantes apoyaría a Biden y solo el 41 por ciento a Trump. Esto revela que, pese a todos los obstáculos que enfrenta, el presidente aún es una mejor opción que su antecesor para la mayoría de los estadounidenses, lo que da una luz de esperanza.