Opinión

“Crimen pasional, mentira nacional”: Ociel Baena y el lamento colectivo de la comunidad LGBT+ en México

La visibilidad y la lucha LGBT+ en un país homofóbico como México son, prácticamente, sinónimos de hostigamiento; y en el más violento de los casos, es la muerte, escribe José Luis Montenegro

Miércoles, 15 de noviembre de 2023 11:37 EST
(Especial)

El pasado 7 de noviembre, le magistrade del Tribunal Electoral de Aguascalientes, Ociel Baena, publicó la que sería su última fotografía a través de X (antes Twitter). En ella, tenía una falda azul estampada con calaveras, un huipil bordado a mano, una corona de flores y unos tacones en color beis. Para mitigar el calor, portaba un abanico con los colores de la bandera LGBT+.

Su felicidad era evidente. La foto la tituló: “¿Frida Kahlo, eres tú?”.

Una parte de sus seguidores le reclamaron que su atuendo no combinaba en lo absoluto, y le sugirieron otro color en su calzado; los más avezados a la moda, le reiteraron que su labial rojo le restaba brillo a sus ojos. Mujeres y miembros de la comunidad LGBT+ le expresaron elogios: “Hermane, te ves hermosa”; “imponiendo estilo”; “eres muy valiente”; “además de preparada, eres preciose”; y muchos halagos más.

Sus detractores, en cambio, lo tildaron de “desviado”, “jot*”, “maric*n”, “p*to”, “anormal”, “enfermo mental”, “ridículo”, “mi*rda de persona”; y otros tantos adjetivos descalificativos.

El amplio contraste de la sección de comentarios en las publicaciones de Baena no era inusual.

Cada que el magistrade compartía un vídeo en redes sociales, sus detractores descalificaban sus acciones sin mediar un argumento. La falda les incomodaba. Los labios pintados les aterraba. Los tacones les causaban pavor. El contoneo los hacía sudar. El vocabulario incluyente les daba dolor de cabeza. En suma, la libertad les era ajena y, en su incapacidad, actuaban, como lo han hecho durante siglos, como machos.

Ese gran abanico que portaba Baena no solo sirvió para mover el aire y facilitar la refrigeración; fue un elemento incómodo y desafiante que ayudó a debilitar las heteronormas; fue un recordatorio para el cisheteropatriarcado que, la gente que pertenecemos a la población LGBT+, existimos y resistimos a su homofobia, bifobia, transfobia; a su odio por el lenguaje incluyente, los roles de género y cualquier otra agresión física, verbal e, incluso, capacitista.

La mañana del pasado 13 de noviembre, Baena fue encontrade sin vida en su apartamento ubicado en el fraccionamiento Punta del Cielo, en Aguascalientes. La visibilidad y la lucha LGBT+ en un país como México se convirtieron, prácticamente, en sinónimos de hostigamiento; y en el más violento de los casos, en la muerte.

Las autoridades informaron que Baena, presuntamente, falleció por heridas provocadas con armas punzocortantes y refirió que el daño pudo haber sido infligido entre le magistrade y su pareja sentimental, Dorian Herrera, en una supuesta pelea pasional con cuchillos e, inclusive, navajas de afeitar. “Herrera habría atacado a Baena y después se suicidó”, acota la hipótesis.

La comunidad LGBT+ en México no acepta esta conclusión. Al grito de “Crimen pasional, mentira nacional”, han salido a las calles a protestar por la muerte del magistrade.

Baena se convirtió en la primera persona no binaria en alcanzar un escaño en un tribunal electoral y, desde ahí, empezó su activismo político. En 2020, se asumió bajo este género e impulsó amparos para el reconocimiento de dicha identidad. Gracias a ello, obtuvo el primer pasaporte mexicano con el reconocimiento “no binaria” e, incluso, la primera credencial de elector con el casillero “no binario”.

El fiscal de Aguascalientes, Jesús Figueroa Ortega, expresó en una conferencia de prensa que “no se ha encontrado una violación a las chapas [de su departamento]; encontramos algunos indicios que nos podían llevar a determinar que hay, evidentemente, una lesión corporal”. Y agregó: “En este momento, lo que podemos decir es que hay lesiones ocasionadas con, no sé si denominarlas armas o navajas u objetos cortantes. Estas son las lesiones que provocaron la pérdida de la vida de las dos personas”.

Figueroa aseguró que “no hay huellas ni indicios para poder determinar que una tercera persona diferente a los fallecidos estuviera en el lugar del crimen”. Las cámaras de seguridad del edificio no captaron el acceso de otra persona que pudiera haber asesinado a la pareja, acotaron las autoridades.

Y añadieron: “Puede parecer una hipótesis, para muchas personas, poco creíble, pero estamos siendo cuidadosos, sobre todo para dejar el registro y conservación de todos estos indicios y eso sin mencionarte toda la inspección que se realizó sobre el lugar”.

Casi de inmediato, internautas descartaron la versión de las autoridades. Tal es el caso de la activista mexicana, Saskia Niño de Rivera, quien aseguró públicamente: “El querer armar la teoría de que esto fue un crimen pasional es ofensivo y homofóbico y no lo voy a aceptar. Bajo ninguna circunstancia. Diario matan a cuatro personas en este país por su orientación sexual e identidad de género”.

En ello coincide Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, quien aseguró a este medio que “los crímenes de odio ocurren cuando sectores de la sociedad se valen de la violencia soterrada, de la discriminación persistente y de la impunidad para cometerlos”.

Y añadió: “Las autoridades de Aguascalientes deben tomar muy en serio esta investigación que ha generado una reacción de condena, de alarma y de estupefacción como no se había visto en varios años”.

Algunos políticos y medios han referido a Baena como “el denominado magistrade”, “el supuesto político”, “el magistrado de Aguascalientes”; haciendo gala de su profunda ignorancia y aprovechando la tragedia para reafirmar su aversión a la comunidad LGBT+. En tanto, a la Fiscalía de Aguascalientes le tomó solo unas horas para dilucidar que la muerte de Baena fue un “crimen pasional” en un claro intento por evitar una crisis institucional y evitar la impartición de justicia. Instituciones lentas para todo, excepto para revictimizar.

Y es que, pese a que México ha criminalizado las ‘terapias de conversión’, ha legalizado el matrimonio igualitario en toda la República, el país lidera los crímenes de odio contra personas de la población homosexual en América Latina, según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT+.

De 2019 a 2022, se contabilizaron 305 hechos violentos motivados por el odio. En 2022, el organismo documentó 22 desapariciones, 62 casos de asesinatos y atentados; la mayoría eran personas de entre 25 y 29 años, y pertenecían al grupo de mujeres transgénero y hombres homosexuales.

“Porque quienes crean que, con tener matrimonio igualitario en México tenemos todos los derechos, están equivocados”, dijo Alaín Pinzón, activista y fundador de la organización VIHve libre. “Nos hace falta protección, nos hace falta seguridad social, nos hace falta un trato digno en los empleos y medicamentos en las instituciones de salud; que no nos vean como un trámite, como un número pidiendo derechohabiencia. Tenemos muy poco y necesitamos que se dignifique nuestra existencia a través de la mejora y progresividad de los derechos humanos”.

El crimen de Baena impacta a toda la sociedad LGBT+ en México. No vamos a tener, o al menos no en mucho tiempo, a una persona no binaria que debata acerca de temas electorales; que los aborde sin tantos tecnicismos; que se divierta promoviendo su trabajo y que, muy a su estilo, represente a todos los colores del arcoíris. Ociel hizo del conocimiento su mejor herramienta para destacar y eso incomodó a una sociedad que se aferra a vivir en los peores vicios del pasado.

En el 2022, la organización sin fines de lucro, Letra S, Sida, Cultura y Vida, contabilizó 87 asesinatos de odio contra la población LGBT+, frente a los 78 que registró en 2021. Un aumento de 11,5%. La organización Amnistía Internacional considera que, en países como México, las personas LGBT+ son “especialmente vulnerables y corren el riesgo de ser asesinadas”.

Para Ricardo Peralta, influencer y activista LGBT+, la muerte de Baena lo llena de miedo.

“Me enfurece”, dijo Peralta. “Es un recordatorio de que a esta sociedad le molestamos las personas que somos parte del colectivo LGBT+”.

El pasado 31 de julio, Baena solicitó al Mecanismo de Protección Integral de Periodistas y Personas Defensoras de los Derechos Humanos de la Segob (Secretaría de Gobernación), medidas cautelares “derivado de los múltiples ataques a mi personal, el homicidio de Ulises, los discursos de odio de la senadora Martha Márquez, las amenazas de muerte en mis redes sociales”, dijo a través de un mensaje en X.

Y agregó: “No es algo que me congratulé en compartir, pero el discurso de odio debe señalarse. No permitamos que la libre expresión rebase sus límites”.

Otras de las voces que se pronunciaron a favor del esclarecimiento de la muerte de Baena fue Galo Bertin, diseñador mexicano, quien dijo que “la sociedad necesita cada vez más a seres humanos tan valientes y auténticos como Ociel. El país debe cambiar de estructura social y comenzar a hablar más de diversidad, unión, amor y valores”.

Para Alejandro Broft, periodista y activista LGBT+, la muerte de Baena tiene innumerables implicaciones para el colectivo, entre ellas, “la pérdida de un personaje que con valentía y atrevimiento alzó la voz para darle visibilidad a los diversos; en segunda, vemos cómo los discursos homo, lesbo y transfóbicos que se expresan en espacios públicos, sobre todo las redes sociales, alimentan y envalentonan a muchos a cometer crímenes de odio”.

Y puntualizó: “Su caso puede implicar sumir en el miedo a miles de personas que preferirán mantenerse en el clóset por el miedo a ser víctimas de un asesinato por el simple hecho de ser quienes son. Hoy, la gran tarea que tenemos como sociedad, es que este crimen no quede impune”.

Hoy toca romper el silencio. Hoy toca salir a las calles y defender los espacios que hemos alcanzado, los derechos que nos hemos ganado a costa de nuestro sufrimiento, a costa de vidas humanas; hoy toca exigir los puestos en los que aún no tenemos representación. “Lo personal es político”, dijo en algún momento, la feminista estadounidense, Carol Hanisch. Y sí, sacudir conciencias, es la tarea inicial. Quizás la única vía.

A Ociel Baena lo mataron por ser quien era. Qué nos maten a todos, si esa es la condena por expresarnos en este infierno. No nos van a callar. Ya no.

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