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“Cuando escuché los disparos, me escondí”: un niño recibió una herida de bala en el festejo del Super Bowl

Samuel Arellano (10) llegó a su casa corriendo para escapar del caos y el terror, y descubrió que había recibido un disparo en el desfile de los Kansas City Chiefs, donde hubo 22 heridos a causa de un tiroteo

Sheila Flynn
Viernes, 16 de febrero de 2024 11:44 EST
Tiroteo en el desfile de los Kansas City Chiefs
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Samuel Arellano le contó varias veces a su familia que había recibido un disparo durante el tiroteo del miércoles pasado cerca de la estación Union Station de Kansas City. Había ido al desfile con su abuelo, su tía y su tío, todos fanáticos de los Kansas City Chiefs para disfrutar del día luciendo las flamantes camisetas de su equipo favorito.

Samuel estaba muy emocionado de ver a los jugadores en persona, mientras se comunicaban con la multitud a través de micrófonos; Patrick Mahomes es su jugador preferido.

Pero, de un momento a otro, los disparos transformaron la alegría en desesperación. Fue entonces que Samuel sintió un dolor punzante bajo el brazo y, en medio de la confusión, recordó lo aprendido en los simulacros de tiroteo de su escuela.

“Cuando escuché los disparos, me escondí”, declaró a The Independent el jueves por la mañana. “Me tiré al suelo y me escondí detrás de un bote de basura”, agregó.

De izquierda a derecha, los integrantes de la familia de Kansas City que posaron felices para la cámara antes de ir al desfile: Victor Salas, hijo (32), Isaac Salas (10), Victor M. Salas; Samuel Arellano (10) y Eunice Salas (25)
De izquierda a derecha, los integrantes de la familia de Kansas City que posaron felices para la cámara antes de ir al desfile: Victor Salas, hijo (32), Isaac Salas (10), Victor M. Salas; Samuel Arellano (10) y Eunice Salas (25) (Familia Arellano/Salas)

El abuelo y el tío, que estaban cerca de él, se escondieron rápidamente bajo un remolque con varias personas más.

“Todos corrían, perdían los zapatos, la ropa”, relató Samuel.

Más tarde, cuando parecía que lo peor ya había pasado, Samuel y su familia huyeron con todos los demás, presos del pánico y la conmoción, y regresaron corriendo a sus casas en el barrio de Turner, a unos 15 minutos del lugar de los hechos. Cuando el niño se levantó la camiseta por primera, no encontraron sangre ni heridas en su cuerpo, y pensaron que el dolor del que se quejaba había sido producto de algún golpe recibido en medio de tanto caos.

Pero como siguió quejándose, le levantaron más la camiseta y vieron una herida abierta en su costado derecho, bajo la axila.

En el revuelo posterior al tiroteo, los familiares no vieron la herida de bala de Samuel porque no había sangrado y según declaró su tía a The Independent , fue “un milagro”.
En el revuelo posterior al tiroteo, los familiares no vieron la herida de bala de Samuel porque no había sangrado y según declaró su tía a The Independent , fue “un milagro”. (Familia Arellano/Salas)

“No paraba de decir que había recibido un disparo, pero, al mismo tiempo, creo que ni él estaba seguro. Estaba en estado de shock”, declaró su tía, Eunice Salas, a The Independent. “Todo el mundo intentaba consolarlo, aunque, igualmente, él estaba tranquilo”.

Luego, añadió: “También creemos que fue un milagro, porque no perdió nada de sangre. Tenía una herida, pero [en su cuerpo] no había sangre ni nada”.

El padre de Samuel se comunicó con la línea de emergencias 911. Los paramédicos llegaron en cuestión de minutos y trasladaron a Samuel al hospital de niños Mercy Children's Hospital. Una vez allí, los médicos “extrajeron algunas partes de la bala” y le explicaron a la familia de Samuel que la lesión estaba a escasos centímetros del pulmón, según declaró su tía a The Independent.

“Nos dijeron que gracias a Dios la herida de bala no era tan profunda como para causar un daño [mayor]”, precisó Salas (25), la tía que había asistido al desfile con Samuel y otros familiares. También comentó que el padre de la familia y seguidor incondicional de los Chiefs asiste con regularidad a los desfiles y que esta es la segunda vez que Samuel lo acompaña.

En el evento, Samuel y su familia posan ante la cámara antes de escuchar los disparos en Union Station. El niño de diez años estaba emocionado de ver a los jugadores en persona
En el evento, Samuel y su familia posan ante la cámara antes de escuchar los disparos en Union Station. El niño de diez años estaba emocionado de ver a los jugadores en persona (Familia Arellano/Salas)

Salas se había separado de su familia y se encontraba al otro lado de la estación cuando comenzó el tiroteo.

“Fue caótico”, afirmó, porque nadie sabía si “eran fuegos artificiales, disparos o solo parte del evento. No sabíamos qué estaba pasando”.

La mayoría de la gente huyó de la zona “sin saber qué ocurría realmente hasta que tuvimos señal en nuestros teléfonos y entonces supimos que se trataba de un tirador activo”, explicó.

El jueves, las familias Salas y Arellano se brindaron apoyo mutuo dado que muchos de sus integrantes se encontraban “en estado de shock” por el tiroteo, según comentó Salas.

También explicó que Samuel fue atendido en el hospital Mercy Children's Hospital, donde los médicos le informaron a la familia que por poco no sufrió lesiones graves.
También explicó que Samuel fue atendido en el hospital Mercy Children's Hospital, donde los médicos le informaron a la familia que por poco no sufrió lesiones graves. (Familia Arellano/Salas)

Samuel, al día siguiente de recibir una herida de bala, se sintió “algo enojado”.

En cuanto a sus familiares, quisieron contar su historia por el horror que les generó y por el hecho de que debería haber sido una “experiencia maravillosa”, como señaló Samuel; sin embargo, se terminó transformando en violencia y disparos.

“Queremos que tomen conciencia de lo ocurrido”, enfatizó Salas. “Sabemos que mucha gente, obviamente, se apena por nosotros; pero, por otro lado, muchos lo minimizan y dicen que 'fue solo un tiroteo más'. No es así, esto fue una tragedia. Y creo que la gente necesita saberlo”.

La madre de Samuel, Aby Arellano, ofreció sus condolencias a la familia de Lisa Lopez-Galvan (44), la popular DJ de radio local asesinada en el tiroteo, cuyo desenlace fatal duele y entristece mucho.

“Nos sentimos devastados por la violencia de ayer. Debería haber sido un día de celebración y unidad para nuestra ciudad, pero no lo fue”, declaró a The Independent.

Por último, señaló: “Les pido que oren por todas las familias afectadas”.

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