Sin TikTok ni Instagram: colegio chileno bloquea móviles e insta a jóvenes a rescatar la convivencia
En el amplio patio de un colegio en el noreste de Santiago los adolescentes han cambiado las pantallas, las conversaciones virtuales y los videojuegos por partidos de voleibol, disputas de ping pong, ensayos de coreografías musicales o simplemente charlas con amigos.
En agosto la rica comuna de Lo Barnechea implementó un programa piloto que utiliza inhibidores de teléfonos móviles en sus dependencias, una apuesta por reintegrar la comunidad escolar e incentivar el bienestar de los estudiantes en tiempos de hiper conexión.
La iniciativa está en fase de prueba en el colegio Lo Barnechea Bicentenario y, según la alcaldía, será implementada paulatinamente en otros colegios de la comuna.
“Hicimos un plan integral en donde, además, hay más juegos ahora en el patio, juegos de mesa en la biblioteca, fútbol, tenis, baloncesto, hay campeonatos”, explicó a The Associated Press el director del establecimiento, Humberto Garrido. “Tiene mucha vida el recreo ahora”.
Por ahora la medida sólo se aplica a los alumnos del octavo año, de 13 o 14 años, pero se extenderá próximamente a los 500 estudiantes de la escuela.
Nada más llegar a clases los jóvenes deben dejar sus dispositivos en un estuche bloqueador de frecuencia móvil que sólo pueden volver a utilizar una vez terminada la jornada escolar.
Los primeros días de desintoxicación digital fueron de adaptación, pero a pocas semanas de su lanzamiento el programa ha tenido buena recepción entre alumnos, profesores y padres.
“Me siento más libre, paso más tiempo en los recreos, convivo más con mis compañeros. Juego mucho, hago mucho más deporte. Antes solía pasar en mi teléfono, viendo TikTok, Instagram”, contó a la AP José David, de 14 años.
No es la primera vez que la comuna chilena apuesta por incentivar y rescatar la convivencia entre los jóvenes. El año pasado ya había probado medidas similares, entre ellas la “confiscación” de los teléfonos.
Sin embargo, no hubo buena aceptación en la comunidad estudiantil, por lo que el colegio tuvo que reinventarse. Ahora, a diferencia de los intentos anteriores en los que los estudiantes debían dejar sus aparatos guardados en cajas, ellos permanecen en posesión de sus teléfonos.
“A mí me daba ansiedad entregarlo, entonces no lo entregaba por si se me rompía, si se me perdía, si le pasaba algo. Ahora con los estuches me siento más cómoda porque lo tengo yo, lo cuido yo”, relató a la AP la estudiante Francisca Susarte, de 13 años.
Según Garrido, Lo Barnechea Bicentenario es el primer colegio de Chile y uno de los pioneros en Sudamérica en adoptar esta tecnología inspirada en ejemplos de éxito de escuelas de Estados Unidos.
“Somos uno de los países que más frente a pantalla están nuestros estudiantes desde chicos", se lamentó.
La última prueba PISA —un estudio internacional coordinado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que evalúa las competencias de los estudiantes en áreas clave como lectura, matemáticas y ciencias— mostró que Chile lideró los indicadores educativos en Latinoamérica, pero aún no ha alcanzado el promedio del organismo.
En su última evaluación, divulgada en diciembre de 2023, más de la mitad de los estudiantes chilenos dijeron distraerse al usar dispositivos digitales, lo que supera el porcentaje promedio de los países de la OCDE.
El alcalde de Lo Barnechea, Felipe Alessandri, destacó que exámenes nacionales también han revelado graves deficiencias de los alumnos chilenos en asignaturas como lenguaje, matemáticas y pensamiento crítico. La situación, dice, se ha agravó durante la pandemia de COVID-19 debido a la conectividad constante derivada de la cuarentena y la adicción digital provocada por el uso de teléfonos inteligentes.
“Hoy día tenemos niños que están teniendo problemas de todo tipo, de depresión, de angustia, de ansiedad, de obesidad”, dijo Alessandrini a la AP. “Sobre todo de ansiedad, es bien increíble: cuando les quita el celular, como que existe una histeria que no es normal”.
Un estudio de 2021 elaborado por investigadores de la universidad King’s College del Reino Unido halló que los jóvenes que se consideraban adictos a sus teléfonos celulares tenían el doble de probabilidades de manifestar síntomas de ansiedad y el triple de sufrir depresión.
“Estos aparatos han sido diseñados para generar adicción”, dijo a la AP Carolina Pérez, educadora y autora del libro “Secuestrados por las pantallas”. “Toda la evidencia científica dice que un smartphone, para que se maneje de manera sana, tiene que ser a partir de los 16 años”.
Además del impacto en la salud mental, la hiper conexión también afecta los procesos de aprendizaje, concentración y adquisición de conocimiento, agregó Alessandrini, quien valoró positivamente los primeros pasos de la experiencia y espera ampliar el programa el próximo año escolar a todos los colegios de la comuna.
A inicios de agosto la Comisión de Educación del Senado respaldó un proyecto de ley que busca prohibir y regular el uso de dispositivos digitales en establecimientos educativos de todo el país. Tras el visto bueno, la iniciativa deberá ahora ser debatida y votada en el pleno de la Cámara Alta.