Premios Princesa de Asturias hacen un llamado a la educación y el respeto en su ceremonia
Las fotografías de Graciela Iturbide, la protección del legado prehispánico y la cultura indígena del Museo Nacional de Antropología de México, la labor europeísta del estadista Mario Draghi o la triunfal carrera de Serena Williams en el tenis fueron reconocidos el viernes con los Premios Princesa de Asturias en una ceremonia marcada por la crítica a la sociedad actual y los llamados a la defensa de la educación.
Con los conflictos armados, las tensiones migratorias y las protestas contra el costo de la vida como telón de fondo, el rey Felipe VI instó a recurrir a educación como “gran pilar” de la convivencia democrática en un mundo dividido “entre dos extremos igual de inquietantes: el cultivo de un individualismo radical, que —si no se embrida de algún modo— puede llevar tanto a la indiferencia como a la soledad... y una pulsión globalizadora que todo lo homogeneiza, que oscurece las diferencias, las singularidades y degrada la diversidad”.
“Quizá haya que recordar lo que significa tratar bien al prójimo, salir de la trinchera, sacudirnos el miedo, unirnos para hacer las cosas mejor, pensar en que, si no miramos al otro, no sabremos construir confianza”, afirmó Leonor, heredera al trono de España y en nombre de quien se entregan los galardones. Confiar en los valores que “como ciudadanos de cualquier lugar, nos definen y nos guían... es confiar en la libertad frente al miedo, en la justicia frente a la arbitrariedad, en la democracia frente a la intolerancia, en el Estado social de derecho frente al abuso del poder”.
Antes de recoger el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, el filósofo alemán Byung-Chul Han ofreció su sombría descripción de la sociedad actual: hiperconectada, deshumanizada, aislada y esclava de la tecnología.
“Es el teléfono inteligente el que nos utiliza a nosotros y no al revés", manifestó el ensayista de origen surcoreano en su discurso. “La tecnología sin control político, la técnica sin ética, puede adoptar una forma monstruosa y esclavizar a las personas”.
Mientras la Unión Europea trata de mantener la relevancia en el plano internacional y lograr el final de la guerra en Ucrania, el conflicto más grave en el continente desde la Segunda Guerra Mundial, el político italiano Draghi, premio de Cooperación Internacional, reconoció que “hoy las perspectivas para Europa son las más difíciles que yo recuerde”.
“Casi todos los principios sobre los que se fundó la Unión están tensionados", afirmó Draghi señalando que la apertura, el multilateralismo y la diplomacia que han caracterizado al bloque de 27 naciones se topan hoy con el proteccionismo y el unilateralismo.
“¿Hasta qué punto debe agudizarse una crisis para que nuestros líderes unan sus esfuerzos y encuentren la voluntad política de actuar?”, se preguntó.
Iturbide: la fotografía no tiene fronteras
La veterana fotógrafa mexicana Iturbide dijo llevar más de medio siglo “mirando al mundo por una ventanilla que apenas mide unos escasos centímetros cuadrados” para ofrecer, a menudo con impactantes imágenes en blanco y negro, una interpretación del país que forma parte de su imaginario colectivo y que le valió el galardón de las Artes.
“Por fortuna, el arte fotográfico no conoce fronteras, ni tiene pasaporte, ni necesita visas”, dijo Iturbide, de 83 años, en un atropellado discurso en el que recordó también a artistas españoles exiliados en México como el director de cine Luis Buñuel.
Con un tono más distendido, Eduardo Mendoza calificó su premio de las Letras como “un incentivo, porque yo, si no me miro al espejo, todavía me considero una joven promesa de la narrativa española”.
“Lo último que se pierde no es la esperanza, sino la vanidad”, afirmó el escritor barcelonés, de 82 años, en un discurso salpicado por su característica ironía que hizo reír a los asistentes a la ceremonia en el Teatro Campoamor de la ciudad de Oviedo, en el norte de España.
Una sonriente Williams recogió bajo la atenta mirada de su hija Olympia el premio en la categoría de Deportes tras una fructífera carrera reflejada en su palmarés: 73 títulos individuales incluyendo 23 de Grand Slam y cuatro oros olímpicos. La extenista, que colgó la raqueta hace tres años, protagonizó uno de los momentos más virales de los premios al bailar al son de las gaitas tradicionales que la recibieron a su llegada a la ciudad.
Una indisposición de última hora impidió a la genetista estadounidense Mary-Claire King recoger en persona el galardón de Investigación Científica y Técnica por sus contribuciones a la aplicación de la genética al estudio y prevención del cáncer y a la identificación de desaparecidos y sus descendientes tras dictaduras como la que gobernó Argentina entre 1976 y 1983.
El Museo Nacional de Antropología México, con el premio a la Concordia por su defensa y preservación de parte del patrimonio antropológico de la humanidad, y el demógrafo estadounidense experto en migraciones Douglas Massey, que pone especial interés en los flujos migratorios originados en América Latina, con el de Ciencias Sociales, completaron la lista de galardonados.





