Francis Ford Coppola estrena ‘Megalopolis’ en Cannes y genera críticas mixtas
Las críticas iban desde “una locura de proporciones gigantescas” hasta “lo más alocado que he visto en mi vida”.
Francis Ford Coppola estrenó el jueves su obra autofinanciada “Megalopolis” en el Festival de Cine de Cannes, un proyecto apasionante, tremendamente ambicioso, que el director de 85 años ha tenido entre manos por décadas.
Las críticas iban desde “una locura de proporciones gigantescas” hasta “lo más alocado que he visto en mi vida”. Pero lo más seguro es que, una vez más, Coppola esté en la boca de todos dentro y fuera de Cannes.
Ningún debut de este año fue esperado con más curiosidad en el festival que “Megalopolis”, en la que Coppola invirtió 120 millones de dólares de su propio dinero después de vender una parte de su patrimonio vinícola. Al igual que “Apocalypse Now” (“Apocalipsis Ahora”) de Coppola hace unos 45 años, “Megalopolis” llegó precedida de rumores de agitación en la producción y dudas sobre su potencial atractivo.
Lo que Coppola dio a conocer desafía la categorización fácil. Es una fábula ambientada en una Nueva York futurista sobre un arquitecto (Adam Driver) que tiene una gran visión de una metrópolis más armoniosa, y cuyos talentos incluyen la capacidad de poner en marcha y detener el tiempo. Aunque “Megalópolis” está ambientada en un futuro cercano, está diseñada como una epopeya romana. El personaje de Driver se llama César y la Nueva York de la película incluye un Coliseo moderno.
El elenco incluye a Aubrey Plaza como una ambiciosa periodista de televisión llamada Wow Platinum, Giancarlo Esposito como el alcalde, Laurence Fishburne como el chofer de César (y narrador de la película) y Shia LaBeouf como un primo desagradable llamado Claudio.
Coppola, con sombrero de paja y bastón, caminó por la alfombra de Cannes el jueves, a menudo aferrado al brazo de su nieta, Romy Coppola Mars, mientras la banda sonora de “El Padrino” sonaba en los altavoces del festival.
Después de la proyección, el público de Cannes se puso de pie para ovacionar a Coppola y a la película. El director finalmente tomó el micrófono para enfatizar el significado de su película.
“Somos una familia humana y es a ellos a quienes debemos jurar nuestra lealtad”, dijo Coppola a la multitud. Agregó que Esperanza es “la palabra más hermosa en el idioma inglés”.
Muchas reseñas de la película fueron terriblemente malas. Peter Bradshaw de The Guardian lo calificó de “megainflado y megaaburrido”. Tim Grierson, de Screen Daily, lo calificó de “desastre”, “obstaculizado por una trama arbitraria y un exceso adormecedor”. Kevin Maher, del Times de Londres, escribió que es una “abominación que destroza la cabeza”. La crítica Jessica Kiang dijo que “Megalópolis” “es una locura de proporciones tan gigantescas que es como observar la verdadera caída de Roma”.
Pero algunos críticos respondieron con admiración por la ambición de la película. Con cariño, Bilge Ebiri, de la revista New York Magazine, dijo que el fime “podría ser la cosa más loca que he visto en mi vida”. David Ehrlich de IndieWire elogió un “enfoque creativamente desatado” que “puede que no haya resultado en un exceso de escenas dramáticamente coherentes, pero apuntala toda la película con una soltura que hace que sea casi imposible apartar la mirada”.
”¿Es un trabajo de arrogancia, una locura gigantesca, o un experimento audaz, un intento imaginativo de capturar nuestra caótica realidad contemporánea, tanto política como social, a través del tipo de narración de gran formato y alto concepto que rara vez se intenta?”, escribió David Rooney para The Hollywood Reporter. “La verdad es que es todas esas cosas”.
“Megalópolis” está dedicada a Eleanor Coppola, la esposa del director que murió el mes pasado.
Coppola busca un distribuidor para “Megalopolis”. Previo a su estreno, la película fue adquirida para algunos territorios europeos. Richard Gelfond, director ejecutivo de IMAX, dijo que “Megalopolis” — que Coppola considera que se ve mejor en IMAX — se proyectará a nivel mundial en las pantallas de gran formato de la compañía.
En numerosos momentos “Megalópolis”, Coppola, quien una vez escribió el libro “Live Cinema and its Techniques”, se opone experimentalmente a las convenciones cinematográficas. En una proyección el jueves, Jason Schwartzman apareció a mitad de la película, caminó por el escenario hacia un micrófono y le hizo una pregunta al personaje de Driver en la pantalla de arriba.
Varias semanas antes de Cannes, Coppola proyectó en privado “Megalopolis” en Los Ángeles. Rápidamente se corrió la voz de que muchos estaban desconcertados por la película experimental que acababan de ver. “No hay perspectivas comerciales y bien por él”, dijo uno de los asistentes.