EE.UU. corre un serio riesgo de que los Republicanos prohíban el aborto a nivel nacional, según la Casa Blanca

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, señaló que los republicanos han dejado claro su deseo de promulgar leyes que obliguen a las mujeres a llevar a término los embarazos no deseados mediante la prohibición del aborto si el Tribunal Supremo actúa para anular las decisiones históricas de Roe vs. Wade y Planned Parenthood vs. Casey.

Cuando se le preguntó durante la sesión informativa diaria de la Casa Blanca el lunes sobre el riesgo que corría EE.UU. de que se aplicara una prohibición total del aborto, Psaki respondió: “Creo que corremos un serio riesgo”.

“Ya escucharon... Mitch McConnell y otros republicanos del Congreso hablan de una prohibición nacional del derecho de la mujer a decidir”, dijo, señalando que “docenas y docenas” de miembros del Partido Republicano de la Cámara y el Senado han firmado un informe amicus que insta al Tribunal Supremo a anular los fallos de Roe y Casey, y “aboga por restricciones severas en el derecho de la mujer a elegir y el derecho de la mujer a tomar decisiones sobre su propio cuerpo”.

Psaki también señaló que el gobernador de Mississippi, Tate Reeves, en una reciente entrevista se negó a decir si apoyaría una impugnación de otra serie de precedentes del Tribunal Supremo que garantizan el derecho de los estadounidenses a utilizar métodos anticonceptivos, a lo que también se oponen algunos conservadores religiosos.

Añadió que el gobierno de Biden -la Oficina del Asesor Jurídico de la Casa Blanca, el Consejo de Política de Género de la Casa Blanca y el Departamento de Justicia- están estudiando una “serie de consideraciones” para dar “todos los pasos que podamos para proteger los derechos fundamentales de las mujeres y proteger los derechos más allá”.

Psaki también advirtió de que una revocación de Roe y Casey podría presagiar decisiones que revocaran otros casos históricos, como Obergefell vs. Hodges, el caso de 2015 que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en EE.UU., y la decisión de Lawrence vs. Texas de 2003, que declaró inconstitucionales las leyes que penalizaban los actos sexuales entre dos miembros del mismo sexo.