Denunciante de Boeing teme por su seguridad ante la repentina muerte de sus compañeros
EXCLUSIVA: “No digo que tenga miedo, pero al mismo tiempo no puedo hacer la vista gorda ante la realidad de lo que podría ser”, asevera el denunciante Santiago Paredes
El último denunciante de Spirit AeroSystems descartó las teorías de conspiración sobre los otros dos denunciantes que murieron poco después de denunciar problemas de seguridad en proveedores de Boeing, pero admitió que sigue al pendiente de su propia seguridad.
Santiago Paredes, de 40 años, habló en exclusiva con The Independent justo antes de asistir a la celebración de la vida de su antiguo compañero de trabajo, amigo y colega denunciante Joshua Dean, quien falleció el 30 de abril a los 45 años tras luchar contra una enfermedad repentina. Dean falleció semanas después de que otro denunciante de Boeing, John Barnett, se suicidara en marzo.
Cuando se le preguntó por los rumores sobre si les había ocurrido algo nefasto después de hacer la denuncia, Paredes contestó: “No creo”.
“Pero, ya sabes, siempre reviso mi retrovisor y me aseguro de que no me siga ningún coche”, afirmó.
“No digo que tenga miedo, pero al mismo tiempo no puedo hacer la vista gorda ante la realidad de lo que podría ser. Tengo que prepararme para ello”.
Paredes pasó más de una década como inspector y jefe de equipo en Spirit AeroSystems, proveedor de Boeing, antes de abandonar la empresa en 2022 tras advertir en repetidas ocasiones a sus superiores sobre fallos en el control de calidad, lo que en un momento dado le supuso una degradación, según afirma. Spirit AeroSystems —que no se debe confundir con Spirit Airlines— fabrica componentes de aviones, incluidos fuselajes y piezas de alas, y Boeing es su cliente principal.
La seguridad de los aviones 737 Max 9 de Boeing fue objeto de escrutinio después de que el tapón de una puerta estallara en pleno vuelo en un incidente de Alaska Airlines en enero. La Administración Federal de Aviación (FAA) dejó en tierra todos los 171 MAX 9 e inició una investigación. Varios denunciantes han revelado sus inquietantes experiencias en Boeing y su proveedor Spirit AeroSystems.
Paredes había entablado amistad con Dean, un auditor, que el año pasado se puso en contacto con él y le pidió ayuda con una demanda de accionistas. Paredes aceptó participar de forma anónima, pero hizo públicas sus afirmaciones a principios de mes, tras la muerte de Dean. Asimismo, reveló que lo habían animado a restar importancia a los defectos que encontraba al inspeccionar los fuselajes de los aviones.
“Recojo el testigo de donde él lo dejó y tengo que continuar y llegar hasta el final”, declaró Paredes a The Independent.
Ambos hombres estaban representados por el abogado Brian Knowles, que también representó al denunciante de Boeing John Barnett, que se suicidó en marzo.
Según Paredes, tras la muerte de Dean, su abogado “dijo que se sentía como si estuviéramos en una batalla y estuviéramos perdiendo gente”.
“Estaba en una situación en la que empecé a asustarme por lo que estábamos haciendo, por si era lo correcto”, comentó Paredes. “Es desalentador perder gente, no solo amigos, sino amigos que están contigo en esta batalla”.
Paredes, padre casado que ahora vive y trabaja en Lawrence (Kansas), afirma que ha estado rezando sobre la situación y que se siente reconfortado por el apoyo y las oraciones de su familia. Mencionó que su madre ha estado especialmente preocupada.
“Mi madre ha estado asustada”, compartió el jueves, justo cuando se conoció la noticia de que hasta 450 empleados de AeroSystems en Wichita serían despedidos. “Le he dicho: ‘No va a pasar nada. Todo va a salir bien. Es algo que tengo que hacer… alguien tiene que hacerlo’”.
Paredes argumentó que también lo habían animado las muestras de apoyo de antiguos compañeros de trabajo y otras personas del sector, muchos de los cuales expresaron sus propios temores e historias de fallos de calidad.
“Me da esperanza. Estoy muy contento por el apoyo que he recibido”, expresó Paredes. “Estaba preparado para que la gente intentara desacreditarme, para que dijeran cosas malas de mí… pero no me preocupaba demasiado, porque sé que he influido en mucha gente que trabaja allí, y he animado a mucha gente que trabaja allí”.
Manifestó que esperaba que los esfuerzos de Barnett, Dean, él mismo y otros denunciantes impulsaran cambios y mejoras de la seguridad.
“Lo que espero que ocurra a continuación es… que sean honestos”, opinó sobre sus antiguos empleadores. “El primer paso para hacer algo mejor es admitir cada error. Una vez que admites todo lo que has hecho, y pones de relieve dónde están las cosas que están mal, puedes hacer un verdadero cambio”.
“Pero ahora mismo, estás tan ocupado tratando de ocultarlo que no puedes corregirlo. Porque si lo corriges, entonces va a poner de relieve que en realidad estabas equivocado”.