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Aranceles de Trump dejan muchos perdedores, pero los ganadores también pagarán un precio

Paul Wiseman
Sábado, 02 de agosto de 2025 14:01 EDT
TRUMP-ARANCELES
TRUMP-ARANCELES (AP)

La arremetida arancelaria que el presidente Donald Trump emprendió esta semana dejó muchos perdedores, desde países pequeños y pobres como Laos y Argelia, hasta ricos socios comerciales de Estados Unidos, como Canadá y Suiza. A partir del 7 de agosto, enfrentarán gravámenes especialmente altos sobre los productos que exportan a Estados Unidos.

Los que más se acercan a ser ganadores pueden ser los países que cedieron a las demandas de Trump y evitaron aún más dolor. Pero no está claro si alguien podrá clamar victoria a largo plazo, ni siquiera Estados Unidos, el presunto beneficiario de las políticas proteccionistas del mandatario.

“En muchos aspectos, aquí todos son perdedores”, afirmó Barry Appleton, codirector del Centro de Derecho Internacional de la Escuela de Derecho de Nueva York.

Apenas seis meses después de regresar a la Casa Blanca, Trump demolió el antiguo orden económico global, basado en reglas acordadas. En su lugar está un sistema en el que el republicano mismo establece las reglas, utilizando el enorme poder económico de Estados Unidos para castigar a los países que no acepten acuerdos comerciales unilaterales y extrayendo enormes concesiones de los que sí lo hacen.

“El mayor ganador es Trump”, dijo Alan Wolff, exfuncionario comercial de Estados Unidos y subdirector general de la Organización Mundial del Comercio. “Apostó a que podría llevar a otros países a la mesa de negociaciones con base en amenazas, y lo logró de manera dramática”.

Todo se remonta a lo que Trump llama “Día de la Liberación” —el 2 de abril— cuando anunció impuestos “recíprocos” de hasta el 50% sobre las importaciones de países con los que Estados Unidos tenía déficits comerciales, y un 10% de impuestos “básicos” a casi todos los demás.

Invocó una ley de 1977 para declarar el déficit comercial como una emergencia nacional que justificaba sus impuestos generalizados a las importaciones. Eso le permitió eludir al Congreso, que tradicionalmente ha tenido autoridad sobre los impuestos, incluidos los aranceles, todo lo cual ahora está siendo impugnado en los tribunales.

Incluso los ganadores pagarán aranceles más altos

Trump dio marcha atrás temporalmente después de que su anuncio del Día de la Liberación provocara una caída en los mercados financieros y suspendió los aranceles recíprocos durante 90 días para dar a los países la oportunidad de negociar.

Finalmente, algunos de ellos lo hicieron, cediendo a las demandas del mandatario de pagar los que hace cuatro meses habrían parecido aranceles impensablemente altos por el privilegio de seguir vendiendo en el vasto mercado estadounidense.

Reino Unido acordó aranceles del 10% sobre sus exportaciones a Estados Unidos, frente al 1,3% antes de que Trump intensificara su guerra comercial con el mundo. Estados Unidos exigió concesiones a pesar de que había tenido un superávit comercial, y no un déficit, con ese país durante 19 años consecutivos.

La Unión Europea y Japón aceptaron aranceles del 15%. Son mucho más altos que las bajas tasas de un solo dígito que pagaron el año pasado, pero menores que los aranceles con los que Trump los amenazaba (30% para la UE y 25% para Japón).

Pakistán, Corea del Sur, Vietnam, Indonesia y Filipinas también hicieron acuerdos con el mandatario y acordaron aranceles elevados.

Incluso los países a los que se les redujeron sus aranceles desde abril sin alcanzar un acuerdo pagan gravámenes mucho más altos que antes de que Trump asumiera el cargo. El de Angola, por ejemplo, bajó al 15%, en contraste con el 32% asignado en abril, pero en 2022 era de menos del 1,5%. Y aunque el gobierno de Trump redujo el arancel de Taiwán al 20% con respecto al 32% de abril, esa cifra causará estragos.

“El 20% desde el principio no ha sido nuestro objetivo, esperamos que, en futuras negociaciones, obtengamos una tasa impositiva más beneficiosa y razonable”, dijo el viernes a los periodistas el presidente de Taiwán, Lai Ching-te, en Taipéi.

Trump también acordó reducir el arancel al pequeño reino africano de Lesoto al 15% en comparación con el 50% que había anunciado en abril, pero es posible que el daño ya esté hecho.

Golpeando a Brasil, apaleando a Canadá, vapuleando a los suizos

Los países que no se doblegaron, y aquellos que encontraron otras formas de incurrir en la ira de Trump, fueron golpeados con más violencia.

Incluso algunos de los pobres no se salvaron. La producción económica anual de Laos asciende a 2.100 dólares por persona y la de Argelia a 5.600, frente a los 75.000 de Estados Unidos. No obstante, el primero fue golpeado con un arancel del 40% y Argelia con uno del 30%.

Trump golpeó a Brasil con un impuesto de importación del 50%, en gran parte porque no le gusta la forma en que trata al expresidente brasileño Jair Bolsonaro, quien enfrenta juicio por intentar un golpe de Estado para revertir su derrota electoral en 2022. No importa que Estados Unidos haya exportado más a Brasil de lo que ha importado cada año desde 2007.

La decisión de Trump de imponer un arancel del 35% a Canadá, un aliado de larga data de Estados Unidos, fue en parte diseñada para amenazar a Ottawa por decir que reconocería un estado palestino. Trump es un firme partidario del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.

Suiza fue golpeada con un impuesto de importación del 39%, incluso más alto que el 31% que el republicano anunció originalmente el 2 de abril.

“Los suizos probablemente desearían haber acampado en Washington” para hacer un trato, dijo Wolff, que actualmente es investigador principal del Instituto Peterson de Economía Internacional. “Claramente, no están nada contentos”.

Las cosas pueden cambiar si los aranceles de Trump son anulados en los tribunales. Cinco empresas estadounidenses y 12 estados han demandado al presidente, argumentando que sus aranceles del Día de la Liberación excedieron su autoridad en virtud de la ley de 1977.

En mayo, el Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos, una corte especializada de Nueva York, estuvo de acuerdo y bloqueó los aranceles, aunque se permitió que el gobierno siguiera recaudándolos mientras su apelación avanzaba por el sistema legal, y el caso probablemente terminará en la Corte Suprema de Estados Unidos. En una audiencia realizada el jueves, los jueces del Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal de Estados Unidos se mostraron escépticos sobre las justificaciones de Trump para los aranceles.

“Si (los aranceles) se anulan, entonces tal vez Brasil sea un ganador y no un perdedor”, dijo Appleton.

Pagar más por mochilas y videojuegos

Trump presenta sus aranceles como un impuesto a los países extranjeros. Pero en realidad los pagan las empresas importadoras en Estados Unidos, que intentan trasladar el costo a sus clientes a través de precios más altos. Es cierto que esos gravámenes pueden perjudicar a otros países al obligar a sus exportadores a reducir precios y sacrificar ganancias, o arriesgarse a perder cuota de mercado en Estados Unidos.

Pero los economistas de Goldman Sachs calculan que los exportadores extranjeros han absorbido solo una quinta parte de los crecientes costos provocados por los aranceles, mientras que los estadounidenses y las empresas nacionales han asumido la mayor parte de la carga.

Walmart, Procter & Gamble, Ford, Best Buy, Adidas, Nike, Mattel y Stanley Black & Decker han aumentado sus precios debido a los aranceles.

“Este es un impuesto al consumo, por lo que afecta desproporcionadamente a quienes tienen ingresos más bajos”, dijo Appleton. “Las zapatillas, las mochilas... tus electrodomésticos van a subir. Tu televisor y tus electrónicos van a subir. Tus dispositivos de videojuegos, tus consolas van a subir porque ninguno de ellos se fabrica en Estados Unidos”.

La guerra comercial de Trump ha elevado el arancel promedio de Estados Unidos del 2,5% al inicio de 2025 al 18,3% en la actualidad, el más alto desde 1934, según el Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale. Y eso impondrá un costo de 2.400 dólares al hogar promedio, estima el laboratorio.

“El consumidor estadounidense es uno de los grandes perdedores”, dijo Wolff.

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El periodista de economía de la AP Christopher Rugaber contribuyó a esta historia.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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