Stay up to date with notifications from The Independent

Notifications can be managed in browser preferences.

Nueva exposición analiza por qué el águila y la serpiente son símbolos poderosos en México

R. Mara Teresa Hernndez
Sábado, 15 de noviembre de 2025 01:42 EST

El mito cuenta que un dios indicó a los mexicas dónde debían construir su capital hace siete siglos. El modo en que esa visión sagrada sobrevivió a la conquista española y se convirtió en un emblema del México actual es el foco de una nueva exhibición en la capital.

“Un escudo, un emblema, un símbolo de identidad” estará abierta al público hasta el 15 de diciembre en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, en el corazón de Ciudad de México.

La muestra, que forma parte de las actividades conmemorativas por los 700 años de la fundación de Tenochtitlan, detalla la evolución de la imagen de un águila que devora a una serpiente sobre un nopal.

“Reconocer a Tenochtitlan no es hablar de un pasado muerto; es, por el contrario, hablar del pulso vivo que late bajo nuestra ciudad capital”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum durante una ceremonia oficial en julio pasado. “Fue el centro de un mundo indígena que supo construir un modelo de civilización propio, en armonía con la tierra, con los astros, con sus dioses y diosas”.

Rastros de esa civilización subsisten en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, actual sede del gobierno capitalino.

Su construcción fue ordenada por el conquistador español Hernán Cortés en 1522 y para erigirla se emplearon rocas de sitios sagrados mexicas. La edificación se ha renovado con los años, pero sus muros han atestiguado siglos de gobernanza y simbolismo.

“Que la exposición tenga lugar en este espacio del Ayuntamiento, lugar de decisiones y de memoria, es reconocer la historia de quienes lo habitaron y cómo sus transformaciones siguen dialogando con la identidad de la Ciudad de México”, dijo Mariana Gómez Godoy, Directora General de Patrimonio de la Ciudad de México, durante la inauguración de la muestra en noviembre.

El origen mítico de una ciudad

Los detalles acerca del mito fundacional de Tenochtitlan varían de una fuente a otra.

Eduardo Matos Moctezuma — aclamado arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia — ha planteado que detrás de ese relato sagrado subyace una serie de hechos históricos, lo que sugiere que la leyenda es una reinterpretación simbólica más que una señal divina literal.

Aun así, de acuerdo con información del Museo Templo Mayor — localizado donde alguna vez estuvo el corazón político y espiritual de la capital mexica — el relato de un viaje que llevó a la fundación de Tenochtitlan se preservó entre las comunidades prehispánicas como parte de sus tradiciones y origen.

Bajo esa cosmovisión, el dios solar Huitzilopochtli ordenó a los mexicas dejar su hogar en Aztlán para establecer una nueva ciudad donde encontraran a un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente. Para cumplir esa orden y buscar la señal, los mexicas viajaron entre los años 1150 y 1300.

Encontraron el sitio que su deidad les indicó en 1325, en un pequeño islote del lago de Texcoco — hoy el centro capitalino — y así nació Tenochtitlan.

De mito a emblema nacional

La nueva exhibición analiza cómo la imagen evolucionó desde su implementación como escudo de la ciudad por el emperador Carlos V en 1523 hasta su transformación en símbolo del México independiente.

Curada por la académica Guadalupe Lozada, la muestra también incluye imágenes que revelan cómo fue adoptada por órdenes religiosas a cargo de evangelizar a las comunidades indígenas tras la conquista.

Si bien el águila y el nopal ya se utilizaban desde mediados del siglo XVI, los jesuitas introdujeron la serpiente en la iconografía años más tarde. “Desde entonces se va a quedar como un símbolo de identidad de la ciudad que irá extendiéndose al resto del territorio de la Nueva España”, dijo la curadora.

Según explicó, varios monasterios del siglo XVII permiten atestiguar cómo hubo frailes que desplegaron el águila y el nopal en sus templos. A la fecha puede observarse el emblema sobre la fachada de la catedral de Ciudad de México y dentro de una de sus capillas.

“Fue tal la fuerza de la cultura mexica que los evangelizadores quisieron adoptarla para no excluirla”, añadió Lozada. “Fue como decir: ‘Yo reconozco tu historia’”.

Con los conquistadores europeos ocurrió lo mismo. Incluso tras haber ordenado la destrucción de los complejos religiosos mexicas, la representación del mito fundacional nunca se borró de la historia.

“Para los españoles era un motivo de orgullo haber conquistado una ciudad como Tenochtitlan y por tanto nunca la quisieron negar”, dijo Lozada. “Eso hizo que la fortaleza de la propia ciudad que se quedó enterrada subyaciera, como si nunca se hubiera ido del todo”.

____

La cobertura de noticias religiosas de The Associated Press recibe apoyo a través de una colaboración con The Conversation US, con fondos del Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable de todo el contenido.

Thank you for registering

Please refresh the page or navigate to another page on the site to be automatically logged inPlease refresh your browser to be logged in