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Nuevo hallazgo sugiere que humanos dominaron el fuego mucho antes de lo pensado

Estos descubrimientos adelantan la fecha más antigua conocida de la producción controlada de fuego en unos 350.000 años

Mustakim Hasnath
Miércoles, 10 de diciembre de 2025 15:10 EST
El hallazgo se produjo en Barnham, un sitio paleolítico en Suffolk que ha sido objeto de excavaciones durante décadas.
El hallazgo se produjo en Barnham, un sitio paleolítico en Suffolk que ha sido objeto de excavaciones durante décadas. ( Jordan Mansfield/Pathways to Ancient Britain Project via AP)

Científicos en Gran Bretaña han revelado que los primeros humanos podrían haber dominado el fuego mucho antes de lo que se pensaba, tras el hallazgo de pruebas de quema intencionada en el este de Inglaterra que datan de hace aproximadamente 400.000 años.

Estos descubrimientos, detallados en la revista Nature, adelantan la fecha más antigua conocida de la producción controlada de fuego en unos 350.000 años. Hasta ahora, la evidencia más antigua y confirmada provenía de yacimientos neandertales en el norte de Francia, con una antigüedad de unos 50.000 años.

El hallazgo se produjo en Barnham, un sitio paleolítico en Suffolk que ha sido objeto de excavaciones durante décadas. Un equipo liderado por el Museo Británico identificó un fragmento de arcilla cocida, hachas de mano de sílex fracturadas por calor intenso y dos trozos de pirita de hierro, un mineral que genera chispas al golpearse contra el sílex.

Los investigadores dedicaron cuatro años a analizar los datos para descartar incendios naturales. Las pruebas geoquímicas indicaron que las temperaturas superaron los 700 grados Celsius (1.292 Fahrenheit), con claras señales de quemas repetidas en el mismo lugar.

El fuego permitió a las primeras poblaciones sobrevivir en ambientes fríos, disuadir a depredadores y cocinar alimentos.
El fuego permitió a las primeras poblaciones sobrevivir en ambientes fríos, disuadir a depredadores y cocinar alimentos. (Jordan Mansfield/Pathways to Ancient Britain Project via AP)

Ese patrón, dicen, es consistente con un hogar construido en lugar de un rayo.

Rob Davis, arqueólogo paleolítico del Museo Británico, afirmó que la combinación de altas temperaturas, quema controlada y fragmentos de pirita muestra "cómo realmente estaban haciendo el fuego y el hecho de que lo estaban haciendo".

La pirita de hierro no se encuentra de forma natural en Barnham. Su presencia sugiere que las personas que vivían allí la recolectaron deliberadamente porque entendían sus propiedades y podían usarla para encender yesca.

La creación deliberada de fuego rara vez se conserva en la tierra. La ceniza se dispersa fácilmente, el carbón se descompone y los sedimentos alterados por el calor pueden erosionarse.

En Barnham, sin embargo, los depósitos quemados estaban sellados dentro de sedimentos de antiguos estanques, lo que permitió a los científicos reconstruir cómo las primeras personas usaban el sitio.

Los investigadores dicen que las implicaciones para la evolución humana son sustanciales.

El fuego permitió a las primeras poblaciones sobrevivir en ambientes fríos, disuadir a depredadores y cocinar alimentos. Cocinar descompone toxinas en raíces y tubérculos y mata patógenos en la carne, mejorando la digestión y liberando más energía para apoyar cerebros más grandes.

Chris Stringer, especialista en evolución humana del Museo de Historia Natural, señaló que fósiles de Gran Bretaña y España sugieren que los habitantes de Barnham eran neandertales tempranos cuyas características craneales y ADN apuntan a una creciente sofisticación cognitiva y tecnológica.

El fuego también permitió nuevas formas de vida social. Las reuniones vespertinas alrededor de una fogata habrían proporcionado tiempo para la planificación, la narración de historias y el fortalecimiento de las relaciones grupales, comportamientos que a menudo se asocian con el desarrollo del lenguaje y sociedades más organizadas.

Los arqueólogos dicen que el sitio de Barnham encaja en un patrón más amplio en Gran Bretaña y Europa continental entre hace 500.000 y 400.000 años, cuando el tamaño del cerebro en los primeros humanos comenzó a acercarse a los niveles modernos y cuando la evidencia de un comportamiento cada vez más complejo se hace más visible.

Nick Ashton, curador de colecciones paleolíticas en el Museo Británico, lo describió como "el descubrimiento más emocionante de mi larga carrera de 40 años".

Para los arqueólogos, el hallazgo ayuda a abordar una vieja pregunta: cuándo los humanos dejaron de depender de los rayos y los incendios forestales y, en cambio, aprendieron a crear llamas donde y cuando las necesitaban.

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