Científicos descubren el cráneo de nueva especie de dinosaurio “sin brazos” inusual en Argentina
El fósil puede generar una mejor comprensión de por qué esta área dio lugar a animales tan inusuales
Los paleontólogos descubrieron el cráneo de un dinosaurio “inusual” que podría ser el pariente cercano de los ancestros de un grupo de dinosaurios sin brazos que vagaban por el hemisferio sur de la Tierra hace unos 70 millones de años.
La nueva especie, Guemesia ochoai, era una especie de abelisáurido, un clado de dinosaurios carnívoros que vivían en partes de lo que hoy es África, América del Sur e India, según el estudio publicado a principios de este mes en la revista científica Journal of Vertebrate Paleontology.
El fósil del cráneo puede generar una mejor comprensión de por qué esta área dio origen a animales tan inusuales, afirman investigadores, incluidos los de la Universidad Maimónides en Argentina y el Museo de Historia Natural en el Reino Unido.
“Este nuevo dinosaurio es bastante inusual para su especie. Tiene varias características clave que sugieren que es una especie nueva, por lo que aporta información nueva e importante sobre un área del mundo de la que no sabemos mucho”, dijo en un comunicado Anjali Goswami, líder del estudio del Museo de Historia Natural.
Si bien algunas investigaciones preliminares proponen que el poderoso Tyrannosaurus rex podría haber usado sus diminutos brazos para acercar a la presa y morderla, los paleontólogos detrás del nuevo estudio dicen que muchas especies de abelisaurios tenían extremidades delanteras que eran incluso más cortas que las del T.rex y “efectivamente inútiles”.
Mencionan que las manos de los abelisáuridos no podían agarrar presas u objetos, lo que obligó a los dinosaurios a confiar en sus poderosas cabezas y mandíbulas para capturar presas.
Se han encontrado fósiles de este clado de dinosaurios en rocas de África, América del Sur, Europa e India que datan del Cretácico superior, justo antes de que los dinosaurios fueran exterminados hace 66 millones de años, afirman los científicos.
Los paleontólogos también descubrieron que el cráneo de G. ochoai era pequeño como el de otros abelisáuridos, lo que sugiere que tenía un cerebro pequeño.
También identificaron filas de pequeños agujeros en la parte frontal del cráneo conocidos como forámenes que podrían haber permitido que el dinosaurio se enfriara bombeando sangre a la delgada piel en la parte frontal de la cabeza para liberar calor.
El fósil revela que la nueva especie tenía un cráneo aproximadamente un 70 por ciento más pequeño que cualquiera de sus parientes, pero también indica que pueden ser los restos de un dinosaurio joven.
Los científicos alegan que hay evidencia contradictoria sobre esto, pero agregan que hay suficientes características únicas del dinosaurio para creer que este es un nuevo género y especie cerca de la parte inferior del árbol genealógico de los abelisaurios, o estrechamente relacionado con los ancestros del resto del grupo.
El fósil, dicen los científicos, se suma a un creciente cuerpo de evidencia que sugiere que el noroeste de Argentina tenía un conjunto único de criaturas en comparación con las que se encontraban en otras partes del mundo en ese momento, incluida la tortuga podocnemídida, Stupendemys Geographicus, uno de los reptiles acuáticos más grandes que ha existido.
Si bien Argentina es bien conocida por los fósiles de dinosaurios de este clado (hay 35 especies ya descritas del país), los investigadores dicen que casi todos estos fósiles son de la Patagonia, en el sur del país, y se han encontrado relativamente pocos en el noroeste.
“Muestra que los dinosaurios que vivían en esta región eran bastante diferentes de los de otras partes de Argentina, lo que respalda la idea de provincias distintas en el Cretácico de América del Sur”, dijo el Dr. Goswami.
“Comprender eventos globales astronómicos como una extinción masiva requiere conjuntos de datos globales, pero hay muchas partes del mundo que no se han estudiado a detalle, y quedan toneladas de fósiles por descubrir”, agregó.
Los investigadores dicen que ahora están enfocados en descubrir más especímenes, particularmente del periodo anterior y posterior a la extinción masiva del final del Cretácico que acabó con la mayoría de los dinosaurios para comprender cómo este evento masivo dio forma a la vida en el planeta.