¿Qué dijo Susie Wiles a Vanity Fair? Declaraciones de la jefa de gabinete de Trump sacuden la Casa Blanca
La jefa de gabinete de la Casa Blanca tachó a J. D. Vance de “teórico de conspiraciones” y a Elon Musk de “consumidor declarado de ketamina” en reveladoras entrevistas sobre el caótico año de mandato del presidente
La “dama de hielo” de Donald Trump y una de las mujeres políticamente más poderosas del mundo ofreció una serie de evaluaciones sinceras y a menudo incriminatorias del primer año del segundo mandato del presidente y de las personas que nombró para dar dirigir la administración.
En entrevistas con Chris Whipple de Vanity Fair, la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, describió al presidente como alguien con “personalidad de alcohólico”, aseguró que el vicepresidente J. D. Vance ha sido un “teórico de conspiraciones durante una década”, tachó a Elon Musk de consumidor “declarado de ketamina” que merodeaba por Washington, D. C., como Nosferatu, y describió al director de presupuesto, Russell Vought, como un “extremista absoluto de la derecha”.
Según Wiles, la fiscal general Pam Bondi “metió la pata por completo” en la gestión de la administración de los expedientes de investigación en torno a Jeffrey Epstein. La funcionaria también pareció admitir que el presidente mintió cuando afirmó que Bill Clinton visitó la isla privada del agresor sexual más de dos docenas de veces.
El nombramiento de Wiles, a quien el presidente ha bautizado cariñosamente como Susie Trump, reflejó un cambio importante respecto a su pequeño grupo de asesores clave en su primer mandato, que pudieron contener sus impulsos más bajos y violentos manteniéndolo dentro de los límites de la presidencia.
Trump ahora está desarraigado de tales controles y equilibrios, ya que esta legislatura se ha rodeado de leales cuyo trabajo consiste en eliminar las barreras para facilitar los deseos de Trump, en lugar de frenarlos.

Vance pareció admitirlo en sus comentarios a la revista y afirmó que Wiles “adopta el punto de vista diametralmente opuesto” al de sus predecesores, “que es que ella es una facilitadora”. Su trabajo consiste en “facilitar la visión de él y hacerla realidad”, declaró Vance a la revista.
Wiles describió el reportaje de dos partes como “un reportaje tendencioso engañosamente planteado” en su contra y contra “el mejor presidente, el mejor equipo de la Casa Blanca y el mejor gabinete de la historia”.
“Se ignoró un contexto clave y se dejó fuera gran parte de lo que yo y otros dijimos sobre el equipo y el presidente”, escribió el martes. Y agregó: “Después de leerlo, asumo que se hizo con la intención de construir una narrativa caótica y negativa sobre el presidente y nuestro equipo”.
En declaraciones a The Independent, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que Wiles ha ayudado al presidente a “lograr los once primeros meses de mandato más exitosos de cualquier presidente en la historia de Estados Unidos”.
“El presidente Trump no tiene mejor ni más leal asesora que Susie. Toda la Administración agradece su firme liderazgo y la apoya plenamente”, añadió.
Incluso cuando se veía en desventaja, al final “aceptaba” la toma de decisiones de la administración, si se oponía, comentó. “Ha habido un par de veces en las que me han superado en votos”, declaró a Vanity Fair. “Y si hay empate, gana él”.
Trump tiene una “personalidad de alcohólico”
El padre fallecido de Wiles, Pat Summerall, exjugador de la NFL y presentador deportivo, fue un alcohólico que estuvo sobrio durante 21 años antes de su muerte en 2013. “Las personalidades de los alcohólicos de alto funcionamiento o los alcohólicos en general son exageradas cuando beben. Así que soy un poco experta en grandes personalidades”, declaró Wiles a la revista.
Aunque no es bebedor, Trump tiene “la personalidad de un alcohólico”, añadió Wiles, y señaló que “opera con la perspectiva de que no hay nada que no pueda hacer. Nada, cero, nada”.
“Ajuste de cuentas” y enjuiciamientos políticos
Cuando se le preguntó si alguna vez le había dicho a Trump que su presidencia no debía ser una “gira de retribución”, mientras él despotricaba contra sus enemigos políticos, Wiles dijo que tenía un “acuerdo informal de que el ajuste de cuentas terminaría antes de que terminaran los primeros 90 días”, según Whipple.

Pero, Wiles argumenta que para cuando llegó agosto, el “principio rector” de Trump era “no quiero que lo que me pasó a mí le pase a otro”.
“En algunos casos, puede parecer una retribución. Y de vez en cuando puede haber algún elemento de eso. ¿Quién podría culparlo? Yo no”, declaró a la revista.
Desde entonces, Trump ordenó a los fiscales federales que procesen a algunos de sus críticos más prominentes, como el exdirector del FBI James Comey, el senador Adam Schiff y la fiscal general de Nueva York, Letitia James, mientras incita a su administración para atacar a jueces, abogados, locutores y oponentes ideológicos al tiempo que indulta a decenas de aliados.
Al contestar si alguna vez pidió al presidente que se replanteara indultar a cientos de personas relacionadas con el atentado del 6 de enero, Willies aseguró que fue “exactamente” lo que hizo.
“Dije: ‘Me parece bien para las personas que casualmente estuvieron ahí o no hicieron nada violento’”, señaló a Whipple. Y recalcó: “Y sin duda sabemos lo que hizo cada uno porque el FBI ha hecho un trabajo increíble”.
Consumo de ketamina de Elon Musk y los recortes del USAID
Elon Musk, que se abalanzó sobre las agencias federales para recortar miles de millones de dólares en gastos gubernamentales y despedir a miles de trabajadores, es un “completo actor solitario” y un consumidor “declarado de ketamina” que dormía en un saco de dormir en un edificio cercano a la Casa Blanca durante el día, reveló Wiles a la revista.
Whipple escribió que Wiles lo había descrito algo así como un “Nosferatu sobreestimulado”.
Musk es “un tipo muy, muy raro”, como, según Wiles, “son los genios”. Y manifestó: “Ya sabes, no es útil, pero él es su propia persona”.

En un principio, se mostró “horrorizada” por el vaciamiento dirigido por Musk de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que ha costado miles de vidas en África y ha puesto en peligro cientos de misiones de salvamento en todo el mundo.
“La actitud de Elon es que hay que hacerlo rápido. Si eres un incrementalista, no conseguirás que tu cohete llegue a la luna”, dijo Wiles a Whipple. “Y así, con esa actitud, vas a tomar decisiones controversiales para lograr tu objetivo. Pero ninguna persona racional podría pensar que el proceso del USAID fue bueno. Nadie”.
Pam Bondi “metió la pata” con el manejo del caso Epstein
Wiles rechazó las sugerencias de que Trump hubiera hecho algo malo durante su relación de años con Epstein, aunque admitió que aparece en los llamados archivos de Epstein y en sus manifiestos de avión. “Eran, ya sabes, una especie de casanovas jóvenes, solteros, lo que sea. Sé que es una palabra pasada de moda, pero una especie de casanovas jóvenes y solteros juntos”, afirmó.
Pero Bondi, que en febrero entregó a un grupo de personas influyentes de extrema derecha unas carpetas con el título “Los archivos de Epstein: la fase 1”, que contenían información ya disponible públicamente sobre el fallecido financiero acusado de abusar de decenas de mujeres jóvenes y niñas, había “metido la pata” en la gestión del caso por parte de la administración.
“Primero les dio carpetas llenas de nada” —dijo Wiles a la revista— “Y luego dijo que la lista de testigos, o la lista de clientes, estaba en su escritorio. No existe una lista de clientes y, desde luego, no estaba en su escritorio”.

También planteó que fue Todd Blanche (el exabogado de defensa penal de Trump que ahora es adjunto de Bondi) quien sugirió entrevistar a Ghislaine Maxwell en prisión. Esa entrevista parecía diseñada para suprimir las críticas en torno a la decisión del Departamento de Justicia de que “no sería apropiado ni estaría justificado revelar más información” sobre el caso Epstein.
Ni ella ni Trump fueron consultados sobre el traslado de Maxwell a un centro menos restrictivo tras la visita de Blanche, según Wiles. “El presidente se enfadó”, relató. “El presidente estaba muy molesto. No sé por qué la trasladaron. El presidente tampoco”.
“Errores” en las detenciones y deportaciones masivas del ICE
La secretaria de Seguridad Nacional de Trump, Kristi Noem, y sus adjuntos han sido inflexibles en su defensa de las deportaciones masivas y en la implementación de la agenda antiinmigración del presidente.
Pero a raíz de la invocación de Trump de la Ley de Enemigos Extranjeros para enviar rápidamente aviones llenos de inmigrantes venezolanos a una brutal prisión en El Salvador, y lanzar una serie de batallas legales de alto perfil, Wiles aseguró a Vanity Fair que era necesario revisar con mayor detenimiento su “proceso de deportación”.
“Si alguien es un conocido miembro de una banda que tiene un pasado delictivo, y hay certeza, y se puede demostrar, probablemente esté bien enviarlo a El Salvador o lo que sea”, declaró a la revista.
“Pero si hay alguna duda, creo que nuestro proceso tiene que inclinarse hacia una doble verificación”, añadió.
Tras una oleada de historias de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras que se han llevado a inmigrantes y residentes legales que se presentaban a sus audiencias y citas, Wiles opinó: “No puedo entender cómo cometes ese error”.
Trump “pensaba en voz alta” con su caótica agenda arancelaria
Hubo un “gran desacuerdo” sobre el despliegue de Trump de los colosales aranceles a los socios comerciales globales, una idea nacida de “pensar en voz alta”, según describió Wiles.
Con la ayuda de Vance, le dijeron a Trump que no hablarían “sobre aranceles” y que esperarían “hasta que estuviera todo el equipo reunido para hacerlo”, nada de lo cual cayó bien al presidente, según contó a la revista.
Traducción de Michelle Padilla







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