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Para responder a EEUU en su guerra comercial, China adopta tácticas estadounidenses

Didi Tang
Domingo, 19 de octubre de 2025 20:57 EDT
CHINA-EEUU-GUERRA COMERCIAL
CHINA-EEUU-GUERRA COMERCIAL (AP)

A China le gusta condenar a Estados Unidos por extender su influencia mucho más allá de sus fronteras para hacer demandas a empresas no estadounidenses. Pero Beijing hizo exactamente lo mismo a principios de este mes cuando buscó contraatacar los intereses de Washington.

Al anunciar una expansión a sus reglas de exportación de minerales de tierras raras, Beijing dio a conocer por primera vez el requisito de que las empresas extranjeras deben obtener la aprobación del gobierno chino para exportar imanes que contengan incluso pequeñas cantidades de minerales de tierras raras originados en China o producidos con tecnología china.

Eso significa que un fabricante surcoreano de celulares debe pedir permiso a Beijing para vender sus dispositivos a Australia siempre que los teléfonos contengan materiales de tierras raras de origen chino, explicó Jamieson Greer, representante comercial de Estados Unidos. "Esta regla le da a China control sobre básicamente toda la economía global en la cadena de suministro de tecnología", puntualizó.

Para cualquier persona familiarizada con la práctica comercial de Estados Unidos, China simplemente está tomando prestada una añeja política estadounidense: la regla del producto directo extranjero. Esta medida extiende el alcance de las leyes estadounidenses a productos fabricados en el extranjero, y se ha utilizado regularmente para restringir el acceso de China a ciertas tecnologías estadounidenses fabricadas fuera de Estados Unidos, incluso cuando están en manos de empresas extranjeras.

Se trata del más reciente ejemplo de cómo Beijing recurre a precedentes estadounidenses para obtener las herramientas que necesita para enfrentarse a Washington en lo que luce como una prolongada guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo.

"China está aprendiendo de los mejores", señaló Neil Thomas, investigador sobre política de China en el Centro de Análisis de China del Asia Society Policy Institute. "Beijing está copiando el manual de Washington porque vio de primera mano la efectividad con la que los controles de exportación de Estados Unidos podían restringir su propio desarrollo económico y sus opciones políticas".

Agregó: "Los mejores reconocen a los mejores".

La idea se remonta a por lo menos 2018

Fue en 2018, cuando el presidente Donald Trump lanzó una guerra comercial con China, que Beijing sintió la necesidad de adoptar un conjunto de leyes y políticas que pudiera desplegar fácilmente una vez que surgieran nuevos conflictos comerciales. Y volteó hacia Washington en busca de ideas.

El Ministerio de Comercio de China estableció en 2020 una Lista de Entidades No Confiables, la cual se asemeja a la "lista de entidades" del Departamento de Comercio de Estados Unidos que prohíbe a ciertas empresas extranjeras hacer negocios con Estados Unidos.

Beijing adoptó en 2021 la ley de sanciones anti-extranjeras, permitiendo que agencias como el Ministerio de Relaciones Exteriores de China rechace visas y congele activos de ciertos individuos, similar a lo que pueden hacer el Departamento de Estado de Estados Unidos y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

En un informe publicado en 2021 por la agencia noticiosa estatal China News, en donde se refirió a las medidas como un conjunto de herramientas para combatir las sanciones extranjeras, la intervención y jurisdicción de largo alcance, hizo mención a un antiguo proverbio chino de que Beijing estaría "contraatacando con los métodos del enemigo".

La ley "ha tomado en cuenta relevantes iniciativas extranjeras, así como el derecho internacional y los principios básicos de las relaciones internacionales", dijo el académico chino Li Qingming de sus declaraciones a China News en 2021. También dijo que esta medida podría disuadir a la otra parte de una escalada.

Beijing ha adoptado otras medidas en los últimos años, incluidos controles adicionales de exportación y herramientas de revisión de inversiones extranjeras.

Jeremy Daum, un investigador en derecho y miembro del Centro Paul Tsai China de la Facultad de Derecho de Yale, dijo que Beijing se suele inspirar en modelos extranjeros al momento de desarrollar sus leyes en áreas no comerciales ni relacionadas con el extranjero. A medida que China busca contar con las capacidades para tomar represalias en cuestiones como el comercio y las sanciones, las herramientas a menudo son "muy paralelas" a las de Estados Unidos, explicó.

Ambos gobiernos también han adoptado una "visión holística de la seguridad nacional", la cual expande el concepto para justificar restricciones entre sí, añadió Daum.

La situación se aceleró este año

Cuando Trump lanzó su guerra comercial con China poco después de regresar a la Casa Blanca a principios de este año, Beijing no tardó en desplegar sus nuevas herramientas y en aumentar los aranceles para igualar los impuestos implementados por el presidente de Estados Unidos.

En respuesta al primer arancel del 10% sobre China por acusaciones de que Beijing no logró frenar el flujo de químicos utilizados para la fabricación del fentanilo, el Ministerio de Comercio de China colocó en febrero al PVH Group —dueño de Calvin Klein y Tommy Hilfiger, y de la empresa de biotecnología Illumina— en la lista de entidades no confiables.

Eso les prohibió participar en actividades de importación o exportación relacionadas con China y realizar nuevas inversiones en el país. Beijing también anunció controles de exportación sobre el tungsteno, telurio, bismuto, molibdeno e indio, todos ellos elementos críticos para la elaboración de productos de alta tecnología.

En marzo, cuando Trump impuso un segundo arancel del 10% relacionado con el fentanilo, Beijing colocó a 10 empresas estadounidenses más en su lista de entidades no confiables y agregó a 15 compañías de Estados Unidos a su lista de control de exportaciones, incluidas empresas aeroespaciales y de defensa como General Dynamics Land Systems y General Atomics Aeronautical Systems, entre otras, afirmando que "ponen en peligro la seguridad nacional e intereses de China".

Luego vinieron los llamados aranceles del "Día de la Liberación" en abril, cuando Beijing no solo igualó el arancel del 125% que ordenó Trump, sino que también añadió a más empresas estadounidenses a la lista negra y anunció controles de exportación sobre más minerales de tierras raras. Eso dejó como resultado una pausa en el envío de imanes necesarios para la fabricación de una amplia gama de productos, como teléfonos inteligentes, vehículos eléctricos, aviones y misiles.

Si bien estas nuevas herramientas le han permitido a China hacerle frente a Estados Unidos, Daum aseguró que no están exentas de riesgos.

"Los riesgos de un enfoque aparentemente equilibrado y justo son, uno, que lo que un lado considera como reciprocidad, el otro podría interpretarlo como escalada", dijo. Y segundo, "en una carrera hacia el fondo, nadie gana".

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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