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¿Quién tiene el cohete espacial más sostenible: Elon, Jeff o Richard?

Con el potencial de un aumento de los viajes fuera de la Tierra en las próximas décadas, surge una gran cantidad de preguntas sobre el impacto de la industria espacial en el planeta que los astronautas dejan atrás, escribe el reportero climático Ethan Freedman

Ethan Freedman
Miércoles, 15 de junio de 2022 10:24 EDT
Space X manda a 4 astronautas a la Estación Espacial Internacional
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“No queremos ser una de esas especies de un solo planeta, queremos ser una especie multiplanetaria”, dijo el año pasado Elon Musk, director general de la empresa de cohetes SpaceX.

Mientras que los astronautas profesionales llevan décadas lanzándose al espacio, SpaceX —y sus competidores como Blue Origin de Jeff Bezos y Virgin Galactic, propiedad de Richard Branson— ha revolucionado los viajes espaciales para los ciudadanos privados.

Tanto Blue Origin como Virgin Galactic han realizado vuelos suborbitales tripulados, mientras que en abril SpaceX envió a clientes privados a la Estación Espacial Internacional.

Y las expanciones parecen estar a la vista. Virgin Galactic, por ejemplo, pretende lanzar 400 vuelos anuales desde cada puerto espacial (como un aeropuerto para cohetes), según un informe de CNBC.

Con el potencial de un aumento de los viajes fuera de la Tierra en las próximas décadas, surge una gran cantidad de preguntas sobre el impacto de la industria espacial en el planeta que los astronautas dejan atrás.

La “sostenibilidad” de cualquier lanzamiento de cohete depende mucho de su combustible, según la Dra. Eloise Marais, geógrafa de University College de Londres, que ha colaborado con investigadores de la NASA y ha recibido financiación de la Agencia Espacial Europea, pero nunca ha trabajado con SpaceX, Virgin Galactic o Blue Origin.

Hay mucha variedad de combustibles, dijo a The Independent. Blue Origin utiliza combustible líquido de hidrógeno; Space X utiliza combustible de queroseno y Virgin Galactic de Branson utiliza un combustible híbrido sólido/líquido.

Algunos cohetes también utilizan combustibles sólidos para cohetes o combustibles fabricados a partir de la hidracina química.

El queroseno —similar al que se utiliza en las estufas portátiles para acampar— es un combustible fósil basado en el carbono, lo que significa que produce dióxido de carbono (CO2) cuando se quema. El combustible híbrido utilizado por el VSS Unity de Virgin Galactic también produce CO2, según escribió anteriormente la Dra. Marais.

El CO2, causado en gran parte por la combustión de combustibles fósiles por parte de los humanos, es el mayor contribuyente al calentamiento global que está impulsando las catástrofes climáticas.

El hidrógeno líquido, en cambio, no es un combustible fósil, por lo que los cohetes de Blue Origin producen vapor de agua en su lugar. Aunque también es un gas de efecto invernadero, su impacto en el cambio climático es más temporal, a diferencia del CO2, que es de larga duración, o del metano, de vida relativamente corta pero potente.

Pero las emisiones de gases de efecto invernadero pueden no ser la mayor preocupación en cuanto al impacto en el medio ambiente de los lanzamientos de cohetes.

Según la Dra. Marais, muchos cohetes producen más CO2 por pasajero que los aviones, lo que significa que un astronauta tiene una mayor huella de carbono que un pasajero de avión. Sin embargo, como el número de lanzamientos de cohetes es actualmente minúsculo en comparación con los vuelos de aviones, el impacto global de CO2 de los primeros es pequeño en comparación.

Martin Ross, científico atmosférico de la Aerospace Corporation, declaró a The Independent que el principal problema de los lanzamientos de cohetes son otros contaminantes y partículas que pueden liberarse. Esto incluye materiales como el carbono negro, comúnmente conocido como hollín, así como los óxidos de nitrógeno, la alúmina y el cloro.

El Dr. Ross, que ha trabajado con algunas empresas espaciales, pero no quiso dar nombres concretos, señaló que estos contaminantes no duran mucho en la atmósfera.

Sin embargo, mientras haya lanzamientos continuos que emitan estas sustancias, tienen el potencial de alterar la química de la atmósfera. Los cohetes son únicos, señala, en el sentido de que tienen la capacidad de verter contaminantes directamente en las capas superiores de la atmósfera.

Es particularmente preocupante el potencial de estos contaminantes para afectar a la estratosfera, que es donde se encuentra la capa de ozono de la Tierra, la cual protege al planeta y a sus habitantes de muchos de los rayos ultravioleta del sol.

La capa de ozono ha empezado a recuperarse en las últimas tres décadas, desde que se firmó a finales de los años ochenta el Protocolo de Montreal, un pacto mundial que prohibió varias sustancias químicas que destruyen la capa de ozono.

Pero el lanzamiento de contaminantes en la estratosfera por parte de los cohetes suscita nuevas preocupaciones sobre la pérdida de ozono, afirma el Dr. Ross.

La contaminación de los cohetes en la atmósfera superior podría tener también otros efectos. Los cohetes de hidrógeno liberan vapor de agua a mayor altura en la atmósfera de la que suele haber, según la Dra. Marais, lo que podría reflejar la luz solar entrante.

Y el hollín de la estratosfera podría enfriar la atmósfera inferior al absorber la luz solar, añadió. Pero aunque esto pueda parecer positivo para afrontar la crisis climática, ese hollín estratosférico también podría dañar la capa de ozono.

La Dra. Marais afirma que el queroseno, el combustible sólido para cohetes, la hidracina y el combustible híbrido utilizado por los cohetes de Virgin producen hollín. Todos los combustibles, incluido el hidrógeno, podrían producir óxidos de nitrógeno.

Pero el Dr. Ross dijo que muchas de las suposiciones sobre las emisiones y contaminantes de los lanzamientos de cohetes se basan en modelos y no en mediciones reales.

“Tenemos que entrar en la estratosfera y medir esas emisiones directamente”, dijo.

SpaceX y Virgin Galactic no respondieron a las múltiples solicitudes de comentarios de The Independent.

Un portavoz de Blue Origin dijo en un comunicado que el cohete New Shephard de la compañía tenía piezas recicladas, y que “durante el vuelo, el único subproducto de la combustión del motor de New Shepard es el vapor de agua, sin emisiones de carbono”.

La empresa no respondió a las preguntas específicas sobre el óxido de nitrógeno o las preocupaciones sobre otros posibles impactos ambientales, como el ozono.

En general, el combustible para cohetes que menos daño parece hacer es el hidrógeno líquido, dijo la Dra. Marais, ya que no produce hollín. Sin embargo, “todos estos combustibles para cohetes tienen consecuencias”, señaló.

“Supongo que la conclusión es que todos ellos conllevan un castigo”, añadió la Dra. Marais. “Actualmente, no hay una solución de combustible limpio”.

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