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División por el arresto domiciliario de Bolsonaro podría marcar el tono en las próximas elecciones

Mauricio Savarese
Miércoles, 06 de agosto de 2025 02:27 EDT

Los brasileños se mostraron divididos el martes acerca de la orden de arresto domiciliario contra el expresidente Jair Bolsonaro, quien está siendo juzgado por la supuesta organización de un complot golpista para permanecer en el cargo. La división podría marcar el tono para las elecciones generales del próximo año.

El Supremo Tribunal de Brasil emitió la orden el lunes, en un caso que ha captado la atención del país sudamericano incluso cuando enfrenta una guerra comercial con Estados Unidos.

Los partidarios del líder de ultraderecha y algunos moderados consideran que el fallo es severo, mientras que los aliados del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, y otros moderados quieren pasar página y dejar el asunto en manos de la justicia.

Creomar de Souza, analista político en Dharma Political Risk and Strategy, una consultora con sede en Brasilia, dijo que esa podría ser la dinámica para las elecciones del próximo año.

“Una es el esfuerzo de los partidarios de Bolsonaro por mantenerse fuertes en la derecha, ya sea presionando por una amnistía en el Congreso o saliendo a la calle”, manifestó. "La segunda es cómo el gobierno de Lula intentará mostrar que el país tiene un gobierno".

Alexandre de Moraes, el juez del Supremo Tribunal que sentó a Bolsonaro en el banquillo por su presunto papel en la trama golpista para mantenerlo en la presidencia a pesar de su derrota en los comicios de 2022, ordenó el arresto del exmandatario, de 70 años, por violar las medidas cautelares impuestas al difundir contenidos a través de sus tres hijos legisladores.

Esta decisión siguió a otra tomada por el tribunal el mes pasado, en la que ordenaba a Bolsonaro usar un monitor electrónico en el tobillo y respetar un toque de queda mientras dure el procedimiento.

La polarización entre los partidarios y los críticos del expresidente sacudió el Congrreso brasileño el martes y se reflejó en los datos de la encuestadora Quaest, que indicó que el 53% está a favor de la medida contra el líder ultraderechista y el 47% en contra. Los analistas esperan otra elección reñida el próximo año, con Lula postulándose para la reelección y Bolsonaro inhabilitado.

Las repercusiones políticas en Brasil están llamando la atención del gobierno de Estados Unidos, ya que el presidente Donald Trump vinculó directamente un arancel del 50% sobre las importaciones brasileñas a la situación judicial de su aliado. La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, que depende del Departamento de Estado estadounidense, condenó el lunes por la noche la orden de arresto domiciliario y atacó a de Moraes.

Bloqueo por Bolsonaro

Desde la orden de de Moraes, los aliados del expresidente se han comprometido a paralizar el Congreso a menos que se apruebe un proyecto de ley de amnistía a favor del líder de extrema derecha y sus partidarios involucrados en la investigación del complot golpista.

El martes, un grupo de 40 legisladores afines al exmandatario afirmó ante reporteros en la capital, Brasilia, que presionarán con insistencia para la liberación de Bolsonaro. Altineu Cortes, el vicepresidente conservador de la cámara baja, dijo que someterá el proyecto de ley de amnistía a votación si tiene ocasión.

“Ya le dije al presidente Hugo Motta que lo haré en cuanto asuma la presidencia de la cámara durante uno de sus viajes al extranjero”, declaró Cortes.

Más tarde, muchos de esos mismos legisladores protestaron en la cámara baja y el Senado bloqueando el acceso a las mesas presidenciales.

“Esta es una acción arbitraria”, declaró el senador Davi Alcolumbre, presidente del Senado de Brasil. “Hago un llamado a la serenidad y al espíritu de cooperación. Debemos comenzar a trabajar con respeto, civismo y diálogo para que el Congreso pueda cumplir su misión en favor de Brasil y de nuestra población”.

Los miembros de la oposición brasileña sostienen que esa medida permitiría además que Bolsonaro se postulase para los comicios de 2026, para las cuales quedó inhabilitado por el máximo tribunal electoral del país por abuso de poder en 2022. Esa afirmación es rechazada por muchos expertos legales y por jueces del Supremo Tribunal.

Seguir adelante

Mientras, Lula y sus aliados han mostrado su intención de dejar atrás el tema del arresto domiciliario de Bolsonaro y centrarse en las negociaciones comerciales con Trump, quien impuso aranceles del 50% a los productos de importación brasileños a partir del miércoles. El mandatario estadounidense justificó la medida basándose en lo que calificó como un trato injusto al líder de extrema derecha.

“No quiero hablar de lo que le pasó a ese otro ciudadano brasileño que intentó dar un golpe de Estado”, dijo Lula durante un largo discurso en Brasilia el martes.

El líder izquierdista agregó que no llamará a Trump para hablar sobre comercio “porque él no quiere” hablar sobre eso. Lula apuntó que, en su lugar, podría “invitarlo a asistir a la COP en Belém”, en referencia a la cumbre climática organizada por Naciones Unidas que se celebrará en noviembre.

“Vine aquí con el compromiso de no perder mucho tiempo hablando sobre aranceles. Diré lo mínimo posible. Si no lo hiciera, ustedes dirían ‘¿por qué no habló Lula sobre eso? ¿Tiene miedo de Trump?’ Y no quiero que se queden con esa impresión”, declaró.

Otros miembros de su gobierno también han evitado pronunciarse sobre el futuro de Bolsonaro. Un funcionario del gobierno brasileño contó a The Associated Press que Lula dijo a sus ministros que su reelección depende de gobernar, no del futuro de su predecesor. La fuente habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a abordar el asunto en público.

Hablan los moderados

Si las próximas elecciones siguen el mismo patrón del último enfrentamiento entre Lula y Bolsonaro, el ganador dependerá de la participación y de un número muy reducido de moderados.

Eduardo Leite, el moderado que funge como gobernador del estado de Río Grande do Sul, encarnó la división entre muchos votantes brasileños que probablemente tendrán que elegir uno de los dos bandos en 2026. Crítico con las acciones de de Moraes contra Bolsonaro, Leite tampoco condona las acciones del exmandatario.

"No me gusta la idea de que un expresidente no pueda hablar, y menos aún verlo arrestado por eso antes de ser juzgado en el Supremo Tribunal", apuntó Leite. "Nuestro país no merece seguir siendo rehén de este tira y afloja político-legal que solo nos perjudica a todos".

Gilberto Kassab, presidente del centrista Partido Socialdemócrata, tiene tanto partidarios de Bolsonaro como de Lula en sus filas y dijo que "los excesos de ambos lados están contaminando a Brasil".

“Expreso mi solidaridad con el expresidente, lamento su arresto sin entrar en el fondo del asunto. Esto es lo último que necesitaba el país”, indicó en un comunicado.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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