¿Dónde está Papá Noel? La historia detrás de los 70 años de NORAD rastreándolo
Millones de personas en todo el mundo siguen cada año el recorrido de Papá Noel gracias al sistema de rastreo de NORAD
La magia de la Nochebuena suele despertar una pregunta especial, tanto en niños como en adultos: ¿dónde está Papá Noel?
Desde hace 70 años, el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte, NORAD, ofrece la respuesta. Lo que comenzó como una misión de la Guerra Fría para vigilar el espacio aéreo se transformó en una tradición entrañable: seguir el recorrido global de Papá Noel.
Hoy, millones de personas siguen la supuesta ruta del personaje que reparte regalos alrededor del mundo.
Esta Nochebuena, más de 1.000 voluntarios atenderán la línea telefónica 1-877-HI-NORAD desde las 4 de la mañana hasta la medianoche, hora estándar de la montaña, para responder llamadas de quienes quieren saber dónde se encuentra Papá Noel.
Algunos niños, al enterarse de que Santa no aparece si no están dormidos, cuelgan el teléfono de inmediato. Otros, en cambio, solo quieren saber si Papá Noel logrará encontrarlos.
Por primera vez, personas fuera de América del Norte también podrán hacer llamadas a través del sitio web del programa, que ofrece el seguimiento del recorrido de Santa en tiempo real y en nueve idiomas, entre ellos inglés y japonés.

En 2024, unas 380.000 llamadas llegaron a un hangar decorado con motivos navideños en la base Peterson Space Force Base, en Colorado Springs, sede del NORAD.
Aunque Santa no representa ninguna amenaza, el mismo sistema sofisticado de radares, satélites y aviones que permite a NORAD cumplir su misión durante todo el año se utiliza para seguir su recorrido.
La coronel Kelly Frushour, vocera del comando, explicó que el seguimiento comienza con precisión en la línea internacional de cambio de fecha, sobre el océano Pacífico.
Además, señaló que la distintiva nariz luminosa de Rudolph emite una firma térmica similar a la de un misil, lo que permite que los satélites avanzados de NORAD la detecten sin dificultad.
Por otro lado, la línea telefónica suele dejar historias tan emotivas como divertidas. Frushour recordó una llamada del año pasado de una niña que estaba preocupada porque Papá Noel parecía dirigirse directo a la Estación Espacial Internacional (ISS), donde, según había oído, dos astronautas estaban varados.

“Por suerte, cuando terminó la llamada, Santa ya había seguido hacia otro destino y la niña quedó tranquila al saber que no estaba atrapado en el espacio y que llegaría a su casa más tarde esa noche”, contó.
A su vez, Michelle Martin, trabajadora de NORAD y veterana de la Marina, compartió otra historia entrañable protagonizada por Henry, un hombre con necesidades especiales que llama todos los años sin falta. En una ocasión, preguntó con total seriedad si el piloto del avión que escoltaba a Papá Noel en su paso por América del Norte podía dejarle una nota para confirmarle que Henry ya estaba acostado y listo para dormir.
Martin explicó que Santa viaja “más rápido que la luz de las estrellas”.
Según recordó, le dijo: “No creo que nuestro piloto pueda alcanzarlo lo suficientemente rápido. Solo saluda y desaparece”.
Esta entrañable tradición comenzó por un error tan fortuito como encantador en 1955. En ese momento, el antecesor del NORAD, el Continental Air Defense Command (CONAD), se encontraba en máxima alerta ante cualquier indicio de un posible ataque nuclear proveniente de la entonces Unión Soviética.

Un niño marcó por error al centro de operaciones de combate y pidió hablar directamente con Papá Noel. El comandante de turno, el coronel de la Fuerza Aérea Harry Shoup, no quiso decepcionarlo y ordenó de inmediato a su equipo comenzar a “rastrear” a Santa y atender las llamadas de otros niños.
Con el tiempo, se extendió la versión de que la primera llamada se debió a un error tipográfico o a un número mal marcado incluido en un anuncio de la tienda Sears publicado en un diario de Colorado Springs, que invitaba a los niños a llamar a Papá Noel.
Según la leyenda, esa llamada habría ingresado a una línea directa que conectaba al comando con un general en caso de ataque. Sin embargo, la revista The Atlantic puso en duda esa historia en 2015. El medio cuestionó la idea de una “avalancha de llamadas” a una línea secreta y sugirió que lo más probable es que se tratara de un número telefónico público, además de señalar la conocida habilidad del coronel Shoup para las relaciones públicas.
Años después, en una entrevista concedida en 1999 a The Associated Press, Shoup recordó con detalle su reacción al darse cuenta de lo que ocurría. Contó que le dijo al primer niño: “Jo, Jo, Jo, soy Papá Noel”. Y añadió: “El equipo me miraba como si hubiera perdido la razón”.

Luego dio instrucciones rápidas a su equipo sobre lo que estaba ocurriendo y les pidió que siguieran el juego.
Aunque la fecha exacta de aquella primera llamada clave no está del todo clara, para el 23 de diciembre de ese mismo año The Associated Press ya informaba que CONAD estaba siguiendo el recorrido de Papá Noel.
Con el tiempo, CONAD evolucionó hasta convertirse en el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte, NORAD, que durante años operó dentro del cercano complejo de Cheyenne Mountain Complex.
Esta imponente red de túneles fue excavada en el duro granito de la montaña y diseñada para que los oficiales de NORAD pudieran sobrevivir a un ataque nuclear, un contraste marcado con el papel festivo que hoy cumple.
Así, lo que comenzó como una llamada equivocada en plena Guerra Fría se transformó en un fenómeno navideño de alcance global. El servicio de seguimiento de Papá Noel de NORAD continúa llevando alegría y magia a millones de personas en todo el mundo, demostrando que incluso las organizaciones más serias pueden abrazar de lleno el espíritu de la Navidad.
Traducción de Leticia Zampedri






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