El torneo Six Kings Slam desvela los deseos de las estrellas del tenis para 2026
Una ecuación de más dinero y menos partidos resume los problemas del circuito ATP, mientras las estrellas del tenis viajan a Arabia Saudí para un torneo de exhibición de 6 millones de dólares que será transmitido por Netflix

En esta etapa de la temporada, cuando vuelve a surgir el debate de cada año sobre el calendario del tenis —cada vez más cargado y exigente—, parece que siempre hay lugar para un torneo más. Sobre todo si viene acompañado de un premio de seis millones de dólares para el campeón. Carlos Alcaraz, Novak Djokovic y Jannik Sinner son algunos de los jugadores que participarán en la segunda edición del Six Kings Slam, un torneo de exhibición que se disputará durante tres días en Riad, Arabia Saudita.
El evento ofrece un millón de dólares más que lo que Alcaraz ganó el mes pasado al consagrarse campeón del Abierto de Estados Unidos, que hasta ahora tenía el premio más alto en la historia de los Grand Slams.
El Six Kings Slam consiguió lo que ningún otro torneo del circuito ATP logró este año: reunir a Alcaraz, Djokovic y Sinner en un mismo cuadro fuera de los Grand Slams.
Las razones de su ausencia conjunta en otros torneos son varias: la suspensión de tres meses por dopaje que enfrentó Sinner, el calendario selectivo de Djokovic y un par de lesiones que dejaron a Alcaraz fuera de competencia.
Aun así, hay que reconocer el mérito de Turki Alalshikh, el organizador, que logró reunir a estas tres figuras en el marco de la Riyadh Season, haciendo que las estrellas —literal y figuradamente— se alinearan otra vez.
Con un pago garantizado de 1,5 millones de dólares y otros 4,5 millones adicionales para quien se quede con el título, sobran los motivos —seis millones, para ser exactos— para que Alcaraz, Djokovic y Sinner hayan aceptado la invitación, junto a Taylor Fritz, Alexander Zverev y Stefanos Tsitsipas. Todo esto, a pesar de las críticas hacia Arabia Saudita por su historial en derechos humanos.
El dinero del Fondo de Inversión Pública saudita ya circula en el circuito ATP, de la misma forma en que el país ha invertido miles de millones en fútbol, boxeo, Fórmula 1 y golf, como parte de su estrategia para diversificar la economía. Arabia Saudita también será sede, por segundo año consecutivo, de las Finales de la WTA el próximo mes, y luego de las Next Gen Finals del ATP. Todo apunta a que el Six Kings Slam podría ser un paso previo hacia un objetivo mayor: que el Golfo Pérsico tenga su propio torneo Masters 1000.

Mientras tanto, los organizadores y patrocinadores del Six Kings Slam seguirán moviendo las piezas y ajustando el relato para proyectar la imagen que más les conviene. El torneo lo hace de forma literal: coloca directamente a Djokovic en semifinales junto al número uno del mundo, Carlos Alcaraz, supuestamente por ser los jugadores con más títulos de Grand Slam.
Hasta el nombre del evento es pura fachada. No es un slam. Hay seis jugadores, sí, pero uno de esos “reyes” apenas si mantiene el título: Stefanos Tsitsipas, hoy número 24 del ranking mundial, con un rendimiento del 55 % en victorias esta temporada en el circuito ATP.
Pero nada de eso parece importar demasiado. Arabia Saudita ya tiene su porción del tenis masculino, con la posibilidad de repetir las semifinales del US Open del mes pasado y, como plato fuerte, otra final entre Alcaraz y Sinner.
Los jugadores invitados están más que conformes: dejan de lado las quejas por el calendario agotador a cambio de una suma garantizada por apenas unos pocos días de trabajo. Muy distinto a los largos torneos Masters, que duran 12 o 14 días y que tanto promueve el circuito.
Netflix también se suma al espectáculo, dando otro paso en su apuesta por las transmisiones deportivas en vivo. Así que prepárense para los montajes dramáticos que nos recordarán —una y otra vez— lo “importante” que es todo esto.
Habrá buenos partidos y un cuadro de alto nivel, aunque estos encuentros no cuenten en los registros oficiales de enfrentamientos directos. Sin embargo, en cuanto a emoción real, será difícil superar la historia que protagonizó Valentin Vacherot en el Masters de Shanghái, donde venció a su primo Arthur Rinderknech. Fue una victoria simbólica para los cientos de jugadores que, semana tras semana, siguen persiguiendo su sueño en los niveles más bajos del circuito.
Y justamente por eso, la ATP no ve con buenos ojos este tipo de exhibiciones: solo benefician a los jugadores de élite, que ya ganan fortunas por patrocinios y contratos comerciales. No aportan nada a quienes pelean por abrirse paso en el tour, algo clave para mantener un ecosistema competitivo y saludable dentro del tenis profesional.
Aun así, los jugadores defienden su presencia —como explicó Novak Djokovic— argumentando que, al ser atletas individuales, a veces deben tomar decisiones que les convienen personalmente.
Pese a los problemas físicos que Djokovic y Sinner arrastraron en Shanghái, y a la baja de Carlos Alcaraz por una lesión en el tobillo, los tres estarán en Riad. Allí los espera un recibimiento digno de celebridades, con ramos de flores gigantes incluidos.

Al final del día, una exhibición siempre es una manera fácil de ganar dinero, especialmente en Riad.
Carlos Alcaraz ya ha sabido manejar la aparente contradicción entre criticar el calendario del tenis y, al mismo tiempo, participar en varias exhibiciones a lo largo del año. Su justificación es simple: las considera algo distinto a los torneos oficiales.
Y tiene sentido. Es una exhibición. Como buen jugador carismático y amante del espectáculo, con gusto por los golpes arriesgados y espectaculares, este tipo de ambiente, más relajado y enfocado en el entretenimiento, puede ayudarlo a soltarse y disfrutar más del juego, según explica su entrenador, Juan Carlos Ferrero.
El español, que hace apenas un mes coincidía con Iga Świątek al decir que la temporada es “demasiado larga e intensa”, volverá a la competencia tras su lesión en el tobillo justamente en el Six Kings Slam. Después, enfocará toda su energía en el Masters de París y las Finales ATP, dos de los pocos títulos importantes que aún no ha ganado a sus 22 años.
Carlos Alcaraz se ausentó de Shanghái por una lesión, evitando así el calor y la humedad sofocantes que complicaron a muchas de las principales figuras del torneo. Fue una decisión acertada desde lo físico, pero no desde lo económico: al faltar a su tercer torneo obligatorio del año, perderá el 75 % de su parte del “Bonus Pool” de la ATP.
Aun así, mientras sigue en carrera para cerrar el año como número uno del ranking, ese bono —que le habría representado varios millones de dólares— podría quedar compensado por el cheque que cobrará en el Six Kings Slam, la exhibición que se jugará en Arabia Saudita.
En la práctica, esto revela un vacío en el sistema que permite a las grandes estrellas del circuito evitar ciertas obligaciones que muchos otros jugadores consideran injustas.
Y, al mismo tiempo, deja en claro qué buscan hoy los mejores tenistas cuando compiten fuera de los cuatro Grand Slams: más dinero y menos partidos. Todo está a la vista.
Traducción de Leticia Zampedri