Dentro de la campaña de terror de Putin en Kyiv: por qué Rusia sigue bombardeando la capital
Rusia ha intensificó sus ataques contra Ucrania pese a insistir en que está dispuesta a entablar negociaciones de paz
Rusia lanzó un feroz ataque contra Ucrania durante la noche, que dejó al menos seis muertos y 35 heridos. Unos 430 drones y 18 misiles fueron dirigidos contra el país, según informó el presidente ucraniano, quien calificó la ofensiva como un ataque deliberado y calculado “destinado a causar el máximo daño a la población y a la infraestructura civil”.
La fuerza aérea de Ucrania indicó que la mayoría de los drones y misiles fueron interceptados, aunque las autoridades informaron que los restos y los incendios provocaron daños en edificios de departamentos, una escuela, un centro médico y oficinas administrativas en nueve distritos de una ciudad con unos tres millones de habitantes.
“En ese momento no sabes qué hacer primero: salvarte, sacar a tu hijo o correr a ayudar, porque había muchísima gente gritando y pidiendo auxilio”, relató Anastasia, de 29 años, cuya torre de departamentos fue alcanzada.
Los ataques ocurrieron apenas dos días después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia señalara que estaba dispuesto a reanudar en Estambul las negociaciones directas con Ucrania para poner fin a la guerra. Un funcionario dijo a la agencia TASS que “la pelota está del lado de Ucrania”.
Rusia sigue intensificando sus ofensivas contra Ucrania mientras ajusta su discurso para proyectar una aparente voluntad de diálogo ante Estados Unidos, aunque a casi cuatro años de la invasión, el Kremlin mantiene intactas sus ambiciones máximas sobre el territorio ucraniano.
Zelensky afirmó que Ucrania estaba respondiendo a los ataques con “fuerza de largo alcance” y pidió sanciones más severas contra Rusia.

Desde que lanzó la invasión total hace casi cuatro años, Moscú ha sostenido una devastadora campaña aérea sobre territorio ucraniano. Los esfuerzos diplomáticos encabezados por Estados Unidos para frenar la guerra no han dado resultados hasta ahora.
El asalto aéreo del viernes, que también tuvo como blanco Odesa en el sur y Járkiv en el noreste, se centró principalmente en Kyiv, donde drones y misiles impactaron en torres de departamentos, según indicó Zelensky.
Mariia Kalchenko dijo que fue un milagro haber sobrevivido luego de que su edificio fuera alcanzado. “No escuché nada, solo me di cuenta de que tenía el pelo en llamas”, contó la voluntaria de rescate con perros, de 46 años.
En la región de Odesa, drones rusos atacaron una calle concurrida en Chornomorsk durante el día de mercado, mataron a dos personas y dejaron once heridos, entre ellos una niña de 19 meses, informó el jefe de la administración militar regional, Oleh Kiper.
Moscú niega haber atacado zonas civiles, y el Ministerio de Defensa ruso afirmó el viernes que la ofensiva nocturna se dirigió contra “instalaciones militar-industriales y energéticas” en Ucrania.
Sin embargo, analistas acusan a Rusia de atacar deliberadamente infraestructura civil para quebrar la moral de la población.

Natia Seskuria, investigadora asociada del Royal United Services Institute (RUSI), sostuvo que el ataque “sistemático” contra infraestructura civil es un “elemento central” de la estrategia rusa, “diseñado para aterrorizar a la población ucraniana y desgastar su ánimo”.
“El cálculo de fondo es que una sociedad agotada por la guerra, sometida a ataques constantes, podría presionar al gobierno para aceptar casi cualquier acuerdo que prometa el fin de las hostilidades”, dijo al diario The Independent.
“Hasta ahora, sin embargo, esa estrategia no ha dado resultados, ya que los ucranianos han demostrado una resiliencia y determinación notables frente a la agresión sostenida”.
El ataque del viernes fue el más grande contra Kyiv en casi tres semanas. Los ataques aéreos recientes han estado dirigidos principalmente a la red eléctrica en todo el país, en vísperas de un invierno que se anticipa especialmente crudo.
Sin señales de una tregua cercana, millones de ucranianos enfrentan uno de los inviernos más duros en años, mientras las organizaciones humanitarias intentan llevar suministros esenciales a las zonas afectadas y a la línea del frente.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) advirtió el viernes que muchas personas, cuyas fuentes de ingreso fueron destruidas por la guerra, afrontan el invierno sin “ningún colchón financiero” que les permita sostenerse.

Los cortes de electricidad siguen dejando barrios enteros a oscuras, sin calefacción y obligando a los hospitales a operar con energía de emergencia. Para las personas mayores y vulnerables que viven en edificios altos, los apagones pueden significar horas o incluso días de aislamiento, sin ascensores, sin calefacción y, en muchos casos, sin acceso a comida ni medicamentos, advirtió la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC).
“Casi cuatro años de conflicto han agotado los recursos de la población. Muchas familias enfrentarán el invierno sin ningún respaldo económico: siete de cada diez personas dicen que ya no tienen ahorros”, señaló Jaime Wah, jefe adjunto de la delegación de la IFRC en Ucrania.
“Hemos estado brindando ayuda durante varios años, pero nuestros recursos también están llegando al límite”, agregó Wah. “La magnitud de las necesidades es abrumadora, y con cada día que pasa, solo aumentan”.
Keir Giles, miembro del programa sobre Rusia y Eurasia del centro de estudios Chatham House, dijo a The Independent que los ataques de Moscú están diseñados para “causar el mayor sufrimiento posible a la población civil”.
“Es el mismo principio que vimos aplicado en Siria, en Chechenia y en muchas otras guerras de Moscú a lo largo de décadas y siglos”, afirmó.
Giles sostuvo que Ucrania es “víctima de la estrategia rusa de desmoralizar a sus enemigos a través de la crueldad”.
“Por eso se atacan hospitales maternos, jardines de infancia y se apunta a los más vulnerables, así como también se recurre sistemáticamente a la tortura y al hambre contra prisioneros militares y civiles ucranianos, no con un objetivo táctico, sino como un acto de crueldad deliberada y explícita”.
Estos ataques persisten a pesar de que Rusia insiste en que está abierta a negociaciones para avanzar hacia un alto el fuego.

El funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, Alexéi Polishchuk, afirmó el miércoles que Rusia está dispuesta a reanudar las negociaciones con Ucrania en Estambul, donde no se celebran reuniones cara a cara entre ambas partes desde el 23 de julio. Los gestos hacia la paz se producen tras el colapso de una cumbre propuesta entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su par estadounidense, Donald Trump, en octubre, frustrada presuntamente por la intransigencia de Moscú respecto a sus demandas.
Los dos líderes no se han vuelto a reunir desde agosto, cuando una cumbre en Alaska fracasó en lograr un acuerdo. Aunque Trump calificó ese encuentro como “muy productivo”, el impulso diplomático para poner fin a la guerra sigue sin dar resultados.
Traducción de Leticia Zampedri





