Guatemala: detenidos con reliquias mayas son adeptos al arte
Entre la comunidad extranjera en Guatemala, eran conocidos simplemente como dos adeptos al arte prehispánico
Entre la comunidad extranjera en Guatemala, eran conocidos simplemente como dos adeptos al arte prehispánico. Pero las autoridades tienen una imagen distinta de la pareja de estadounidenses.
La policía detuvo a la fotógrafa Stephanie Allison Jolluck, de 49 años, y a su pareja Giorgio Rossilli, de 62 años, bajo cargos de tráfico de piezas prehispánicas. Tras permanecer detenidos varias horas, un juez les ha dado libertad bajo fianza, aunque el caso ha sacudido a la comunidad extranjera en Antigua, una población de Guatemala visitada constantemente por turistas internacionales.
Fueron interceptados el domingo con 166 reliquias prehispánicas que son, según un primer informe oficial, en su mayor parte originales. La pareja que reside desde hace más de 10 años en el país centroamericano enfrenta un proceso ante la Justicia guatemalteca por presunto atentado contra el patrimonio natural y cultural.
Al denunciarse el caso públicamente, amigos de Jolluck defendieron a la mujer en grupos de Facebook por su afición a la fotografía. En sus redes sociales hay imágines de vivos colores y que retratan casas en la Antigua Guatemala, así como a la población indígena maya. Rossilli es conocido en el entorno por haber publicado un libro sobre máscaras ceremoniales mayas y curar exhibiciones de arte maya.
Jorge Alberto de León el fiscal a cargo de la causa dijo a The Associated Press que Rossilli en su primera declaración testificó que las piezas que se le incautaron en un vehículo eran propiedad de otra persona y que ésta se las había entregado para su restauración. En el momento de la detención, iban a devolver las piezas.
Sin embargo, ese conocimiento en la cultura maya no coincide con lo declarado por Rossilli ante juez. El fiscal del caso Jorge Alberto de León relató que los detenidos se justifican en su incapacidad para distinguir entre una pieza original y una de manufactura reciente. “Ellos argumentan que por el hecho de ser extranjeros desconocen o no saben distinguir entre una pieza y otra; dijeron a la juez que porque eran piezas de piedra y las ven en los mercados, ellos no se imaginaban que eran piezas arqueológicas antiguas”, dijo De León.
Según un estudio preliminar del Ministerio de Cultura y Deportes, el 90 por ciento de las 166 piezas incautada son originales y el 10 por ciento restante son réplicas. Están elaboradas en piedra basáltica provenientes de la Costa Sur y Tierras Altas del país, pertenecientes a diferentes épocas. Entre ellas, hay 28 donas, 25 piedras de moler, 11 figuras amorfas, 19 figuras antropomorfas, 11 cuencos de piedra, dos yugos, cinco yunques.
Además, cuando la mujer, nacida en Georgia, fue detenida por primera vez en el Aeropuerto Internacional La Aurora, llevaba dos hachas, que según la cartera de Cultura y Deportes, representan una guacamaya y un mamífero que datan del Período Clásico Tardío (600 al 900 d.C).
Según el Código Penal guatemalteco, el primer delito por el que fue ligada a proceso Jolluck contempla una pena de prisión de entre 5 y 10 años de cárcel. La fiscalía tiene hasta marzo del 2023 para finalizar su investigación contra los detenidos.
Juan Carlos Velasquez, abogado de la procesada, se negó a hablar con los periodistas y dijo que por ética no comentaba sus casos. “Yo no litigo en los medios”, respondió.
Pero Jolluck sí respondió a comentarios de Facebook sobre su intención de viajar con las piezas incautadas. “Sí, los compré como suvenir barato en un mercado de artesanías como un regalo para mi hermano”. dijo.
Las piezas no se pueden cuantificar en valor pues son un patrimonio intangible e invaluable del Estado guatemalteco, de acuerdo a la explicación de Oscar Barrios, asesor jurídico de la dirección general del Patrimonio Cultural y Natural del ministerio.
La noche del lunes la Jueza Sherly Figueroa concedió por segunda vez libertad a Jolluck y a Rossilli con una fianza de 6,400 dólares a cada uno. La juez también les prohibió salir del país sin autorización, les permitió conservar sus documentos personales como su pasaporte y les impuso la obligación de firmar cada 15 días un libro de asistencia en la fiscalía para asegurar su permanencia en el país.
El fiscal De León explicó que Jolluck se negó a declarar ante la jueza, un derecho que cualquier persona procesada tiene. Aunque recalcó ante la juzgadora que era la segunda vez que Jolluck era detenida, se le concedió la libertad y se le ligó al nuevo proceso. “La jueza consideró que al tener dichas personas un lugar de arraigo en Guatemala (vivienda) y al haber optado (Jolluck) por no huir del proceso anterior que tiene, era una muestra de voluntad de permanecer e Guatemala y estar en los procesos”, dijo el fiscal.
Pese a la orden de libertad, ambos estadounidenses aún permanecieron la mañana del lunes en la carceleta del juzgado.
El secretario del Juzgado de Primera Instancia Penal Milton Benítez dijo que Franklin Contreras, un reconocido arquitecto antigüeño, se había constituido como agraviado en el proceso. El fiscal dijo que Contreras es de nacionalidad guatemalteca y sería la persona que declaró en la fiscalía que las piezas son de su propiedad.
Contreras aún no responde llamadas para conocer su postura dentro del caso.
Antigua es uno de los atractivos turísticos más importantes en Guatemala, rodeada de volcanes es hogar de miles de extranjeros, especialmente estadounidenses que encuentran en su colorida ciudad un lugar para vivir y trabajar, usualmente en comercio como cafeterías, restaurantes, boutiques.