Ráfagas de radio son “más profundas” y vienen de partes distantes del universo, revela estudio
Las ráfagas de radio rápidas duran alrededor de un milisegundo, pero acumulan tanta energía como la libera el Sol en tres días
Las ráfagas de radio rápidas (explosiones misteriosas y enérgicas que provienen de otras partes del universo son "más profundas" de lo que pensamos, según un nuevo estudio.
Los investigadores han estado buscando la fuente de las señales durante años, y la primera de ellas se encontró hace más de una década, pero los científicos aún están desconcertados por lo que podría estar causando.
Mientras buscan la respuesta, han encontrado más ráfagas, o FRB, y recopilado más detalles sobre las que ya se han detectado.
Las ráfagas de radio rápidas duran alrededor de un milisegundo, pero acumulan tanta energía como la libera el Sol en tres días. La fuente de explosiones tan poderosas sigue siendo desconocida: la especulación ha apuntado a todo, desde agujeros negros hasta civilizaciones alienígenas, pero es probable que sean el resultado del colapso de estrellas.
Ahora, los investigadores han descubierto que las señales de radio nos llegan a frecuencias más bajas de lo que nos habíamos dado cuenta anteriormente, según un nuevo estudio publicado en Astrophysical Journal Letters .
El hallazgo no solo ayuda a proporcionar nuevos detalles sobre las misteriosas explosiones, sino que también podría ayudar con el trabajo en curso para encontrar de dónde exactamente podrían provenir.
“Detectamos ráfagas de radio rápidas de hasta 110 MHz donde antes se sabía que estas ráfagas solo existían hasta 300 MHz”, dijo Ziggy Pleunis, investigador postdoctoral en el Departamento de Física de la Universidad McGill y autor principal de la investigación.
"Esto nos dice que la región alrededor de la fuente de las ráfagas debe ser transparente a las emisiones de baja frecuencia, mientras que algunas teorías sugirieron que todas las emisiones de baja frecuencia se absorberían de inmediato y nunca podrían detectarse".
La nueva investigación analizó una fuente de FRB que se encontró en 2018. Llamada FRB 20180916B, es de particular interés para los científicos porque está relativamente cerca y las señales provienen de ella a intervalos regulares y predecibles.
En la nueva investigación, la fuente se examinó con el radiotelescopio CHIME, que la detectó por primera vez, así como con el radiotelescopio LOFAR o Low Frequency Array en los Países Bajos.
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Al combinar el poder de ambos, los investigadores pudieron encontrar que las señales de radio venían a frecuencias más bajas, pero también identificaron un retraso constante en su llegada: las frecuencias más altas serían captadas por CHIME y las más bajas serían notadas por LOFAR. Tres días después.
"Este retraso sistemático descarta explicaciones para la actividad periódica que no permiten la dependencia de la frecuencia y, por lo tanto, nos acerca unos pasos a comprender el origen de estas misteriosas explosiones", dijo el coautor Daniele Michilli, también investigador postdoctoral en el Departamento de Física de McGill.