19 películas que lograron revivir la carrera de actores olvidados por Hollywood
Louis Chilton revisita 19 proyectos que revirtieron el declive de grandes nombres de Hollywood
En Hollywood, la fama es tan volátil como efímera.
Incluso los actores más talentosos atraviesan momentos difíciles; con demasiada frecuencia, una revelación del momento termina convertida en una figura olvidada y sin oportunidades laborales.
Sin embargo, a veces basta un golpe de suerte: un proyecto capaz de cambiarlo todo.
Robert Downey Jr. es uno de los casos más emblemáticos: su carrera estuvo al borde del colapso, pero logró resurgir hasta alcanzar la cima. Y no es el único. También están los ejemplos de Keanu Reeves, Jamie Lee Curtis y Brendan Fraser, quienes encontraron nuevas oportunidades tras largos periodos de sombra.
En ciertos casos, algunos actores desaparecen por completo de la pantalla. El recorrido de Ke Huy Quan, estrella de Indiana Jones, ilustra cómo la industria puede darle la espalda a una figura durante décadas.
Otras veces, los actores no desaparecen por completo, pero siguen trabajando en silencio, volcados en proyectos menores que rara vez hacen justicia a su talento.
Estos son 19 intérpretes cuyas carreras cayeron en picada… y las películas que lograron rescatarlos.
Lauren Bacall: Asesinato en el expreso de Oriente
Lauren Bacall, leyenda de la era dorada de Hollywood, vio cómo su carrera se frenaba al llegar a la mediana edad. Entre los factores que influyeron estuvo su reputación de ser una figura difícil en el set. Como resultado, estuvo alejada del cine durante ocho años, entre 1966 y 1974. Fue entonces cuando Asesinato en el expreso de Oriente, la adaptación dirigida por Sidney Lumet, le dio un nuevo impulso. A partir de ahí, volvió a encontrar el éxito. En la última etapa de su vida, brilló con actuaciones destacadas en películas como Miseria y Reencarnación.
Jamie Lee Curtis: Halloween
Jamie Lee Curtis fue una de las grandes “reinas del grito” del cine durante las décadas de los setenta y ochenta, gracias a sus icónicos papeles en películas como Halloween y La niebla. Sin embargo, con el paso del tiempo, los roles comenzaron a escasear. De hecho, en los años dos mil, se alejó de la actuación durante un breve periodo.
El regreso llegó con Halloween (2018), una secuela que la devolvió al centro de la atención pública. A partir de entonces, su carrera tomó un nuevo impulso que culminó con la consagración: ganó el Oscar por Todo a la vez en todas partes.

Robert De Niro: El lado bueno de las cosas
Considerado, de forma general, como uno de los mejores actores de todos los tiempos, Robert De Niro cayó en una rutina durante los años dos mil. Con el tiempo, su nombre terminó vinculado a producciones de baja calidad y actuaciones sin brillo. Sin embargo, su papel secundario junto a Jennifer Lawrence y Bradley Cooper en El lado bueno de las cosas, dirigida por David O. Russell, cambió el panorama. La cinta le valió las mejores críticas que había recibido en décadas y le otorgó su primera nominación al Oscar desde El cabo del miedo en 1992.
Aunque después volvió a tropezar en algunos proyectos, De Niro alcanzó nuevas cimas. Sus interpretaciones en El irlandés y Los asesinos de la luna, ambas dirigidas por Martin Scorsese, figuran entre las más destacadas de su carrera.
Robert Downey Jr: Entre besos y tiros
Los problemas de Robert Downey Jr. con las adicciones y su comportamiento errático en los rodajes eran tan conocidos que, a comienzos de los años dos mil, prácticamente ningún estudio quería asegurarlo. Sin embargo, en 2005, ya sobrio, logró un giro clave gracias a su papel en la ingeniosa comedia Entre besos y tiros, dirigida por Shane Black. Esta actuación le permitió comenzar a reconstruir su reputación en la industria.
Después de ese resurgimiento, su carrera dio un salto definitivo. Con su interpretación de Tony Stark en la franquicia de Iron Man, se convirtió en una de las figuras más populares y rentables de Hollywood.

Colin Farrell: En Brujas
Colin Farrell tuvo un inicio de carrera prometedor, pero le costaba consolidarse como un actor de peso. Con el tiempo, terminó asociado a una imagen de galán envuelto en escándalos, más que a su talento interpretativo. Sin embargo, todo cambió con el estreno de En Brujas, la comedia criminal dirigida por Martin McDonagh. Allí, Farrell alcanzó un nivel creativo que, desde entonces, logró sostener de forma constante.
“En Brujas fue un gran punto de inflexión para mí, en lo personal y en lo creativo”, reconocería años más tarde.
Brendan Fraser: La ballena
Alguna vez fue un protagonista indiscutido, pero Brendan Fraser vio su carrera derrumbarse por factores desalentadores que escapaban a su control. Como consecuencia, pasó casi una década alejado de los papeles principales y con escasas apariciones en pantalla. No obstante, en los últimos años inició un regreso ampliamente celebrado.
Su interpretación en La ballena, dirigida por Darren Aronofsky, marcó un punto de inflexión. Con un cambio físico profundo y una entrega emocional notable, Fraser ganó el Oscar y recuperó su lugar como una figura central en la industria.

Hugh Grant: Paddington 2
Durante los años noventa, la brillante carrera de Hugh Grant logró sobrevivir a un escándalo sexual muy mediático y al traspié comercial de Mickey Blue Eyes. Sin embargo, con el paso del tiempo, cayó en una rutina de mediocridad, con actuaciones casi automáticas en comedias románticas previsibles como Reescribiendo.
Más adelante, comenzó a reconstruir su imagen, esta vez como una figura madura y más refinada. Las primeras señales de ese cambio llegaron con el drama optimista Florence Foster Jenkins en 2016. No obstante, fue su papel como villano en la aclamada Paddington 2 lo que relanzó definitivamente su carrera. Por esa interpretación, recibió una sorpresiva nominación al BAFTA en 2018.
Michael Keaton: Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia
Esta audaz película filmada como si fuera una sola toma presentó a Michael Keaton en el papel de un actor en decadencia, con inquietantes paralelismos con su propia vida. El personaje intenta reivindicarse con una ambiciosa adaptación teatral de un cuento de Raymond Carver.
La cinta, ganadora del Oscar a mejor película, marcó el inicio de un renacimiento en la carrera de Keaton. A partir de allí, el actor de Beetlejuice protagonizó desde grandes éxitos de taquilla, como Spider-Man: De regreso a casa, hasta producciones televisivas aclamadas como Dopesick, por la que recibió un Emmy.

Matthew McConaughey: El abogado del Lincoln
Pocos actores vivieron una reinvención tan marcada como Matthew McConaughey, quien pasó de ser un protagonista de comedias románticas muy cuestionado a convertirse en un actor “respetable” en el periodo conocido como “el resurgir de McConaughey”. Antes de proyectos como El club de los desahuciados e Interstellar, estuvo El abogado del Lincoln, un sólido thriller legal que confirmó su capacidad para asumir un papel dramático de peso.
Leslie Nielsen: ¿Y dónde está el piloto?
La comedia anárquica ¿Y dónde está el piloto? (1980), dirigida por los hermanos Zucker, no solo revitalizó la carrera de Leslie Nielsen: la reinventó por completo. Hasta ese momento, el actor era un veterano del drama, con un perfil serio y créditos en cintas solemnes como La aventura del Poseidón.
Sin embargo, ¿Y dónde está el piloto? supo detectar su talento natural para el humor seco y absurdo. A partir de allí, Nielsen se transformó en una figura clave del cine cómico.

Ke Huy Quan: Todo a la vez en todas partes
Considerado por muchos como uno de los grandes “olvidados” de Hollywood, Ke Huy Quan vio desvanecerse su carrera tras alcanzar la fama de niño en Indiana Jones y el templo de la perdición. Al no lograr sostener su presencia frente a cámara, decidió reorientarse y trabajó como coreógrafo de escenas de acción durante años.
La película de Daniel Kwan y Daniel Scheinert, un éxito total que mezcló géneros y arrasó en premios, lo devolvió al centro de la conversación en 2022 y le dio el Oscar como mejor actor de reparto. Desde su estreno, ha sumado varios proyectos importantes, entre ellos un papel principal en la serie Ni de aquí, ni de China y una participación en Loki, de Marvel.
Keanu Reeves: John Wick
A pesar de haber protagonizado algunas de las películas más recordadas de los años noventa —Matrix, Máxima velocidad y Punto de quiebra—, Keanu Reeves vio caer su prestigio durante los años dos mil, debido a una seguidilla de fracasos comerciales. Además, sus interpretaciones, objeto de burlas injustas durante años, tampoco contribuían a revertir la situación.
Su regreso llegó con John Wick, el estilizado thriller de acción estrenado en 2014. Tres secuelas después, Reeves volvió a consolidarse como una de las figuras más importantes y respetadas de la industria.

Ryan Reynolds: Deadpool
Durante años, Hollywood pareció empeñado en convertir a Ryan Reynolds en una estrella, aunque sin éxito claro. En superproducciones fallidas como Linterna Verde y R.I.P.D. Policía del más allá, el actor canadiense no lograba destacar.
Su suerte cambió con Deadpool, la adaptación de Marvel estrenada en 2016 y dirigida al público adulto. Al interpretar al irreverente y malhablado antihéroe, Reynolds se transformó de inmediato en uno de los protagonistas preferidos del cine comercial, especialmente en películas cargadas de ingenio y humor.
Edward G Robinson: Un hombre sin suerte
El macartismo y las listas negras de la década de 1950 arruinaron la carrera de muchos grandes actores, incluida la leyenda del Hollywood clásico Edward G. Robinson. Durante un tiempo, permaneció alejado de los papeles de peso. Como consecuencia, aceptó roles menores en proyectos variados.
Finalmente, regresó a la escena con la comedia Un hombre sin suerte, estrenada en 1959. Esa película marcó el inicio de una nueva etapa para el actor.
Mickey Rourke: La ciudad del pecado
Alguna vez considerado un protagonista rudo y carismático, Mickey Rourke vio cómo su fama se apagaba durante los años noventa y principios de los dos mil. Su papel en la estilizada adaptación del cómic La ciudad del pecado le devolvió visibilidad.
Dos años después, su carrera volvió a despegar gracias a El luchador, donde ofreció una interpretación matizada que le valió una nominación al Oscar. Aunque su perfil volvió a bajar con el tiempo, aquel renacimiento fue notable.

Winona Ryder: Cisne negro
Con una presencia cautivadora en pantalla, Winona Ryder fue una de las figuras más destacadas del cine en los años noventa, gracias a títulos como El joven manos de tijera, La dura realidad y La edad de la inocencia. Sin embargo, a inicios del siglo XXI, el brillo de esos éxitos comenzó a desvanecerse, en parte debido a la cobertura negativa de los tabloides.
Su papel secundario en el intenso drama Cisne negro ayudó a cambiar el rumbo. Más adelante, su participación en Stranger Things, la serie de Netflix, la colocó de nuevo en un lugar destacado.
John Travolta: Tiempos violentos
La estrella de Grease, conocida por cantar y bailar, vio cómo su carrera se estancaba durante los años ochenta. Sin embargo, todo cambió cuando Quentin Tarantino lo eligió para su segunda película, Tiempos violentos.
Su interpretación como el torpe gánster Vincent Vega revitalizó su trayectoria y le valió una sorpresiva nominación al Oscar.

Reese Witherspoon: Alma salvaje
En parte, era natural que Reese Witherspoon enfrentara un bajón en algún momento. La estrella de Legalmente rubia alcanzó la fama muy joven y ganó un Oscar antes de cumplir treinta, por En la cuerda floja en 2005. Sin embargo, después de ese premio, las cosas dejaron de fluir y encadenó varios fracasos.
Todo cambió con Alma salvaje, la candidata al Oscar de 2014. Este emotivo drama de retorno a la naturaleza le valió algunas de las mejores críticas de su carrera. Desde entonces, la historia es otra: Witherspoon encabeza su propio imperio mediático y supera los 400 millones de dólares en patrimonio.
Renee Zellweger: El bebé de Bridget Jones
A inicios de los años dos mil, Renee Zellweger vivía un momento inmejorable. El diario de Bridget Jones y Chicago la convirtieron en un nombre imprescindible, y Regreso a Cold Mountain le dio su primer oscar. Sin embargo, luego llegó un periodo con pocas oportunidades, que terminó en una pausa total a partir de 2010.
El tercer filme de Bridget Jones sacó su carrera de la hibernación. De hecho, ese regreso a su papel más conocido reactivó por completo su presencia en la industria y, además, abrió paso a varios proyectos sólidos. Entre ellos, destacó Judy, estrenada en 2019, que le valió el Oscar a mejor actriz.
Traducción de Leticia Zampedri






