“Nunca tuve cáncer”: mujer demanda a fundaciones hospitalarias en el Reino Unido por mal diagnóstico
Megan Royle se sometió a ciclos de tratamiento e incluso congeló sus óvulos, hasta que se enteró de que el diagnóstico había sido erróneo
Una mujer que vivió dos años con un diagnóstico de cáncer e incluso congeló sus óvulos después de recibir inmunoterapia quedó en “estado de shock” cuando los médicos le dijeron que el diagnóstico había sido erróneo.
La maquilladora de teatro Megan Royle, de 33 años, se sometió a nueve ciclos de tratamiento después de que le dijeron que tenía cáncer de piel, y soportó una cirugía, tratamientos que afectaron su fertilidad y años de preocupación por nada.
El error se descubrió hasta que se mudó al norte en 2021 y otro hospital revisó su expediente.
Royle, del norte de Inglaterra, compartió que le costó entender lo que pasó y quedó “en estado de shock”.
Agregó: “Es difícil creer que pueda suceder algo así, y hasta el día de hoy no me han dado una explicación de cómo y por qué sucedió”.
“Estuve dos años creyendo que tenía cáncer, me sometí a todos los tratamientos y luego me dijeron que nunca hubo ningún cáncer”.
Su médico de cabecera la remitió a una revisión dermatológica en Chelsea & Westminster Hospital en 2019 cuando ella reportó que un lunar que tenía en la parte superior del brazo había aumentado de tamaño, le picaba y le formaba costras.
Tras una biopsia, a Royle, que entonces tenía 29 años, se le dijo que se había identificado un melanoma (un tipo de cáncer de piel).
Luego la derivaron a la unidad especializada en cáncer del Royal Marsden Hospital. Revisaron su biopsia y le comunicaron que también confirmaba un melanoma.
Se sometió a una escisión de tejido de 2 cm de ancho para extirpar el “cáncer”.
Como le dijeron que el tratamiento de inmunoterapia que recibió podría afectar su fertilidad, se sometió a un procedimiento de conservación de óvulos.
Después de haber tenido nueve ciclos de tratamiento hasta mayo de 2021, y después de que le dijeran que no había signos de la enfermedad, se mudó al norte del país porque la pandemia le había impedido trabajar en el teatro.
Cuando una nueva fundación hospitalaria revisó su expediente y sus radiografías, se descubrió el error en su diagnóstico.
Dijo: “Cuando los médicos me dijeron, tardé un tiempo en asimilarlo”.
“Se podría pensar que la emoción inmediata sería alivio, y en cierto sentido lo fue, pero yo diría que las emociones más presentes fueron frustración y enojo”.
“La primera vez que me dijeron que tenía cáncer y que necesitaba una cirugía para extirparlo y un tratamiento que podría afectar mi fertilidad, mi enfoque fue simplemente decir ‘sí, hagamos lo que tenemos que hacer’”.
“No estaba pensando en tener hijos en ese momento, pero tener hijos siempre fue algo incluido en mis planes a futuro, por lo que no dudé en congelar mis óvulos”.
“Por muy difícil que fuera, acepté la situación muy rápido”.
“Sin embargo, cuando me enteré dos años después, tras haberme sometido al tratamiento y haber vivido con la preocupación, me resultó muy duro que me dijeran que nunca había tenido cáncer”.
“Para ser sincera, la pasé mal durante mucho tiempo, por extraño que parezca”.
Llevó su caso a los especialistas en negligencia médica, Hudgell Solicitors, quienes ganaron un acuerdo extrajudicial con ambos consorcios hospitalarios.
El abogado asociado Matthew Gascoyne declaró: “Obviamente fue un caso bastante inusual, ya que a Megan le diagnosticaron cáncer de piel por error y por supuesto que hubo un impacto psicológico significativo dada su corta edad. Se vio exacerbado por la necesidad de cirugía y porque le advirtieron que el único tratamiento que podía recibir podría afectar su fertilidad”.
“Fue un momento difícil para ella porque tenía náuseas a lo largo del tratamiento. Finalmente, el impacto psicológico empeoró cuando le dieron la noticia de que no había tenido cáncer en absoluto”.
“Todo esto era totalmente evitable”.
“No se descubrió sino hasta que empezó a recibir tratamiento en otro hospital”.
“Si no se hubiera trasladado, es posible que todavía estuviera en una situación en la que creería estar en remisión y que el cáncer podría regresar”.
Debido a la malinterpretación de los resultados que culminó en el diagnóstico erróneo de 2019, los consorcios Royal Marsden NHS Foundation Trust e Imperial College Healthcare NHS Foundation Trust (que gestiona el servicio de patología que utiliza el Chelsea & Westminster Hospital) le otorgaron una indemnización a Royle.
Ambos fundaciones hospitalarias del NHS (Sistema Nacional de Salud del Reino Unido) fueron contactadas en busca de comentarios.
Traducción de Michelle Padilla