Parlamento británico debate legalizar el suicidio asistido
Una propuesta para legalizar el suicidio asistido será introducida el miércoles en el Parlamento británico, la primera vez en casi una década en que la Cámara de los Comunes debatirá si los médicos pueden ayudar a una persona a quitarse la vida, luego que fracasaron intentos de revocar la prohibición anterior por medio de los tribunales.
La laborista Kim Leadbeater presentará una propuesta que dará a los médicos maneras de ayudar a morir a personas con enfermedades terminales en Inglaterra y Gales, aunque los detalles no serán publicados sino hasta dentro de unos días, previo al voto parlamentario.
El primer ministro Keir Starmer ha prometido que los parlamentarios tendrán “voto libre”, es decir, no estarán obligados a votar por líneas partidistas. Starmer apoyó una propuesta sobre el tema en 2015 y ha dicho que “hay razones para modificar la ley”.
“De ninguna manera existe la posibilidad de que personas con discapacidades o con enfermedades mentales que no estén terminalmente enfermas serán presionadas a quitarse la vida”, dijo Leadbeater en un comunicado. “Es importante que redactemos la ley de la manera correcta, con las salvedades y protecciones necesarias”.
La propuesta de Leadbeater probablemente será similar a otra sobre suicidio asistido presentada en la Cámara de los Lores hace poco que ha tenido un progreso lento.
La Cámara de los Lores, una instancia no elegida, estudia y modifica leyes aprobadas por la Cámara de los Comunes, que sí es elegida. Si bien algunas leyes pueden venir de los Lores, rara vez se convierten en ley.
La propuesta introducida en la Cámara de los Lores restringe el suicidio asistido a adultos que tengan seis meses o menos para vivir, requiere que sea aprobado por la Corte Suprema y una declaración firmada por dos médicos, entre otros requisitos.
Esther Rantzen, fundadora de una organización benéfica y quien sufre de cáncer pulmonar en etapa avanzada, animó a la gente a escribir a sus legisladores, afirmando que “lo único que pedimos es el derecho a escoger”. Rantzen dijo que si no hay manera legal de poner fin a su vida en Gran Bretaña, viajará a Suiza, donde el suicidio asistido sí es legal para los extranjeros.
Los que se oponen al suicidio asistido, sin embargo, dicen que no hay manera de modificar la ley sin perjudicar a personas vulnerables, según la actriz Liz Carr, una activista a favor de los derechos de personas con discapacidades.
El suicidio asistido —donde los pacientes ingieren una sustancia letal prescrita por un médico— es legal en Australia, Bélgica, Canadá, Luxemburgo, Holanda, Nueva Zelanda, Portugal, España, Suiza y partes de Estados Unidos, aunque los requerimientos varían de lugar en lugar.
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La corresponsal Jill Lawless contribuyó con esta nota.
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