Meghan Markle parece dirigirle una sonrisa de consuelo a la princesa Charlotte durante el funeral de la reina Isabel II
La princesa Charlotte se volvió y cruzó la mirada con la de su tía después de la ceremonia en la Abadía de Westminster
Meghan Markle parece haberle dirigido una sonrisa de consuelo a su sobrina, la princesa Charlotte, durante el funeral de la reina Isabel II.
El lunes 19 de septiembre, la familia real se reunió para un funeral de Estado en la Abadía de Westminster para honrar la vida y el gobierno de la difunta monarca, quien murió el 8 de septiembre a la edad de 96 años.
Al final de la ceremonia, la duquesa de Sussex, a quien se captó limpiándose una lágrima, se paró frente a la Abadía de Westminster junto a Camilla, la reina consorte y la princesa de Gales. A esta última se unieron los dos hijos mayores que tiene con el príncipe William: el príncipe George, de nueve años, y la princesa Charlotte, de siete.
Mientras el grupo seguía reunido, se vio a Charlotte, que estaba parada al frente, darse la vuelta brevemente para mirar a su tía. Meghan se encontró la mirada de su sobrina y le obsequió una breve sonrisa.
Para la sombría ocasión, la princesa Charlotte lució un conjunto totalmente negro que hacía juego con el de su madre, mientras que la pequeña de siete años rindió homenaje a su bisabuela con el broche en forma de herradura que llevaba sujeto a su vestido.
La duquesa de Sussex también rindió homenaje a la reina a través de sus elecciones de vestuario, pues Meghan eligió un vestido negro hasta la rodilla de Stella McCartney y un sombrero negro para el funeral. La elección del vestido fue notable ya que la duquesa usó previamente una versión azul marino del vestido en un concierto en celebración del 92º cumpleaños de la reina en el Royal Albert Hall en abril de 2018.
Además de la conexión con la monarca a través de su elección de vestimenta, Meghan también usó un par de aretes de perlas y diamantes que le regaló la reina .
Más tarde, la princesa Charlotte compartió un momento tierno similar con su tío, el duque de Sussex, durante la ceremonia en la capilla de San Jorge, cuando la niña de siete años se acomodó el sombrero antes de mirar al príncipe Harry. Después de mirar a su tío a los ojos, el príncipe Harry le sonrió a la princesa.