Quarterbacks suplentes han brillado en Super Bowl
El intento de Brock Purdy por unirse a un grupo selecto de quarterbacks que han ido de la suplencia a jugar de inicio el Super Bowl se descarriló cuando él mismo se lesionó en la final de la Conferencia Americana
El intento de Brock Purdy por unirse a un grupo selecto de quarterbacks que han ido de la suplencia a jugar de inicio el Super Bowl se descarriló cuando él mismo se lesionó en la final de la Conferencia Americana.
La dolencia de Purdy en un codo condenó a San Francisco a una derrota por 31-7 frente a los Eagles de Filadelfia, lo que dejó listo el escenario para un duelo de Super Bowl entre el primero y el segundo quarterback de los equipos All-Pro, Patrick Mahomes y Jalen Hurts, en vez de una historia de Cenicienta.
Ha habido varios ejemplos de suplentes que guían a un equipo hasta el gran partido. El más reciente se presentó en la temporada de 2017, cuando Nick Foles tomó la titularidad en Filadelfia durante los últimos tres duelos de la campaña regular, tras una lesión sufrida por Carson Wentz.
Foles tuvo dificultades al comienzo, pero terminó escribiendo un cuento de hadas, como el único quarterback que ha lanzado al menos para 350 yardas y tres anotaciones en la final de conferencia y el Super Bowl durante la misma temporada.
Terminó derrotando a Tom Brady y a Nueva Inglaterra por 41-33 para apoderarse del campeonato.
Foles fue el 14to quarterback en comenzar el Super Bowl después de no ser titular en el partido inaugural de la campaña. Se unió a una lista que incluye a Brady (2016) y Ben Roethlisberger (2019), quienes estaban suspendidos en el inicio de esas campañas.
Los otros entran en diferentes categorías.
Hubo quienes ocuparon el puesto al inicio de la temporada, como lo hizo Jake Delhomme en Carolina en el intermedio del duelo inaugural de 2003, cuando reemplazó a Rodney Peete. Brady sustituyó al lesionado Drew Bledsoe en la tercera semana de 2001, mientras que Joe Kapp ocupó el lugar de Gary Cuozzo en Minnesota en el segundo compromiso de 1969.
Hubo equipos que buscaron un cambio a la mitad de la campaña y que terminaron ganando el Super Bowl. Roger Staubach compartió el puesto con Craig Morton en 1971, antes de quedarse definitivamente como mariscal de campo a la mitad del año y de triunfar en su primer Super Bowl, en una carrera que terminó llevándolo al Salón de la Fama.
Tres años después, Terry Bradshaw comenzó la temporada en la banca, como sustituto de Joe Gilliam. Acabó siendo titular en la semana 7 y ganó su primero de cuatro títulos del Super Bowl.
Trent Dilfer ocupó el lugar de Tony Banks a la mitad de la campaña de 2000 con Baltimore. Perdió su primer duelo de inicio y ganó después 11 en fila, apoyado en una defensiva dominante.
Hubo otros dos casos de lesiones que llevaron a cambios antes de la recta final de la campaña. Jim Plunkett ocupó el sitio de Dan Pastorini en 1980, antes de coronarse con Oakland. Colin Kaepernick hizo lo propio en lugar de Alex Smith, quien sufrió una conmoción cerebral con los 49ers en 2012.
Purdy trataba de unirse al grupo que ha llegado al Super Bowl luego de jugar de inicio cinco partidos o menos en la temporada regular, junto con Vince Ferragamo de los Rams (1979), Doug Williams de Washington (1987), Jeff Hostetler de los Giants de Nueva York (1990) y Foles (2017).
Hostetler había jugado de inicio sólo dos partidos en casi siete temporadas completas con los Giants, cuando Phil Simms se lastimó un pie en la semana 14. Tras iniciar esa campaña con 10 victorias en fila, los Giants perdieron tres de cuatro duelos y estaban prácticamente descartados como candidatos al título, cuando vino la lesión de Simms.
“Todos nos habían abandonado”, recordó Hostetler en 2018. “Estábamos completamente acabados como equipo, era lo que decían desde fuera. Pero adentro estábamos haciendo los ajustes. Éramos nosotros contra el mundo. Simplemente nos apoyamos mutuamente y lo demostramos”.
En diciembre, cuando reemplazó a Simms, Hostetler había lanzado 93 pases desde 1984, el año en que llegó a la NFL. Condujo a los Giants a dos victorias para poner fin a la campaña regular, abrió los playoffs apaleando a Chicago y se impuso sorpresivamente ante el bicampeón defensor San Francisco en la final de la Nacional.
Finalmente, ganó el Super Bowl por 20-19 ante Buffalo.
Williams tenía mucha más experiencia cuando disputó los playoffs. Había jugado 67 partidos con Tampa Bay antes de militar en la USFL.
Volvió a la NFL en 1986 y jugó como titular sólo dos partidos por Washington. El entrenador Joe Gibbs hizo el cambio a la mitad del último partido de la temporada regular porque Jay Schroeder había tenido problemas persistentes en un hombro.
“Nunca fui suplente, de modo que la mentalidad era bastante distinta”, recordó Williams en 2018. “Incluso al venir a Washington como reemplazo, yo tenía una posición de suplente y una mentalidad de titular. Así lo he visto siempre”.
Williams jugó así en la postemporada. Ayudó a borrar un déficit de 14 puntos con una temperatura gélida en Chicago contra la poderosa defensa de los Bears en la ronda divisional.
En la final de conferencia, lanzó para dos anotaciones para vencer de nuevo a los Vikings.
Luego, obtuvo un desempeño histórico en el Super Bowl, con cinco series ofensivas de anotación en 18 jugadas del segundo cuarto, El resultado fue una paliza de 42-10 sobre Denver en San Diego.
Williams lanzó para 340 yardas y cuatro pases de anotación pese a una dolencia de rodilla y fue el Jugador Más Valioso.