¿Por qué EEUU está ahora dispuesto a enviar municiones de racimo a Ucrania?
EEUU ha decidido enviar municiones de racimo a Ucrania para ayudar a su ejército a hacer retroceder a las fuerzas rusas atrincheradas en el frente
Estados Unidos ha decidido enviar municiones de racimo a Ucrania para ayudar a su ejército a hacer retroceder a las fuerzas rusas atrincheradas en el frente.
Se espera que el gobierno del presidente Joe Biden anuncie el viernes el envío de miles de ellas como parte de un nuevo paquete de ayuda militar por valor de 800 millones de dólares, de acuerdo con personas al tanto de la decisión que no estaban autorizadas a hablar de ella públicamente antes del anuncio oficial y que hablaron a condición de mantener el anonimato.
Es probable que la medida desencadene la indignación de algunos aliados de Estados Unidos y de grupos humanitarios que se han opuesto durante mucho tiempo al uso de bombas de racimo.
Los defensores de la decisión argumentan que Rusia ya ha estado usando la controvertida arma en Ucrania, y que las municiones que proporcionará Estados Unidos tienen una tasa reducida de fallas, lo que significa que habrá muchas menos rondas sin explotar que puedan provocar muertes civiles no deseadas.
Aquí hay un vistazo a lo que son las municiones de racimo, dónde se han utilizado y por qué Estados Unidos planea proporcionarlas a Ucrania ahora.
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¿QUÉ ES UNA MUNICIÓN DE RACIMO?
Una munición de racimo es una bomba que se abre en el aire y libera submuniciones (o bombetas) en un área amplia. Las bombetas están diseñadas para eliminar tanques y pertrechos, así como a soldados, al alcanzar múltiples objetivos al mismo tiempo.
Las municiones se lanzan con las mismas piezas de artillería que Estados Unidos y sus aliados ya han proporcionado a Ucrania para la guerra, como obuses, y el tipo de munición de racimo que Estados Unidos planea enviar se basa en un proyectil común de 155 mm que se utiliza ampliamente en el campo de batalla.
En conflictos anteriores, las municiones de racimo han tenido una alta tasa de fallas, lo que significa que miles de submuniciones sin explotar quedaron atrás y mataron o mutilaron a personas décadas después. Estados Unidos utilizó por última vez sus municiones de racimo en una batalla en Irak en 2003, y decidió no seguir usándolas a medida que el conflicto se trasladaba a entornos más urbanos con poblaciones civiles más densas.
El jueves, el general de brigada Pat Ryder dijo que el Departamento de Defensa de Estados Unidos tiene “múltiples variantes” de las municiones y “las que estamos considerando proporcionar no incluirán variantes más antiguas con tasas (de submunición sin explotar) superiores al 2,35%”.
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¿POR QUÉ PROPORCIONARLAS AHORA?
Durante más de un año, Estados Unidos se ha sumergido en sus propias existencias de municiones tradicionales de obuses de 155 mm y ha enviado más de 2 millones de cartuchos a Ucrania. Sus aliados de otras partes del mundo han proporcionado cientos de miles más.
Un proyectil de 155 mm puede alcanzar objetivos a una distancia de 24 a 32 kilómetros (15 a 20 millas), lo que los convierte en la munición predilecta de las tropas terrestres ucranianas que intentan alcanzar objetivos enemigos a distancia. Las fuerzas ucranianas están disparando miles de rondas al día en su lucha contra los rusos.
Yehor Cherniev, miembro del Parlamento de Ucrania, dijo a los periodistas en un evento del German Marshall Fund en Estados Unidos hace unos meses que Kiev probablemente necesitaría disparar entre 7.000 y 9.000 rondas diarias en su contraofensiva. Esto demuestra que hay mucha presión sobre las reservas estadounidenses y de sus aliados.
La bomba de racimo es una opción atractiva porque ayudaría a Ucrania a destruir más objetivos con menos proyectiles, y dado que Estados Unidos no las ha usado en un conflicto desde Irak, tiene grandes cantidades almacenadas a las que puede acceder rápidamente, dijo Ryan Brobst, analista investigador de la Fundación para la Defensa de las Democracias.
Una carta de marzo de 2023 de dirigentes republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado enviada al gobierno de Biden señala que Estados Unidos podría tener hasta 3 millones de municiones de racimo disponibles para su uso, e instó a la Casa Blanca a enviarlas para aliviar la presión sobre los suministros de guerra de Estados Unidos.
“Las municiones de racimo son más efectivas que los proyectiles de artillería unitarios porque infligen daño en un área más amplia”, dijo Brobst. “Esto es importante para Ucrania, ya que intenta despejar posiciones rusas sumamente fortificadas”.
Aprovechar las reservas estadounidenses de municiones de racimo podría ayudar a resolver la escasez de proyectiles en Ucrania y aliviar la presión sobre las reservas de munición de 155 mm en Estados Unidos y en otros lugares, de acuerdo con Brobst.
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¿USARLAS ES UN CRIMEN DE GUERRA?
El uso de bombas de racimo en sí no viola el derecho internacional, pero usarlas contra civiles puede ser una violación. Como en cualquier ataque, determinar un crimen de guerra requiere analizar si el objetivo era legítimo y si se tomaron precauciones para evitar víctimas civiles.
“Sin embargo, la parte del derecho internacional en la que esto empieza a desempeñar (un papel) son los ataques indiscriminados contra civiles”, dijo a The Associated Press Mark Hiznay, director asociado de armas de Human Rights Watch. “Así que eso no está necesariamente relacionado con las armas, sino con la forma en que se usan”.
Más de 120 países se han unido a una convención que prohíbe el uso de bombas de racimo, que acordaron no usar, producir, transferir o almacenarlas, y eliminarlas después de que se hayan usado. Estados Unidos, Rusia y Ucrania no son firmantes de tal convención.
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¿DÓNDE SE HAN UTILIZADO?
Las bombas se han desplegado en muchos conflictos recientes, incluso por parte de las fuerzas estadounidenses.
En un inicio, Estados Unidos consideró las bombas de racimo como parte integral de su arsenal durante la invasión de Afganistán que comenzó en 2001, según HRW. El grupo estimó que la coalición liderada por Estados Unidos lanzó más de 1.500 bombas de racimo en Afganistán durante los primeros tres años del conflicto.
El Departamento de Defensa tenía previsto para 2019 dejar de usar cualquier munición de racimo que tuviera una tasa de submunición sin detonar superior al 1%. Pero el gobierno de Donald Trump revocó esa política, permitiendo que los comandantes aprobaran el uso de tales municiones.
Las fuerzas del gobierno sirio a menudo usaron municiones de racimo —suministradas por Rusia— contra los bastiones de la oposición durante la guerra civil de ese país, que con frecuencia impactaron objetivos e infraestructura civil. E Israel las usó en áreas civiles en el sur del Líbano, incluyendo durante la invasión de 1982.
Durante el conflicto de Israel con Hezbollah en 2006, HRW y Naciones Unidas acusaron a Israel de usar hasta 4 millones de municiones de racimo en Líbano. Todo eso dejó artefactos sin detonar que siguen siendo un riesgo para los civiles libaneses hasta el día de hoy.
La coalición que encabezó Arabia Saudí en Yemen ha recibido críticas por usar bombas de racimo en su guerra contra los hutíes rebeldes respaldados por Irán, las cuales han devastado a la pequeña nación árabe.
En 2017 Yemen fue el segundo país con más muertes por municiones de racimo después de Siria, según Naciones Unidas. Niños han muerto o han quedado mutilados mucho tiempo después de que las municiones cayeron originalmente, lo que complica conocer el saldo real.
Durante la década de 1980, los rusos utilizaron bombas de racimo a gran escala durante su invasión de 10 años a Afganistán. Como resultado de décadas de guerra, la zona rural afgana sigue siendo uno de los países más minados en el mundo.
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¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO EN UCRANIA?
Las fuerzas rusas han usado bombas de racimo en Ucrania en algunas ocasiones, según altos funcionarios del gobierno ucraniano, expertos y grupos humanitarios. Y los grupos de derechos humanos han dicho que Ucrania también ha hecho uso de este tipo de armas.
En los primeros días de la guerra hubo repetidos episodios con bombas de racimo rusas, según grupos como Human Rights Watch, incluida una que impactó cerca de un kínder en la ciudad de Ojtirka, en el noreste del país. Bellingcat, un grupo de inteligencia de código abierto, dijo que sus investigadores encontraron que se usaron bombas de racimo en ese ataque, así como en varias ofensivas en Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania.
Apenas en marzo, una oleada de misiles y drones impactaron algunas zonas urbanas, incluido un bombardeo sostenido en Bájmut, en la región de Donetsk. A poca distancia al oeste de ahí, ataques de artillería y misiles hicieron blanco en la ciudad de Kostiantynivka, y periodistas de AP que se encontraban en la ciudad vieron que al menos cuatro personas heridas fueron llevadas a un hospital local. La policía afirmó que las fuerzas rusas atacaron la localidad con misiles S-300 y municiones de racimo.
Un mes después, el gobernador de Donetsk Pavlo Kyrylenko acusó a las fuerzas rusas de atacar el poblado con municiones de racimo, dejando a una persona herida. Una base de datos de AP y Frontline de nombre War Crimes Watch Ukraine ha catalogado la manera en que Rusia ha usado las bombas de racimo.