Zelenskyy se reúne con líderes mundiales en el G7 tras el anuncio de victoria rusa en Bájmut
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, se reúne con algunos de sus mayores aliados en la cumbre del Grupo de los Siete en Hiroshima, con la esperanza de ganar impulso para el esfuerzo bélico de su país después de que Rusia anunciara una victoria simbólica en el campo de batalla
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, se reunió el domingo con algunos de sus mayores aliados en la cumbre del Grupo de los Siete en Hiroshima, con la esperanza de ganar impulso para el esfuerzo bélico de su país después de que Rusia anunciara una victoria simbólica en el campo de batalla.
La aparición en persona del mandatario ucraniano el último día de cumbre subrayaba la importancia de la guerra para el grupo de democracias ricas. También robaba mucho protagonismo a otras prioridades de la cumbre de tres días, como desafíos de seguridad en Asia y un acercamiento al mundo en desarrollo.
Zelenskyy celebraba dos rondas de encuentros el domingo, una con líderes del G7 y otra con el grupo de países invitados, como India, Corea del Sur y Brasil. También se entrevistó en privado con algunos de los mandatarios, como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Biden anunció el domingo un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania durante su reunión con Zelenskyy, y dijo que Estados Unidos proporcionaría munición y vehículos blindados.
Zelenskyy dio las gracias a Biden por su apoyo.
Antes incluso de que Zelenskyy llegara el sábado en un avión francés, las naciones del G7 habían anunciado una nueva tanda de sanciones y otras medidas para castigar a Moscú y dificultarle sus capacidades bélicas.
Poco antes de su viaje a Japón. EEUU autorizó el adiestramiento de ucranianos en el manejo de poderosos cazas estadounidenses, lo que sienta las bases para la eventual transferencia de las aeronaves a Ucrania.
Un acontecimiento muy presente en las reuniones del domingo en Hiroshima era el anuncio del Ministerio ruso de Defensa de que el ejército privado Wagner, que apoya a las fuerzas rusas, había tomado la ciudad ucraniana de Bájmut. Los ocho meses de batalla por la ciudad la convertían en la más dura y probablemente más sangrienta de la guerra.
Cuando se le preguntó si Bájmut seguía en manos ucranianas, Zelenskyy dijo que creía que las fuerzas rusas habían tomado la ciudad tras meses de asedio que lo habían “destruido todo”.
“Por hoy, Bájmut está sólo en nuestros corazones. No hay nada en ese lugar”, dijo Zelenskyy.
Sin embargo, el mandatario ucraniano dijo que la batalla no había dejado nada en Bájmut aparte de muchos “rusos muertos”.
Aunque Ucrania es el tema abrumador en la cumbre, los gobernantes de Japón, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Canadá e Italia, así como la Unión Europea, también procuran abordar las preocupaciones globales sobre el cambio climático, la inteligencia artificial, la pobreza, la inestabilidad económica y la proliferación nuclear.
Dos aliados estadounidense, Corea del Sur y Japón, continuaron el domingo con sus esfuerzos para mejorar unos lazos bilaterales a menudo dañados por la herencia de la brutal colonización japonesa de la Península de Corea entre 1910 y 1945. El primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, visitaron un monumento a las víctimas coreanas, muchas de ellas trabajadores esclavos, del ataque nuclear del 6 de agosto de 1945.
Washington quiere que los dos vecinos, dos democracias liberales y baluartes de la influencia estadounidense en la región, se posicionen juntos en cuestiones como la creciente agresividad de China, Corea del Norte y Rusia.
Las cumbres como la del G7 son una oportunidad para que los líderes se presionen entre sí en cuestiones diplomáticas, indicó Matthew Goodman, experto en economía del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de estudios con sede en Washington.
“La presencia de Zelenskyy pone algo de presión sobre los líderes del G7 para que den más, o le expliquen directamente a él por qué no pueden”, señaló.
El ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, criticó a la cumbre del G7 por tratar de aislar a China y a Rusia.
“La tarea se ha establecido alto y claro: derrotar a Rusia en el campo de batalla, pero no detenerse ahí, sino eliminarla como competidor geopolítico. (...) Miren a las decisiones que se están tratando y aprobando en Hiroshima, en la cumbre del G7, que van dirigidas a la doble contención de Rusia y China”, dijo.
Otro tema importante de la reunión era China, la segunda economía más grande del mundo.
Hay una creciente preocupación sobre que Beijing, que ha reforzado de forma continuada su programa de armas nucleares, pueda tratar de tomar Taiwán por la fuerza, desencadenando un conflicto más amplio. China reclama la isla autogobernada como parte de su territorio y suele enviar buques y aviones de guerra a la zona.
El G7 dijo que no quería causar daño a China y buscaba “relaciones constructivas y estables” con Beijing, “reconociendo la importancia de relacionarnos de forma sincera y expresar nuestras preocupaciones directamente a China”.
También instaron a China a presionar a Rusia para que ponga fin a la guerra y “apoyar una paz completa, justa y duradera”.
El ministro chino de Exteriores dijo que “han pasado los días en los que un puñado de países occidentales podía interferir a voluntad en los asuntos internos de otros países y manipular los asuntos globales. Instamos a los miembros del G7 a (...) centrarse en abordar los diversos problemas que tienen en sus países, dejar de formar bandas para crear bloques exclusivos, dejar de contener y apalear a otro países”.
El G7 también instó a Corea del Norte, que ha hecho una rápida sucesión de ensayos de misiles, a abandonar por completo sus ambiciones de armas nucleares “incluidas más pruebas nucleares o lanzamientos que utilicen tecnología de misiles balísticos”, señalaron los mandatarios en un comunicado.
El grupo también presentó nuevas sanciones contra Moscú y planes para reforzar la eficacia de las anteriores para restringir los esfuerzos bélicos del presidente de Rusia, Vladímir Putin. Rusia es ya el país más sancionado del mundo, aunque hay dudas sobre la efectividad de esas medidas.
Los líderes del G7 también abordaron esfuerzos para reforzar la economía global y responder a los crecientes precios que presionan los presupuestos familiares y gubernamentales en todo el mundo, especialmente en países en desarrollo en África, Asia y América Latina.
El grupo reiteró su objetivo de reunir hasta 600.000 millones de dólares en financiamiento para la iniciativa de desarrollo de infraestructura, que pretende ofrecer a los países una alternativa a a las inversiones chinas.
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Los periodistas de Associated Press Josh Boak, Elaine Kurtenbach y Mari Yamaguchi contribuyó a este despacho.