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Costo de alimentos preocupa a la gran mayoría de adultos en EEUU, según encuesta AP-NORC

Cora Lewis,Linley Sanders
Lunes, 04 de agosto de 2025 14:08 EDT
AP SONDEO-EEUU-COSTO DE VIDA
AP SONDEO-EEUU-COSTO DE VIDA (AP)

La gran mayoría de los adultos estadounidenses se siente, al menos en cierta medida, estresada por el costo de los comestibles, reveló una nueva encuesta, a medida que los precios continúan al alza y la preocupación sobre el impacto de los aranceles del presidente Donald Trump permanece muy generalizada.

Aproximadamente la mitad de los estadounidenses dice que el costo de los víveres es una fuente “mayor” de estrés en su vida en este momento, y el 33% respondió que es una fuente “menor” de estrés, según la encuesta del The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research (The Associated Press-Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos), una organización apartidista de investigación. Sólo el 14% reportó que no es una fuente de estrés, lo que subraya la ansiedad generalizada que la mayoría de los estadounidenses aún sienten por el costo de los productos básicos de uso diario.

Otros factores de estrés financiero —como el costo de la vivienda o la cantidad de dinero en sus cuentas bancarias— también se perciben ampliamente, pero pesan más en los estadounidenses más jóvenes —quienes es menos probable que tengan ahorros significativos o propiedades propias— que los adultos de más edad.

La encuesta también encontró que alrededor de 4 de cada 10 estadounidenses menores de 45 años han utilizado los servicios de “compre ahora, pague después” (pago diferido o posterior) al gastar en entretenimiento, comidas en restaurantes o en artículos esenciales como comestibles o atención médica.

Adam Bush, de 19 años y residente de Portland, Nueva York, es uno de esos estadounidenses jóvenes que ha utilizado servicios de pago diferido para cosas como víveres o entretenimiento. Bush fabrica piezas para camionetas Toyota como soldador y gana menos de 50.000 dólares al año.

“No dejo de ver cómo suben los precios, así que busco lo más barato posible”, dijo. “Comidas ya preparadas para el microondas”.

Todos están estresados por los víveres

La compra de comestibles es uno de los factores de estrés financiero de más largo alcance, y afecta por igual a jóvenes y mayores, encontró la encuesta. Si bien los estadounidenses de más de 60 años son menos propensos que los jóvenes a sentir una ansiedad financiera importante por la vivienda, sus ahorros, el cuidado infantil o la deuda de tarjetas de crédito, están igual de preocupados por el costo de los alimentos.

Esther Bland, de 78 años, quien vive en Buckley, Washington, dijo que los alimentos son una fuente “menor” de estrés —pero sólo porque los bancos de alimentos locales cubren el déficit. Bland depende de sus pagos mensuales del Seguro Social y por su discapacidad para cubrir el alquiler y otros gastos —como la atención veterinaria de sus perros— en su jubilación, tras décadas en las que trabajó en una oficina donde procesaba pedidos de productos.

“No tengo ahorros”, dijo. “No estoy segura de la situación política con respecto a los bancos de alimentos, pero si perdiera eso, los comestibles serían sin duda una fuente importante de estrés”.

Los ingresos mensuales de Bland se destinan principalmente a sus facturas de electricidad, agua y televisión por cable, explicó, así como al cuidado de sus perros y otras necesidades del hogar.

“Jabón, toallas de papel, papel higiénico. Compro gasolina en Costco, pero no he visto aquí un galón a 3 dólares desde hace mucho tiempo”, agregó. “Me quedo mucho en casa. Solamente recorro unas 50 millas (80 kilómetros) en mi auto a la semana”.

Según la encuesta, el 64% de los estadounidenses con los ingresos más bajos —quienes tienen ingresos familiares inferiores a 30.000 dólares al año— respondieron que el costo de los comestibles es un factor de estrés “mayor”. Eso comparado con aproximadamente 4 de cada 10 estadounidenses con ingresos familiares de 100.000 dólares o más. Pero incluso dentro de ese grupo de ingresos más altos, apenas 2 de cada 10 dicen que el costo de los víveres no les preocupa en absoluto.

Mujeres y los adultos hispanos viven particularmente ansiosos por cuestiones económicas

La vivienda es otra fuente importante de preocupación para los adultos estadounidenses —junto con sus ahorros, sus ingresos y el costo de la atención médica. Aproximadamente la mitad de los adultos estadounidenses respondió que la vivienda es una causa mayor de estrés, según la encuesta, y alrededor de 4 de cada 10 lo dicen sobre la cantidad de dinero que ganan, la cantidad de dinero que han ahorrado y el costo de la atención médica.

Unos 3 de cada 10 contestaron que la deuda de tarjetas de crédito es una fuente “mayor” de estrés, y aproximadamente 2 de cada 10 dice eso sobre el costo del cuidado infantil y la deuda estudiantil.

Pero algunos grupos sienten mucha más ansiedad por sus finanzas que otros. Las mujeres, por ejemplo, son más propensas que los hombres a reportar altos niveles de estrés a causa de sus ingresos, ahorros, el costo de los comestibles y el costo de la atención médica. Los adultos hispanos también están particularmente preocupados por los costos de la vivienda y las deudas de sus tarjetas de crédito y estudiantiles. Alrededor de dos tercios de los adultos hispanos contestaron que el costo de la vivienda es una fuente “mayor” de estrés, en comparación con aproximadamente la mitad de los adultos negros y aproximadamente 4 de cada 10 adultos blancos.

Algunas personas hacen cambios a su estilo de vida como resultado de los altos costos. Shandal LeSure, de 43 años, quien trabaja como recepcionista en un hospital de rehabilitación en Chattanooga, Tennessee, y gana entre 85.000 y 100.000 dólares al año, dijo que ha comenzado a comprar comestibles en tiendas más económicas.

“Es un cambio”, puntualizó. “A veces la calidad no es tan buena”.

Muchos adultos estadounidenses han usado servicios de “compre ahora, pague después”

Al tratar de estirar los límites de sus presupuestos, alrededor de 3 de cada 10 adultos estadounidenses en general reportan haber usado servicios de “compre ahora, pague después”, como Afterpay o Klarna, para comprar comestibles, pagar entretenimiento, comidas en restaurantes o a domicilio, o atención médica o dental, según la encuesta.

Bland, la jubilada del estado de Washington, expuso que ha pagado la cirugía de una de sus mascotas con un plan de pago posterior.

Los estadounidenses más jóvenes son mucho más propensos que las personas de más edad a haber utilizado un plan de pago diferido para su entretenimiento, comestibles o comidas en restaurantes, pero no existe una diferencia de edad en lo que respecta a la atención médica. Las personas negras e hispanas también son particularmente propensas a adoptar estos planes.

Un porcentaje cada vez mayor de clientes de programas “compre ahora, pague después” tiene problemas para pagar sus préstamos, según revelaciones recientes de las entidades crediticias. Los préstamos se comercializan como una alternativa más segura a las tarjetas de crédito tradicionales, pero existen riesgos, como la falta de supervisión federal. Algunos organismos de protección al consumidor también destacan que estos planes llevan a los consumidores a sobreextenderse financieramente.

LeSure dijo que ha utilizado servicios de pago diferido para cosas como ropa nueva, mientras equilibra los pagos de deudas de un préstamo para auto, préstamos estudiantiles y facturas médicas. También recurrió a ellos para cubrir gastos de hotel tras ser desalojada.

“Eso me ha ayudado a estirar mi dinero”, agregó.

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Sanders reportó desde Washington.

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La encuesta AP-NORC, realizada del 10 al 14 de julio, abarcó 1.437 adultos con una muestra tomada del panel probabilístico AmeriSpeak de NORC, diseñado para ser representativo de la población estadounidense. El margen de error de muestreo para los adultos en general es de ±3,6 puntos porcentuales.

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The Associated Press recibe apoyo de la Fundación Charles Schwab para la elaboración de reportajes educativos y explicativos que mejoran la educación financiera. Esta fundación es independiente de Charles Schwab and Co. Inc. La AP es la única responsable de su periodismo.

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